China corteja a los aliados de EE.UU. como una defensa ante Trump
China corteja a los aliados de EE.UU. como una defensa ante Trump CONTENIDO LICENCIADO POR THE WALL STREET JOURNAL ceso al mercado chino.
El cambio de posición de Beijing refleja los desafíos que prevé en su trato con Trump, cuyos primeros cuatro años en la Casa Blanca definieron nuevamente la política de Washington con respecto a China al reemplazar un compromiso de décadas por un enfoque más de enfrentamiento. Un conflicto comercial a gran escala durante el primer período de Trump puso muy tirantes los vínculos bilaterales.
Xi envió a Trump un mensaje de felicitaciones el jueves pero también le dio una velada advertencia al gobierno entrante de Trump sobre involucrarse en nuevas luchas económicas con China. "La historia nos dice que ambos países pueden ganar con la cooperación y perder con el enfrentamiento", expresó Xi.
Con la nueva estrategia de apertura, precisaron las fuentes, Beijing espera aprovechar el temor que existe en Europa y Asia de que Trump reactive la retórica a menudo hostil contra los aliados de EE.UU. que empleó durante su primer período.
Durante su campaña a principios de este año, Trump afirmó que alentaría a Rusia a que ataque a los países de la Organización del Tratado del Atlántico Norte que no pagan lo suficiente a la alianza; declaraciones que provocaron angustia tes con líderes empresariales occidentales que Beijing está considerando recortes arancelarios "proactivos" en diversos sectores para dar un impulso a la inversión extranjera y al comercio con Europa y otros países asiáticos, según personas cercanas a la toma de decisión.
Estas personas dicen que los sectores en los que se centra la atención incluyen equipo eléctrico y de telecomunicaciones, como también mariscos y otros productos agrícolas, dependiendo de los países en los que Beijing esté interesado.
Es probable que los líderes europeos se muestren cautelosos frente a las ofertas de China y reticentes a que los pongan en una posición que profundice las desavenencias que ya temen que surgirán con el gobierno de Trump. Las autoridades europeas han manifestado desde hace tiempo que Beijing no ha cumplido las promesas comerciales anteriores. Igualmente les preocupa que el mayor acceso al mercado pueda ser un pretexto para que empresas chinas roben tecnología europea.
En una gran feria de comercio en Shanghái el martes, el Premier chino Li Qiang señaló que su país buscaría una apertura unilateral con el fin de ofrecer a los extranjeros oportunidades de tener acLuego de que el Presidente electo Donald Trump prometiera causar dolor a la economía china al excluir los bienes chinos del mercado estadounidense, Beijing está considerando formas de alejar a los aliados de EE.UU. de Washington en respuesta.
La promesa de campaña de Trump de imponer aranceles de hasta un 60% a las importaciones provenientes de China amenaza el modelo mismo de crecimiento que promovió el líder chino Xi Jinping, uno que se centra en aumentar la manufactura y la exportación como una forma de que el país salga de una contracción económica.
Para compensar el posible impacto en la economía china ya inestable, el liderazgo de Xi está considerando planes para colmar a los aliados de EE.UU. en Europa y Asia de recortes arancelarios, exenciones de visa, inversiones chinas y otros incentivos, según personas cercanas a la toma de decisión de Beijing.
Estas señalan que si bien China está dispuesta a participar en un diálogo con Washington una vez que esté instalado el nuevo equipo de Trump, también está aprovechando la oportunidad de cortejar a los socios tradicionales de EE.UU. con el fin de ganar tiempo e influencia en su competencia cada vez más intensa con EE.UU. Sin embargo, Beijing está enfrentando una batalla cuesta arriba para lograr que la estrategia funcione.
La Unión Europea (UE) ha endurecido su posición con respecto a China en los últimos años y está irritada por el apoyo que ésta le ha dado a la guerra de Rusia en Ucrania, lo que considera como una amenaza de seguridad existencial. Los aliados de EE.UU. en Asia, entre ellos Japón, Corea del Sur y Filipinas, también se muestran cada vez más cautelosos frente a su asertivo vecino.
En los últimos meses, China ya ha eliminado las exigencias de visa para los viajeros de una serie de países, entre ellos Australia, Nueva Zelandia, Dinamarca, Finlandia y Corea del Sur, sin exigir que haya una reciprocidad inmediata de las medidas.
La estrategia, la que se menciona como "apertura unilateral" en los círculos políticos de China, representa un cambio táctico para un liderazgo que ha favorecido durante mucho tiempo los acuerdos económicos y diplomáticos tipo quid pro quo. He Lifeng, el zar económico de Xi, insinuó en reuniones recienen toda Europa. Al tomar esta iniciativa, dicen las personas cercanas a la toma de decisión, China pretende aumentar la presión sobre EE.UU. y tratar de dividir a sus aliados. La nación asiática tiene una necesidad urgente de diversificar sus mercados más allá de un EE.UU. que tal vez la excluya. Ha hecho incursiones en el mundo en vías de desarrollo, pero un acceso mayor a los mercados europeos o asiáticos podría tener un impacto más grande. Los líderes chinos ven una oportunidad para su país con el retorno de Trump a la Casa Blanca.
Desde su punto de vista, según las personas cercanas a la toma de decisión, Trump es un negociador errático que podría acelerar lo que Xi cree que es el decaimiento final de EE.UU. como la única potencia mundial, provocar más desorden político y social en EE.UU. y alejar a los aliados que Biden ha conquistado, lo que ayudaría posiblemente a Beijing a reconstruir las relaciones con los europeos y otros.
Cuando Trump empezó a fijar aranceles a China a principios de 2018 para obligar a Beijing a cambiar sus prácticas económicas lideradas por el Estado, Beijing respondió del mismo modo cada vez, e imaginaba que el empresario convertido en presidente con el tiempo daría marcha atrás. Luego vino una escalada de ojo por ojo. Los impuestos estadounidenses a las importaciones de bienes chinos terminaron cuadruplicándose, de un 3% a un 12%, en promedio durante el primer período de Trump.
Sin embargo, los exportadores chinos se beneficiaron con la sólida demanda de EE.UU. durante la pandemia de covid-19, cuando los consumidores estadounidenses contaban con efectivo directamente del gobierno y cuando una moneda china mucho más débil también hacía que los productos chinos fueran más baratos en el extranjero. Con el impulso de la agenda de Xi enfocada en la manufactura, las exportaciones chinas son unos de los pocos aspectos positivos en la economía del país en estos momentos. Eso significa que si Trump sigue adelante con sus promesas arancelarias, el impacto sobre la economía china probablemente sería muchísimo mayor que durante su primer período.
Algunos estrategas republicanos señalan que, una vez que preste juramento, e s p r o b a b l e q u e Trump empiece a cumplir su promesa de aranceles al enfocarse en el no cumplimiento pleno por parte de China del llamado acuerdo de comercio Fase Uno que firmaron Washington y Beijing en 2020, el que requería que el país asiático aumentara las compras de bienes y servicios estadounidenses en US$ 200 mil millones durante dos años. Estados Unidos tiene derecho a elevar los aranceles a China por el no cumplimiento del acuerdo.
Un informe reciente de Gavekal Dragonomics, una firma de investigación económica, muestra que las exportaciones chinas son el 60% más altas y que la cuota de exportaciones mundiales del país es 2 puntos porcentuales más altos que en 2017, antes de q u e e l p r i m e r g o b i e r n o d e Trump impusiera los aranceles.
Larry Hu, economista experto en China de Macquarie, estima que un aumento de aranceles de un 60% por parte de EE.UU. podría reducir el crecimiento económico de China en 2 puntos porcentuales en los 12 meses después de la puesta en práctica. "La guerra comercial 2.0 podría poner fin al modelo de crecimiento en curso de China, en el que las exportaciones y manufactura han sido el principal motor de crecimiento", observó Hu. A principios de este año, las autoridades comerciales chinas hicieron un esfuerzo desesperado para lograr que la UE se desistiera de imponer aranceles a los vehículos eléctricos fabricados en China. Con todo, el bloque este último trimestre elevó esos aranceles hasta un 45,3%, su medida comercial reciente más severa.
Beijing ofreció una combinación de zanahorias y garrotes al bloque de 27 naciones en un esfuerzo por detener los aranceles, lo que incluía la posibilidad de nuevas inversiones y la amenaza de aranceles a los bienes de la UE. Tanto Beijing como Bruselas han indicado que continuarían negociando para tratar de encontrar una alternativa a los aranceles. Los lazos económicos de Europa con EE.UU. son vitales; el valor de sus exportaciones más que duplica el de sus exportaciones a China. No obstante, las ofertas chinas de un mayor acceso al mercado podrían dar al bloque cierta ventaja en lo que probablemente serán conversaciones comerciales difíciles con el equipo de Trump.
Para cortejar a los líderes europeos, China podría ofrecer algunas zanahorias menores, como poner fin a las investigaciones comerciales que empezaron el año pasado sobre las importaciones de productos lácteos y porcinos europeos, y a los aranceles temporales impuestos hace poco al brandy europeo. Otras medidas podrían incluir un acceso más expedito a los mercados de compras chinos y una promesa de aumentar la inversión en países europeos.
Sin embargo, cualquier promesa china de aumentar la inversión en el bloque correría el riesgo de crear una división entre los estados miembro europeos, señaló Abigaël Vasselier, jefa del programa de relaciones exteriores de Mercator Institute for China Studies.
Lo principal que quiere la UE de China, precisó Vasselier, son medidas eficaces para frenar el flujo de productos de bajo costo que entran al mercado europeo y el fin del apoyo de China a Rusia. En ambos puntos, agregó, "China no tiene, en este momento, la capacidad de responder". Laurence Norman colaboró con este artículo.
Traducido del inglés por "El Mercurio". Anticipación a política proteccionista del presidente electo: China corteja a los aliados de EE.UU. como una defensa ante Trump LINGLING WEI Y KIM MACKRAEL THE WALL STREET JOURNAL Al temer una andanada de aranceles estadounidenses, Beijing espera utilizar reducciones de aranceles "proactivas" y ofertas de inversión para atraer a los socios de la nación norteamericana en Europa y Asia. ACUERDO EE.UU. tendría derecho a elevar los aranceles a China por el supuesto incumplimiento del acuerdo de 2020. Una pantalla muestra la cobertura de las elecciones estadounidenses en un restaurante de Hong Kong. AFP.