Autor: Santa Barbara, pero su intención
Cómo un surfista se convirtió en multimillonario biotecnológico
Cómo un surfista se convirtió en multimillonario biotecnológico Industria conocida por un velo aparentemente impenetrable:El éxito de Bob Duggan demuestra que no necesita un doctorado para ganar dineroen el complejo mundo de la biotecnología. CONTENIDO LICENCIADO PORTHE WALL STREET JOURNALDAVID WAINERThe Wall Street JournalExiste el mito de que para ga-nar dinero con acciones de bio-tecnología es necesario tener untítulo universitario. Pero BobDuggan, un ávido surfista quenunca se graduó de la universi-dad, ha probado que esa idea eserrónea. Dos veces. La inversión más reciente deDuggan, Summit Therapeutics, ha llegado a ser una de las mayo-res apuestas de la industria en losúltimos años.
Las acciones hansubido más de 1.000% en los úl-timos 12 meses gracias a datos deun ensayo en su etapa final quedemostró que su medicamento, Ivonescimab, superó al exitosomedicamento para el cáncer deMerck, Keytruda, en pacientescon una forma de cáncer al pul-món. Duggan, quien ya era mul-timillonario antes de la inversiónde Summit, tiene ahora una for-tuna de cerca de US$ 16 mil mi-llones, según datos de Forbes. Aún queda mucho por hacercon el medicamento, el queSummit obtuvo bajo licencia dela compañía biotecnológica chi-na Akeson en 2022. Para empe-zar, los inversionistas están im-pacientes por ver cómo actúa enensayos globales fuera de China. No obstante, lo que es notablecon respecto al éxito de Summithasta ahora es que esta ni siquie-ra es la primera vez en que Dug-gan gana miles de millones enbiotecnología. Hace unos 20 años, Duggan, miembro de la Iglesia de la Cien-ciología, empezó a adquirir ac-ciones en una compañía de bio-tecnología poco conocida llama-da Pharmacyclics. Le interesabael medicamento de la compañíapara el cáncer, Xcytrin, debido auna pérdida personal: la muertede su hijo por un cáncer cerebral. Pharmacyclics finalmente sus-pendió el desarrollo del Xcytrindespués de múltiples derrotas, pero siguió desarrollando el exi-toso medicamento Imbruvicapara la leucemia. En 2015, Ab-YARPS. DYELLEHque ahora se está enfrentandocon el fármaco de mayor ventade la gran compañía farmacéuti-ca. Al igual que el Keytruda, elIvonescimab se une a una pro-teína llamada PD-1, liberando alsistema inmune para que ataquey destruya las células cancero-sas. Pero el medicamento tieneun segundo modo de acción:también bloquea una proteínallamada VEGF, la que ayuda alorganismo a crear vasos sanguí-neos. Los tumores necesitanmucha sangre para crecer. Alprivarlos de sangre mientraspermite al mismo tiempo que elsistema inmune los ataque, elfármaco parece asestar un golpemás potente. En el estudio, lospacientes que tomaron el reme-dio de Summit pasaron 11,1 me-ses promedio antes de que sucáncer volviera versus solo 5,8meses para el Keytruda. Algunos expertos han adver-tido que la acción dual podríallevar a preocupaciones de segu-ridad en el camino.
En vista delhistorial de los efectos secunda-rios con fármacos que apuntan aVEGF, los analistas están impa-cientes por ver más datos con elfin de asegurarse de que no hayaefectos más dañinos y que el re-medio ayude a mejorar la super-vivencia en general de los pa-cientes. Analistas señalan que Sum-mit tiene la oportunidad deabordar las indicaciones en todoel mercado de PD-1, el que res-ponde por US$ 50 mil millonesen ventas anuales. Pero la ejecu-ción será igual de importante.
“Ahora tiene los datos que de-muestran que puede destronar auno de los medicamentos onco-lógicos más importantes que ha-ya habido. ¿Cómo contrata a laspersonas adecuadas? ¿ Cómo di-seña los ensayos correctos?¿ Cuándo pone su medicamentoen el mercado, y qué tan grandese vuelve?”, manifiesta BradleyCanino, analista de Stifel. Mientras el mercado asimilala enormidad de desafíos deSummit, las acciones deberíanseguir siendo volátiles y podríanrestituir algunas ganancias. Después de un aumento luegode la publicación de los datos, las acciones cayeron. Pase lo que pase con el medi-camento de Summit, los exper-tos en el tema han aprendido deuna vez por todas que triunfaren biotecnología es mucho másque tener un selecto pedigrí. Artículo traducido del inglés por “El Mer-curio”. ca en los últimos años. bVie pagó US$ 21 mil millonespor la compañía. Debido a que las probabilida-des están muy en su contra, esextremadamente difícil ganar eloro de la biotecnología una vez.
El hecho de que Duggan, quienahora tiene 80 años, lo haya lo-grado dos veces debería llevar areconsiderar qué se necesita pa-ra tener éxito en una industriaconocida por un velo aparente-mente impenetrable de jergatécnica a la que tienen acceso so-lo aquellos con varios títulosacadémicos. Nathan Vardi, autor de “Forblood and money”, que narra eldesarrollo del Imbruvica y unamolécula competidora, dice quedurante su investigación obser-vó que muchas personas en loscírculos biotecnológicos pensa-ban que Duggan simplementetuvo suerte. Si bien la suerte sinduda desempeña un gran papelen el mundo binario del desarro-llo de fármacos, son pocos losque seguirían atascados en eseargumento ahora. Entonces, ¿cuál es su secreto?Una cosa que señala Vardi es lahabilidad para saber cuándo re-tirarse y cuándo apostar todo enuna inversión. “Duggan tienetoda una vida de experiencia ha-ciendo grandes apuestas con supropio dinero en juego y dedu-ciendo cuándo mantenerse o re-tirarse”, escribió en un correoelectrónico.
“Nadie atina siem-pre en estas cosas, pero creo quetenemos que reconocer que loestá haciendo realmente bien”. Duggan, quien creó empresasexitosas en repostería y robóticaantes de dar un salto a la biotec-nología, sugiere que la ingenui-dad de un extraño, combinadacon la intensidad que aporta acualquier cosa que haga, le per-mitieron intentar cosas pococonvencionales. En una entre-vista, recuerda que, cuandoPharmacyclics decidió desarro-llar lo que se convirtió en Imbru-vica, había preocupación por lasojivas covalentes del medica-mento, las que se unen irreversi-blemente a su obje-tivo.
Vardi escribeen su libro que, enese momento, “laindustria de medi-camentos evitabaen forma abruma-dora los compues-tos covalentes pre-cisamente debido a su perma-nencia”. Sin embargo, cuando Dugganinvestigó el tema, dice que se diocuenta de que la aspirina y la pe-nicilina también forman enlacescovalentes.
Recuerda que pensó:“¡ Oh, Dios mío, eso no puedeser! Entonces, esto no es una pe-na de muerte para nuestro medi-camento”. Duggan cuenta que pasó seisaños asistiendo a clases en laUniversidad de California, enjamás fue obtener un título for-mal. “Iba a algún curso, a algunaconferencia, a cualquier cosa a laque quisiera ir, y luego hice to-das las otras cosas que los jóve-nes hacen en la universidad”, expresa. “Cuando tenía 18 años, todo mi foco estaba puesto en:¿ Cómo creo riqueza?. Y no setrataba de obtener un título. Losúnicos empleos que he tenido al-guna vez han sido trabajos paracompañías que yo inicié”. La intensidad para aprender yhacer las cosas bien, señala, loayudó a tener éxito en muchasde las empresas que dirigió. Unad e s u s p r i m e r a scompañías, Paradi-se Bakery & Café, hacía galletas conchips de chocolatepara lugares comoMcDonalds y Dis-ney World antes deque se vendiera. “La gente se reía de que estu-viera en el negocio de las galle-tas. Pero ¿ sabe qué? Fue la galle-ta con chips de chocolate de ma-yor venta que haya habido”, ase-gura. “¿Sabe por qué? Porque ladiseñamos.
La diseñamos espe-cíficamente de modo que fuerasuave, que cuando la despren-diera fuera como una pizza”. La ingeniería desempeña unpapel incluso más importantecuando se trata de Ivonescimab, el medicamento para el cáncerPATRIMONIODuggan tiene ahora unafortuna de cerca de US$16 mil millones, segúndatos de Forbes.. Industria conocida por un velo aparentemente impenetrable: La última inversión de Bob Duggan se ha convertido en una de las mayores apuestas de la industria biotecnológi-