Elevadas mediciones de informalidad
Elevadas mediciones de informalidad E l Instituto Nacional de Estadísticas (INE) publica antecedentes de la informalidad en el empleo desde el tercer trimestre de 2017. Si se excluye la pandemia, en las últimas cuatro mediciones se habrían alcanzado los valores más bajos de la serie. Así, en el último trimestre móvil, la proporción de informales alcanzó un 26%, esto es, 1,2 puntos porcentuales más baja que al inicio de esta administración. El Gobierno ha valorado este resultado como reflejo de un aumento en la calidad del empleo. Es, sin embargo, difícil darle credibilidad a tal afirmación. Por un lado, el desempleo se encuentra en un nivel comparativamente elevado, alcanzando un 8,9% en la última medición disponible, que se compara negativamente con el 7,7% observado al inicio de esta administración.
Al mismo tiempo, la creación de empleos en el período, a pesar de que el Gobierno asumió en un momento en que la ocupación estaba aún recuperándose del retroceso de la pandemia, ha alcanzado hasta ahora solo a 486 mil, muy por debajo de los 700 mil comprometidos.
Por otro lado, esta informalidad contrasta con tasas de 8,5% en los países de más altos ingresos (datos de la OIT, 2024). Por cierto, los datos no son siempre comparables, por consideraciones metodológicas, pero dan cuenta de los enormes desafíos que aún tiene Chile en esta materia. Además, un análisis del profesor David Bravo, de la UC, muestra que la informalidad podría ser aún mayor. Para llegar a esta conclusión, utiliza los datos de los cotizantes al sistema de pensiones y los compara con los ocupados reportados del INE.
A partir de ahí, concluye que la informalidad realmente estaría en un nivel de 37,7%. Sin duda, es una medición más estricta, aunque no necesariamente significa que la persona esté desprotegida para la vejez, que es uno de los criterios utilizados para medir informalidad: las lagunas previsionales tienen una variabilidad muy grande y, en un país con alta rotación laboral, quienes no cotizan en un mes pueden ser muy distintos de quienes no lo hacen al siguiente. Pero, más allá de la metodología empleada, no cabe duda de que la informalidad en Chile se mantiene en niveles demasiado elevados, siendo un asunto que requiere más análisis. Existen esfuerzos para reducirla desde hace un buen tiempo, pero ante avances tan escasos --si no nulos--, se tienen que pensar otras acciones. Seguramente, una explicación puede estar en la brecha entre el salario bruto y el neto. El arbitraje de esa "cuña" podría ayudar a entender el fenómeno, pero en los países más avanzados ella es aún mayor y la informalidad observada, mucho más pequeña. Quizás en ellos el Estado tiene mayor capacidad para evitar ese arbitraje o para impedir el desarrollo de actividades productivas informales. Cualquiera sea la explicación, la alta informalidad, más temprano que tarde, es dañina para las personas y la economía. Es indispensable abordar con más decisión este problema y lograr una reducción efectiva. Es indudable que se mantiene en niveles demasiado elevados, cualquiera sea la metodología con que se mida..