Editorial: Ley tea y la falta de presupuesto
Editorial: Ley tea y la falta de presupuesto La Ley Tea, que busca garantizar la inclusión de personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA) en el sistema educativo, se ha convertido en un ejemplo claro de lo que sucede cuando las políticas públicas carecen de los recursos y apoyos necesarios para su implementación efectiva. A pesar de ser un paso positivo en la dirección de la inclusión social, su aplicación está marcada por la falta de presupuesto, la ausencia de acompañamiento especializado y la insuficiente capacitación de los docentes. Uno de los principales problemas radica en la escasa asignación de recursos económicos para la correcta implementación de la ley. La inclusión educativa de estudiantes con TEA requiere de ajustes curriculares, materiales adecuados, y, sobre todo, personal capacitado que pueda atender sus necesidades específicas. Sin embargo, las escuelas no cuentan con los fondos suficientes para llevar a cabo estos cambios. Los docentes, en su mayoría, siguen enseñando en aulas sin la infraestructura adecuada para los estudiantes con TEA, lo que limita su desarrollo y, en muchos casos, lleva al abandono escolar. Otro desafío crucial es la falta de acompañamiento especializado. Si bien existen algunas políticas de integración, muchasveces no se brinda el seguimiento necesario para asegurar que los niños con TEA reciban una educación de calidad. Esto incluye desde el apoyo psicológico hasta la orientación continua para los maestros. Las familias, por su parte, se ven obligadas a buscar ayuda fuera del sistema educativo, lo que aumenta la carga económica y emocional que enfrentan. La capacitación docente es una de las grandes asignaturas pendientes. La Ley Tea no garantiza que los maestros reciban la formación específica para abordar las particularidades del TEA. Si bien algunos docentes están comprometidos con la causa, la falta de formación adecuada limita su capacidad para implementar estrategias pedagógicas inclusivas. La Ley Tea es, sin duda, un avance en la lucha por la igualdad, pero su implementación efectiva está comprometida por la falta de recursos, de acompañamiento y de formación. No basta con tener una ley, es necesario dotarla de los medios y apoyos necesarios para que sea realmente transformadora.
De lo contrario, se corre el riesgo de que se convierta en un decreto vacío que no cambia la realidad de quienes más lo necesitan.. “Uno de los principales problemas radica en la escasa asignación de recursos económicos para la correcta implementación de la ley”.