COLUMNAS DE OPINIÓN: Con la CONI en brazos
COLUMNAS DE OPINIÓN: Con la CONI en brazos Velando por mi salud, decido vacunarme.
En el vacunatorio me encuentro con la grata sorpresa de que hay muy pocas personas, todas adultos mayores, por lo que tras unos cortos minutos, ya estoy frente a una joven enfermera, quien me informa que me aplicarán 3 vacunas: contra el covid, la neumonía y la influenza, dos en un brazo y la restante en el otro. "O sea, recibiré en mis brazos a la CONI", le contesto, intentando hacer un chiste incomprensible con un acrónimo de las tres enfermedades.
La chica no se ríe y comienza a tratarme con un lenguaje protector: "Ahora descubra sus bracitos para vacunarlo". Al ver que cierro los ojos esperando el cruel momento del dolor de la perforación, me consuela: "No tenga miedo, es solo un pinchacito que dura un momentito". Ya sometido a la inoculación de las tres sustancias que me protegerán el próximo invierno, me advierte que probablemente sufriré dolores de cabeza y algo de fiebre, y que la única indicación frente a estos malestares es "quedarse quietecito e ingerir mucho líquido". Le pregunto si el Gin Tonic será considerado líquido para esos efectos, pero lo niega enfáticamente: solo agua. Mientras salgo del recinto, creo sentir los síntomas que me advirtió la enfermera, pero consciente de que adolezco de un nivel alto de hipocondría, decido espantar de mi mente esas dolencias imaginarias. Así vuelvo a mi casa, aliviado por haber pasado el trance vacunatorio y con la CONI en mis brazos. D Í A A D Í A Con la CONI en brazos R. RIGOTER. - -