Intervención fonoaudiológica: desde educar a rehabilitar
Intervención fonoaudiológica: desde educar a rehabilitar Ante la complejidad e impacto integral de la disfagia sobre el bienestar de las personas afectadas y sus entornos, la intervención es primordial para limitar la progresión y rehabilitar la función deglutoria para llevar una alimentación e hidratación segura y eficiente, reduciendo riesgos asociados. Y cuanto antes inicie es mucho mayor el avance que se puede lograr, enfatizó la fonoaudióloga Fabiola Aguirre. La intervención fonoaudiológica es un pilar, en el marco de un abordaje que deben darse idealmente en equipos multidisciplinarios en que participen kinesiólogos, terapeutas ocupacionales o psicólogos, acorde a las afecciones del trastorno, relevó.
Los plazos, objetivos y estrategias de intervención se determinan por factores como causa y severidad de la disfagia, que explicó que “en general se relaciona con cuánto la persona puede efectivamente recibir por boca”. La más severa es con imposibilidad de recibir alimentos, líquidos o medicamentos vía oral, mientras una leve son pequeñas dificultades con ciertos alimentos.
“Nuestra intervención tiene que ver con aspectos relacionados a reactivar una función, sobre todo en pro-La disfagiapuede provocar riesgos como ahogamientos o neumonía por aspiración, condiciones como desnutrición y afecciones de la esfera emocional y social. cesos agudos y no degenerativos con ejercicios específicos e indicaciones. También hay compensación para lograr realizar una ingesta o alimentar con cierto tipo de comida”, contó. Por ejemplo, una intervención precoz es crucial tras eventos agudos que produzcan daño neurológico como accidentes cerebrovasculares, pudiendo lograr importantes evoluciones. En otros casos la clave está en ciertos ajustes postulares y de las condiciones para comer o beber líquidos.
Un escenario ante el cual la profesional añadió la importancia de enfoques educativos y preventivos para la mantención de la función deglutoria y prevención o mitigación de deterioros en la vejez, sobre todo en pos de promover un envejecimiento saludable y responderlas demandas por el notable aumento de la esperanza de vida de las personas en Chile que hace que cada vez haya más mayores de 65 años. El paso del tiempo aumenta de forma biológica los riesgos a afecciones como accidentes cerebrovasculares y neurodegeneración, y también de disfagia, que según las estadísticas afecta a 13% de la población de personas mayores. Para Aguirre fundamental es tener conocimiento y consciencia sobre esta condición y cuándo estar alerta: cualquier alteración como trapicarse o atorarse al ingerir alimentos, líquidos o fármacos. “Al notar una dificultad lo importante es no asumir como parte de un proceso de envejecimiento. Siempre se debe tener atención y consultar para evidenciar si se puede compensar o se está en un escenario más complejo”, sostuvo. La intervención requerida puede ir desde educación para entregar herramientas que aplicar en la alimentación hasta ejercicios para reactivar, pero siempre mientras antes se realice es mejor el pronóstico y menor el impacto. OPINIONESTwitter @DiarioConce contacto@diarioconcepcion.cl. FOTO: /CC