COLUMNAS DE OPINIÓN: Trump y el aborto
COLUMNAS DE OPINIÓN: Trump y el aborto O Columna Manfred Svensson Trump y el aborto asiexactamente dosaños C atrás, la Corte Suprema de Estados Unidos revirtióel fallo de Roe vs. Wade que cincuenta años antes había liberalizadoel aborto en dicho país. Esefallo del 2022nosignificóque ahoraelabortofitera punible. Su logro, mucho más modesto, implicaba que esta cuestiónnoseregulabaanivelnacional, sinoenel proceso democrático decadaestado. Eso era suficiente, sin embargo, para que se sintieran rejvindicadosaquellosconservadoresquese habían sentido agusto con Trump. La clave para este triunfo había estado en los nombramientos desuanterior gobierno para la Corte Suprema. La apuesta había dado frutos. En ese momento, el fin de Roe vs. Wade fue ampliamente discutido también en nuestro país. Lo que, en cambio, no ha recibido publicidadalguna, esla discusión de esta semana sobre elaborto, queesta vezha estado enlasnoticiasnorteamericanas porel giro de Trump en sentido contrario. Dos figuras que compiten por ser su vicepresidente J.D. Vance y Marco Rubio emitierondeclaraciones quematizaban de modo significativo su oposición al aborto. Al mismo tiempo, bajo la influencia del mismo Trump, el compromiso con la protección de la vida desdela concepción fue removido del programa republicano. Se cumplió asílo que por cuarenta años habían buscado los militantesmás progresistas del partido. Aquí obviamente emerge una pregunta parala izquierda. Después detodo, cuandoel progresismoentraen pánico respecto dela derecha más dura, recurrede modo invariable adescribirlacomosisetratara de unblobirlacomosisetratara de unblo"Universidad de los Andes "Universidad de los Andes "Universidad de los Andes queantiliberal cuyas metas son fundamentalmente conservadoras. Trump ya noservirá de muchoen esa narrativa.
Tampoco servirá mucho LePen, cuya Agrupación Nacionalse plegósin problemas cuandoen marzo de este año Francia convirtió elabortoen un derecho constitucional (una promesa hecha por Macron tras el fallo estadounidense dos años atrás). Tal vezsea hora de queen laizquierda empiecea buscarcategorías algo más precisas, atentasalas diferencias nada triviales que hay entre estas dos figuras y losotros ejemplos icónicos dela "nueva derecha". Perolas preguntasmásserias son para el otro lado. Seríaobviamente equivocado suponer en 'Trumpalgún profundo cambio de opinión sobre el fondo. Su relación con elaborto y consus votantes, comotodolo demás, hasidoconsistentementeinstrumental: esta causa sirvió hasta cierto punto, pero ahora ya no. En ese sentido, las preguntas críticas se dirigenhoynoa él, sinoaaquellos conservadoresqueminimizanla nueva posición del candidato paranodañarsucampaña. Conservadores usarona Trump para lograrsusmetas; Trump usaa conservadores para alcanzar las suyas. Pero esas relaciones instrumentales tienen consecuencias devastadoras. Si no hay ahora unaresistenciasignificativa, Estados Unidos de facto quedarácon dos partidos "pro-choice" (uno moderado y otro radical). ¿Quedarán cautivos los votantes trariosalaborto porquelaopción demócrataestanto peor? Esa debeser parte dela apuesta del epublicanismo trumpista. Esla ilusión que el Partido Demócrata cultivó por décadas respecto de lasminoríasémicas. lasminoríasémicas. lasminoríasémicas.. - -