Editorial: Aumento de los campamentos
Editorial: Aumento de los campamentos H ay varias señales que están indicando que la Región de Los Lagos, que por años se ha ido consolidando como polo de desarrollo en la zona sur austral, está pasando por un momento complejo.
La última ha sido el reciente informe de desempleo que prepara el Instituto Nacional de Estadísticas, y que arrojó que Los Lagos alcanzó en el trimestre de marzo a mayo el peor indice de desocupación, con un 6,4%, con una mayor incidencia negativa de los sectores de agricultura y pesca, transporte y alojamiento y servicios de comidas.
Poco antes, la semana pasada, se entregó otro indicador que da cuenta de las crecientes dificultades de la región que requieren ser abordadas con urgencia y que, por lo demás, tienen estrecha relación con el estado de la economía de Los Lagos.
De acuerdo a un catastro elaborado por Techo-Chile, esta fue la región de la zona sur con la mayor cantidad de campamentos, 75, que albergan a 3.589 familias, reflejando un incremento de 17% que prácticamente dobla al promedio nacional.
En concreto, detrás del aumento en el número de asentamientos irregulares puede haber varias explicaciones: la incapacidad de las familias para acceder a una vivienda regular (principalmente por cuestiones económicas), la dificultad del Estado para responder con diligencia y premura a esta demanda, la falta de terrenos, la falta de recursos, etc. Pese a que este gobierno impulso desde sus inicios un Plan de Emergencia Habitacional, estos números están testimoniando un problema crónico que demanda más velocidad en la toma de decisiones. Tal afirmación se sustenta con otra cifra entregada en el catastro, que señala que hay 600 personas que están esperando hace 25 años una solución habitacional. Reparar esta brecha exige, primero, que la región retome la senda del desarrollo económico, algo extraviada desde hace un tiempo por la permisologia y la incertidumbre normativa. Parece ser fundamental, por lo demás, un diálogo activo entre la necesidad de dar solución a la demanda habitacional y los legítimos requerimientos medioambientales.
Sin sentido de urgencia, la demanda seguirá creciendo, los campamentos irán albergando mas y más familias y se convertirán en una olla de presión que en cualquier momento, ahora o en el próximo gobierno, estará en condiciones plenas de estallar.. Este fenómeno se relaciona directamente con el estado de la economía regional y evidencia la necesidad de acelerar las soluciones. E Editorial