PORTADA EL MERCURIO (E) CHILE
PORTADA EL MERCURIO (E) CHILE EL MERCURIO ARTES Y LETRAS CULTUR A SANTIAGO DE CHILE, DOMINGO 15 DE DICIEMBRE DE 2024 artesyletras@mercurio.cl FRANCISCO ABOITIZ: “Hay una búsqueda por entender el conocimiento científico y por entendernos a nosotros ROBERTO CAREAGAC. a estamos aquí, ha ocurrido al fin el anhelado despliegue. despliegue. La llamada nueva narrativa chilena acaba acaba de irrumpir en escena, para no abandonarla.
Se acabaron las contemplaciones: no más tacitas de té en compañía de los viejos maestros, no más talleres literarios a su gusto y medida ahora los maestros somos nosotros”, se leía en las páginas de la Revista Apsi en marzo de 1992. Como todo manifiesto, estaba cargado de arrojo y cierta insolencia.
Quien firmaba era el escritor Jaime Collyer (1955), que con 37 años tenía tenía una novela, “El infiltrado”, que efectivamente era parte de un despliegue: de pronto, en las librerías aparecía un inédito caudal de libros chilenos firmados por Gonzalo Contreras, Carlos Carlos Franz, Marcela Serrano, Arturo Fontaine, Alberto Fuguet, Ana María del Río y varios otros, que conseguían lo siempre esquivo: esquivo: se compraban, se leían, se comentaban, eran un éxito. Era la Nueva Narrativa Chilena, un movimiento no exento de sospechas que en el regreso de la democracia dio tiraje a unas escrituras que habían quedado ocultas bajo el manto de la dictadura. dictadura. Fue un despertar.
También una estrategia editorial de tintes tintes comerciales comandada desde las oficinas de Planeta, que al alero de la colección Biblioteca del Sur buscó y encontró a autores autores locales que los lectores estaban esperando: una novela como “La ciudad anterior”, de Contreras (1958), vendió cerca de 40 mil ejemplares durante dos años en que no salió del ranking de los más vendidos. Lo mismo sucedió con libros como “Mala onda”, onda”, de Fuguet (1963), o “Nosotras que nos queremos tanto”, de Serrano (1951). Las tres fueron publicadas en 1991. “Tuvimos suerte.
Algunas de nuestras obras ganaron una trifecta: trifecta: buenas críticas, buenas ventas y un moderado eco internacional”, internacional”, sostiene Franz (1959), mientras que Contreras agrega: “El fenómeno de la Nueva Narrativa es histórico; estábamos en el retorno a la democracia y había un interés por la producción cultural propia.
Fue una pequeña edad de oro”. Más instigador que protagonista de la escena, el dramaturgo Marco Antonio de la Parra (1952) veía el momento como el surgimiento de un nuevo nuevo tipo de escritor que, con el modelo de José Donoso, aspiraba a ser cosmopolita y conectarse con el mundo. Cree que sucedió, y también que ya pasó: “La Nueva Narrativa fue un destello de unos años y luego cada uno hizo su ruta. Quedaron los icónicos. No nos comimos el mundo”, dice.
Irrumpieron en la escena, como decía Collyer, pero ¿ no la abandonaron? Algunos dieron un paso al costado o bajaron el ritmo de publicaciones; otros, como Fuguet, usaron esa plataforma plataforma para crear una obra personal que nunca cesa.
De hecho, en mayo pasado publicó su libro número 20, la novela “Ciertos chicos”. chicos”. Su nombre ya no está asociado únicamente a la Nueva Narrativa, Narrativa, pero es una prueba de que el abandono no fue total.
Más aún, en estos días se está produciendo una coincidencia que se parece mucho a un regreso: en librerías ya están las nuevas novelas novelas de Collyer, “Agua que has de beber” (Lom), y de Fontaine, “Y entonces Teresa” (Catalonia), y en los próximos días llegará una de Contreras, “El verano y toda su ira” (Seix Barral). Si a inicios de los 90 a las novelas del movimiento las unieron temáticas que surgían de los años de la dictadura, ahora los temas temas son muy disímiles: en “Y entonces Teresa” Fontaine (1952) se sumerge en la vida de la escritora Teresa Wilms Montt y sus circunstancias históricas hasta retratar la belle épo que chilena; mientras que Collyer en “Agua que no has de beber” narra el conflicto entre una empresa minera que pretende explotar un glaciar andino y los científicos que intentan detener lo que ven como una catástrofe ambiental.
A su vez, Contreras sigue fiel a sus novelas de personajes y en “El verano y toda su ira” perfila a Bobby Serna, un atribulado lector de Nietzsche que se suicida, desatando el examen vital de varios amigos que se preguntan por todo lo que hicieron y dejaron de hacer. ¿Nueva? Mal agüero “, Volvimos a los 90?”, dice riéndose el editor Arturo Infante, que publica a Fontaine en Catalonia, pero rápidamente retruca con algún realismo: “Son momentos que no tienen ningún punto punto de comparación, porque ahora no está estallando nada. Pero SIGUE EN E2 En estos días, Gonzalo Contreras, Jnovelas. Jnovelas.
Es una coincidencia c transición tuvieron un éxito i Río y Alberto Fuguet publicaron nuevos 1 mismos Neurobiólogo que estudia las profundidades de los circuitos de la mente humana, en su nuevo libro “Una historia de cuerpos, cerebros y mentes”, Aboitiz sigue el desarrollo de la vida a través de cuatro mil millones de años, incluida la evolución del cerebro del Horno sapiens y de rasgos humanos como la cultura, la tecnología, el lenguaje y la conciencia.
“Hay preguntas que la ciencia puede responder y otras que no, como la raíz última de la conciencia”. E 6 y se re en Berlín”, de Carlos Cerda. ¿Dónde andaba la Nueva Narrativa? ¿ Vienen a reclamar su trono? E 4 El imprevisto arte de Thomas Shütte llega al MoMA, E 7 Libros para Navidad. Escnbe Mana Jose Navia. E 8 Publican el último volumen de la colección “Casas de Campo.