Autor: José Manuel Morales CEO Brinca
COLUMNAS DE OPINIÓN: En defensa de la sostenibilidad
COLUMNAS DE OPINIÓN: En defensa de la sostenibilidad SOLICITADA POR CEO BRINCA SOLICITADA POR CEO BRINCA SOLICITADA POR CEO BRINCA En defensa de la sostenibilidad sostenibilidad José Manuel Morales CEO Brinca En los últimos meses, el debate sobre la sostenibilidad y los criterios ESG ha tomado un tono crítico. Existe escepticismo de que estas herramientas sean una moda pasajera que distrae a las empresas de su verdadero propósito: generar valor económico. Sin embargo, el verdadero problema no es la sostenibilidad en sí misma, sino su aplicación superficial o mal entendida. Lejos de ser una imposición ideológica, la sostenibilidad es un enfoque pragmático. Los cambios regulatorios, la relación con las comunidades y las expectativas de los consumidores han hecho que la gestión ambiental, social y de gobernanza sea un factor clave de diferenciación. Según McKinsey, el 63% de los inversionistas considera los factores ESG al tomar decisiones, y en mercados desarrollados, el 88% de los consumidores prefiere marcas con compromisos sostenibles. No es coincidencia que empresas como Coca-Coca, Acciona y Copec hayan hecho de la sostenibilidad su motor de crecimiento sin sacrificar rentabilidad. Obtener la licencia social y ambiental para operar hoy es más desafiante que solo cumplir las reglas. Para cumplir el propósito, las empresas deben desarrollar una sostenibilidad estratégica y pragmática que equilibre la rentabilidad con los criterios ESG. En el caso de la rentabilidad, para que una empresa sea sostenible en el tiempo, debe solucionar las necesidades de los clientes respetando las reglas del juego. Ahora bien, las reglas del juego cambian y las empresas no operan en el vacío.
Pensemos en la Zona Industrial de Ventanas, tildada muchas veces como "zona de sacrificio". A las empresas que operan ahí, ¿sólo les basta enfocarse en sus clientes y cumplir la ley para ser sostenibles? Actualmente vemos que muchas de estas empresas toman conciencia del impacto de sus Operaciones y realizan acciones para mitigar sus externalidades negativas y generar valor compartido. Finalmente, el ESG no es una receta universal, sino un marco de referencia que cada empresa debe adaptar a su realidad según sus valores y modelo de negocio. Los análisis de materialidad deben basarse en lo que hace sentido al modelo de negocio presente y el futuro. Un ejemplo local está en la industria minera, donde la gestión del agua y la inversión en plantas desalinizadoras permiten la continuidad operacional y mejoran la relación con comunidades y el medioambiente. Escondida BHP opera 100% con agua desalinizada eliminando el uso de aguas continentales, y AMSA ha puesto en marcha la planta desalinizadora de Los Pelambres, la primera en su tipo en el centro de Chile. Con estas acciones hay una mejor gestión de los recursos hídricos, no se compite con las comunidades por el agua y aseguran la continuidad operacional en el largo plazo. Hoy, la invitación a empresarios y ejecutivos es a tomarse la sostenibilidad en serio, no como una tendencia, sino como una estrategia clave para la resiliencia e innovación empresarial. No se trata de discursos políticamente correctos ni de checklists burocráticos, sino de gestionar riesgos y oportunidades en un entorno en constante cambio. en constante cambio. en constante cambio..