Autor: ELIGENIO PRIETO KATUNARIC. GERENTE GENERAL CONCESIONARIA DE LA ZONA FRANCA
Columnas de Opinión: En Magallanes no sobran empresas
Columnas de Opinión: En Magallanes no sobran empresas La columna de. .. La columna de. .. En menos de una década, y por distintas razones, Magallanes ha experimentado el declive o cierre de actividades que han definido parte de su vida económica: la gran minería en Isla Riesco, la industria de hidrocarburos, la salmonicultura con su ajuste de producción y relocalización de concesiones, la construcción con la caída en los permisos de edificación, la ganadería que ha perdido una parte significativa de su masa ovina y, más recientemente, la industria forestal en Tierra del Fuego, Aunque toda actividad productiva debe operar bajo un compromiso irrestricto no solo con el medio ambiente, sino también con el trabajo digno, la responsabilidad social y la relación armónica con la comunidad, en una región donde las empresas y sectores productivos son limitados, su desaparición o retroceso rompe el equilibrio del entramado productivo y social, generando impactos que trascienden en lo inmediato y se prolongan en el tiempo. La región ha apostado por el hidrógeno verde como una promesa de reconversión productiva y proyección global. Su desarrollo implica grandes inversiones, marcos regulatorios claros, un estricto resguardo ambiental y plazos de maduración que se miden en años.
Es una apuesta que debe abordarse con visión estratégica y paciencia, con la convicción de que, si se integra como un motor más dentro de la matriz productiva de Magallanes, podrá complementar y potenciar a las industrias ya existentes, generando beneficios sostenibles para la región y sus comunidades. Frente a este escenario, nuestra región cuenta con dos pilares consolidados y tangibles: la industria del turismo y la Zona Franca.
El turismo se ha posicionado como una de las actividades más resilientes y con mayor proyección, gracias a la consolidación de Última Esperanza como destino de clase mundial, con Torres del Paine a la cabeza, y al creciente flujo de cruceros, aportando visitantes de alto poder adquisitivo y dinamizando las economías locales. Según el Barómetro Cadem 2025, el turismo es considerado por de los magallánicos como la principal actividad económica de la región, manteniendo la misma valoración que en la medición anterior. Esta industria goza de una imagen muy positiva y es vista, además, como el segundo sector con mayor proyección local y uno de los más relevantes en proyección internacional, después del hidrógeno verde. El turismo antártico, dinámico e innovador, se ha transformado en un segmento de nicho que sitúa a Magallanes en el mapa global de la exploración y la ciencia.
Tras la pandemia, una industria compuesta por cientos de actores, que impacta a miles de personas, ha demostrado una notable capacidad de recuperación, ampliando su oferta y fortaleciendo su conexión con la identidad cultural y natural del territorio.
La diversificación hacia áreas como la gastronomia, la aventura, la exploración, la hoteleria boutique y las experiencias culturales la proyecta como un pilar estable, generador de empleo y con alto potencial de crear nuevas oportunidades en la economia regional. La Zona Franca es otro ejemplo concreto de como un ecosistema empresarial diversificado puede transformarse en un verdadero motor de desarrollo regional.
Con más de un millar de empresas -el 98% de ellas micro, pequeñas y medianas, genera más de 2.600 empleos directos, con una alta participación femenina, y recibe anualmente a más de diez millones de visitantes. Desde 2007 ha triplicado las ventas comerciales y ha aportado al Gobierno Regional importantes recursos para inversión social, consolidándose como la franquicia tributaria que más retorno genera en Magallanes. La ciudadanía lo respalda: según el Barómetro Cadem 2025, Zona Franca es el espacio comercial y de servicios más valorado, visitado yrepresentativo de la región. Es, además, un lugar profundamente integrado a la vida cotidiana de los habitantes de Magallanes, atributos que dan cuenta de la profunda conexión simbólica, afectiva y cultural que la comunidad ha desarrollado con el recinto.
Su crecimiento sostenido, récords de ventas y capacidad de atraer nuevas marcas y servicios lo posicionan como un polo económico, turístico, social y cultural que no solo genera pertenencia y oportunidades, sino que confirma que la diversificación productiva es viable en la región. Magallanes necesita más ecosistemas como el turismo y Zona Franca: redes de empresas interconectadas -o clustersque integren producción, logistica, comercio, experiencias y servicios, generando valor y empleo en múltiples áreas. Ampliar la base productiva no solo reduce riesgos, tambien fortalece la resiliencia económica y social de la región. En un territorio tan diverso y exigente como el nuestro, apostar por la diversificación es asegurar un futuro más estable, innovador y sostenible.
Eldesafio es claro y urgente: fortalecer el tejido y el ecosistema empresarial existente, generar las condiciones para que nuevas industrias florezcan yasegurar que las grandes apuestas-como el hidrógeno verde-se integren para complementar y potenciar la economia regional. Esto exige visión estratégica, colaboración entre el sector público, privado y la comunidad, y un compromiso sostenido con un desarrollo que beneficie a cada rincón de Magallanes. Una región que crece desde su propia gente, conectando talentos, recursos y oportunidades para avanzar en equilibrio con su entorno. Un Magallanes que apuesta por la diversidad de sus actividades productivas, integrando a cada persona en un mismo propósito: crecer unidos, crear sin limites y cuidar la tierra que nos define como región..