Autor: Manfred Svensson
Columnas de Opinión: La universidad y sus enemigos
Columnas de Opinión: La universidad y sus enemigos C Columna D masiada facilidad.
La semana pasada la Universidad de Indiana Bloomington, una prestigiosa universidad estatal en Estados Unidos, ha decidido suspender más de un centenar de programas por no contar con el número de graduados anuales (que ahora son fijados ahí por ley). Se trata de una medida que afecta a disciplinas cientificas tanto como a las humanistas. Si traemos aqui a colación esa historia, de entre tantas otras, es por el contraste que hay entre su escasa coberturay las ampliamente discutidas politicas de Trump.
Se trata de una medida radical, pero al no ser parte de la actual guerra cultural y politica no recibe nada de la atención mundial que esas otras medidasatraen. urante los últimos meses un gran número de voces se levantó para criticar las medidas del gobierno norteamericano contra sus universidades de élite, como Harvard. Setrató de una reacción en gran medida justificada. Dichas universidades ciertamente tenían y tienen problemas muy severos. Politicas de admisión que usan criterios raciales, por ejemplo, y una tendencia a la homogeneidad intelectual y politica de proporciones descomunales. Harvard, en concreto, ha sido descrita y vivida por muchos como un apéndice del Partido Demócrata. Pero aunque todo eso sea verdad -y sigue siendolo-, eso no significa que cualquier tipo de respuesta se justi"Las universidades son ecosistemas imposibles de reformar con medidas toscas desde afuera.
Por lo mismo, cuando existen tales medidas hay que preguntarse si sus responsables quieren realmente reformarlas o en realidad castigarlas y destruirlas". Cuestiones como esta nos obligan a preguntar cuál es realmente el principal enemigo de las universidades.
Y el caso sugiere una respuesta muy obvia, pero que solemos pasar por altoc en medio de todas nuestras querellas y de las amenazas reales para la universidad que hay enellas, uno de sus principales enemigos sigue siendo el utilitarismo superficial, la incapacidad de ver el conocimiento como algo que por si mismo vale la pena cultivar. Y hay un enemigo más: el intento por hacer caber todo bajo una misma norma. ¿ Merecían algunos de esos programas ser cerrados? Seguramente. Pero ese tipo de pregunta sólo se puede resolver con un juicio concreto sobre el valor de cierto saber, no mediante una politica general sobre el número de graduados. Una universidad que no sabe transmitir el valor del saber prudencial, concreto, termina ella misma siendo victima de su ausencia. fique. Las universidades son ecosistemas imposibles de reformar con medidas toscas desde afuera. Por lo mismo, cuando existen tales medidas hay que preguntarse si sus responsables quieren realmente reformarlas o en realidad castigarlas y destruirlas. Ahi hay entonces un tipo de enemigo para las universidades: el que cree poder dar desde fuera un golpe de timón, sin invertir de modo intenso en su reforma desde dentro. Esa manera de enfrentarlas tiene un problema adicional. Enfrentadasa un tosco adversario externo, ellas se cierran a reconocer sus problemas, ytienden a simplemente obnubilarse con la idea de que son bastiones de pensamiento crítico, lo sean realmente o no. En esa autocomplacencia, se vuelven enemigas para si mismas. Ahi hay un segundo tipo de enemigo. Pero hay también otros adversarios, enemigos bien conocidos que olvidamos con de*Universidad de los Andes.