Autor: Los presidentes Gabriel Boric y Lula da Silva en la última visita del primero a Brasil.
BRICS, LA POLÉMICA APUESTA INTERNACIONAL DE BORIC, en medio del delicado presente con EE.UU. e Israel
BRICS, LA POLÉMICA APUESTA INTERNACIONAL DE BORIC, en medio del delicado presente con EE.UU. e Israel ARUGESOLECRAM dría ser polémica, pues fuentes de gobierno confirman que se sigue trabajando en una posible Cumbre Progresista en Santiago, a la que asistirían España, Uruguay, Brasil, Colombia y Bolivia, entre otros.
“La decisión del presidente chileno de degradar las relaciones de seguridad de Chile con Israel es decepcionante y miope y bien podría tener un impacto negativo en las relaciones entre Estados Unidos y Chile en el futuro”. La reacción del presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado de EE.UU., el senador republicano Jim Risch, prendió alarmas entre los expertos.
Tanto en Chile como en Estados Unidos. ¿Podría esto afectar la membresía de Chile en el Programa Visa Waiver, por ejemplo? Uno de los que reaccionó a la declaración, a través de su cuenta de X fue el experto en migración y temas latinoamericanos del Niskanen Center de Washington, Gil Guerra.
Él escribió, en respuesta al senador, que “no sería sorprendente que esto lleve a que sea suspendido del programa”. Consultado por “El Mercurio”, Guerra ahonda: “Creo que Chile sí corre un riesgo significativo de perder su membresía en el Visa Waiver Program debido a su posición hacia Israel y a su desempeño deficiente comparado con otros países del programa. Según datos del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos (ICE), Chile lidera las deportaciones entre las naciones incluidas en el sistema. El fiscal del condado de Orange, Todd Spitzer, afirmó que Chile ha fallado en proporcionar los antecedentes penales de sus ciudadanos.
La situación se ha agravado con el turismo delictual que explota el programa: grupos criminales organizados en Chile han sido atraídos por este acceso fácil y lo usan para su ventaja, operando en al menos 25 estados.
Once legisladores republicanos firmaron un documento favoreciendo la remoción de Chile de la lista, lo que lo convierte en el país más vulnerable para ser suspendido del VWP bajo la administración Trump”. Él agrega que más importante aún es el hecho de que Chile “se está posicionando en contra de los intereses estadounidenses en el escenario mundial”, sobre todo por la postura relativa al conflicto en Gaza. Algo que, para él, tendría al gobierno de Donald Trump evaluando “medidas punitivas” contra el país. “Estamos ante el momento más delicado de las relaciones Chile-Estados Unidos en décadas”, asevera. Concuerda en parte Juan Pablo Toro, director ejecutivo de AthenaLab. “Si analizamos la administración Trump entiendes que hay un uso coercitivo de los instrumentos de poder nacional para conseguir objetivos. En esa línea, cuando Washington trata de proteger a Israel, podría ejercer alguno de estos instrumentos. Por eso yo creo que respuesta va a haber. Creo que Estados Unidos está calibrando la respuesta a Chile. Están las señales de que algo se viene”. En este contexto, otra área que podría verse afectada por eventuales medidas es la económica. Hoy por hoy, la Subsecretaría de Relaciones Económicas Internacionales está en negociaciones con el Departamento de Comercio de Estados Unidos (USTR) para que se bajen los aranceles establecidos por la Casa Blanca. Algo que el delicado estado de las relaciones podría frenar. Al respecto, el ministro Van Klaveren expresa que “lo importante es que hasta el momento nuestro posicionamiento no ha sido objeto de ninguna sanción o medida específica.
Las conversaciones con el USTR están encauzadas, hay un itinerario definido para abordarlas en el marco de nuestro TLC con Estados Unidos, y ese calendario no ha sido modificado”. Otra área inquieta es la de Defensa, que tiene una relación de larga data con Israel. Fuentes de las Fuerzas Armadas cuentan que tanto en el Ejército como en la Fuerza Aérea y la Armada se usan armas y vehículos israelíes. Pero no solo eso. Gran parte de la tecnología digital de la defensa nacional computadores, sistemas de rastreo y de comunicación ha sido adaptada y mantenida por expertos israelíes. Y cambiarlo todo ahora, dicen, costaría mucho dinero y tomaría décadas. Por eso, varios cruzan los dedos para que las autoridades de Tel Aviv “tengan paciencia”, hasta que cambien las autoridades en el gobierno chileno.
Ese momento coincide en que, por estos días, se está llevando a cabo en el norte de Chile el ejercicio militar multinacional “Estrella Austral”. Contexto en el cual, la próxima semana, visitará el país el jefe del Comando Sur de los EE.UU., almirante Alvin Holsey, quien aprovechará de reunirse con la ministra de Defensa, Adriana Delpiano. Y aunque no es el motivo oficial de la reunión, no se descarta que pueda plantear la preocupación de su país por el estado de las relaciones con Israel.
Es lo que viene en el movido segundo semestre que tendrá la administración Boric en materia de política exterior. n Antes de la frustrada llamada del secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, al Presidente Boric, y antes de la Cuenta Pública presidencial que tanto molestó a Israel y a Estados Unidos, hubo una conversación reservada. ¿Los protagonistas? El mismo mandatario y su canciller, Alberto van Klaveren. Boric llamaba al ministro para pedirle su opinión sobre un tema que rondaba en su cabeza mientras preparaba el discurso del 1 de junio: Las acciones de Israel en Gaza se habían endurecido. La violencia había escalado. Y en ese contexto, el mandatario llamaba al canciller para conocer su opinión, luego de que, una semana antes, se retiraran los agregados de defensa que trabajaban en la embajada de Chile en Tel Aviv. En concreto, el Presidente estaba considerando endurecer aún más las medidas en contra del gobierno de Benjamin Netanyahu. Quienes supieron de esa conversación cuentan que Van Klaveren estuvo de acuerdo con el jefe de Estado en su evaluación general.
Él, dicen quienes lo conocen, no está de acuerdo con las acciones de Israel y cree que tomar iniciativas diplomáticas al respecto está en línea con la comunidad internacional y la historia de la política exterior de Chile. Con lo que no habría estado de acuerdo era con la posibilidad de un quiebre en las relaciones. Una decisión que si bien el Presidente no había tomado, era bien vista por algunos de sus asesores y correligionarios. De ahí que quisiera saber la opinión de su ministro. Este manifestó que Chile no suele romper relaciones con los países, línea que incluso se ha seguido en los casos de Venezuela y Bolivia. Algo con lo que Boric estuvo de acuerdo. “El canciller fue escuchado por el Presidente, lo que evitó un problema aún más grande”, dicen fuentes diplomáticas. Sin embargo, por mucho que se evitara el quiebre, los anuncios igualmente provocaron el enojo de Israel. Y también de su socio principal, Estados Unidos. Una molestia que es probable que no disminuya en lo que queda de gobierno. Por un lado, varias fuentes coinciden en que Estados Unidos está evaluando medidas contra Chile, que tendrían como principal objetivo el Programa Visa Waiver. Sin embargo, para otros, el principal foco de preocupación está en La Moneda.
Esto porque se espera que, en sus últimos meses, el Presidente desarrolle una agenda con miras a consolidar una posición como “líder de una izquierda moderna”. Se trata de una idea que, probablemente, incomode aún más a Estados Unidos y a Israel. Y que tendrá su principal escala en Río de Janeiro, el 6 y 7 de julio, en la cumbre de los Brics, a la que asistirá el Presidente.
Nacido de la mente de Lula da Silva, el Brics surgió en 2010 como un foro económico y comercial que representara una alternativa al G7 (grupo que aglomera a las principales economías a nivel mundial). Sus miembros originales son Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. De acuerdo a varios expertos, el grupo pretende contrarrestar la influencia geopolítica de Estados Unidos en el mundo. Para ello, con el paso de los años ha sumado a sus filas a Arabia Saudita, Egipto, Emiratos Árabes, Etiopía, Irán e Indonesia. Asimismo, tiene como miembros asociados a naciones como Bolivia, Cuba, Turquía y Vietnam.
Se trata del foro internacional más importante de lo que se llama hoy “el sur global” (en relación con las desigualdades entre el norte y el sur). Tiene como objetivos abogar por una mayor representación en los foros internacionales (como el Consejo de Seguridad de la ONU), reducir la dependencia del dólar y crear nuevas instituciones financieras, pues cree que el Banco Mundial y el FMI no cumplen su rol. Asimismo, busca influenciar en los debates sobre el conflicto en Medio Oriente y la guerra en Ucrania. Hoy, es un bloque que está EF PA en enfrentamiento directo con la Casa Blanca. A este foro asistirá, como observador, el Presidente. Algo que tiene riesgos, considerando el momento.
“Es una señal confusa, dado el rol geopolítico que hoy ha asumido el Brics, ya que sus miembros han sido un paraguas protector para Rusia ante la condena internacional por su invasión a Ucrania y la prolongación de esa guerra. Además, las declaraciones finales de estas cumbres son muy extensas y mencionan muy variados temas, que no siempre son coherentes con nuestras posiciones en política exterior.
Esto puede ser un problema, pues, aunque no negociemos ni suscribamos el documento, la sola presencia de nuestro jefe de Estado en la reunión le otorga un respaldo, a menos que explícitamente nos disasociemos”, explica Milenko Skoknic, exembajador y secretario ejecutivo del Consejo Chileno para las Relaciones Internacionales. ¿Por qué va el Presidente entonces? “Lo que a nosotros nos interesa es mantener nuestra política de apertura y diálogo con diferentes grupos y países”, explica el canciller Alberto van Klaveren.
Él agrega que “Chile va como observador invitado, en la misma calidad que asistimos a la reunión del G20 el año pasado”. Pero hay quienes temen que el Presidente pueda tener más protagonismo del esperado, criticar a Estados Unidos, o incluso aceptar ser parte más formal del foro. Esto último es algo que el canciller, de momento, descarta.
“Desde mi perspectiva, para poder definir intereses más específicos debiese existir un análisis técnico y político más profundo que considere al menos tres variables: cuáles serían las oportunidades comerciales que puede tener Chile al ser parte de un grupo como los Brics; cuál sería el aporte qué puede significar en políticas públicas; y, por supuesto, la pertinencia política, que sin duda dependería del contexto internacional”. Cuenta también que el Presidente Boric “es partidario de que se desarrolle un debate amplio en caso de que surgiera una posibilidad concreta de integrarse a este bloque, posibilidad que por el momento no está en la agenda”. Desde el oficialismo, en tanto, no ven con malos ojos el viaje. “Figuran tres economías que liderarán el mundo del mañana. China, India e Indonesia. Desde ese punto de vista, Chile tiene todo el interés de ser parte de un bloque dinámico, que abarca más del 40% de la población del mundo. Además, el orden internacional actual está agotado y Chile aisladamente no tiene posibilidad de que se escuche su voz. Los Brics ofrecen un espacio desde donde poder participar de la discusión”, explica Carlos Ominami, presidente del Foro de Política Exterior. Hay algo, no obstante, que está claro.
El Presidente tiene el objetivo, explícito, de ser una voz “distinta” dentro de la izquierda latinoamericana, como parte de su legado o incluso de cómo se ve en el futuro, poniendo sobre la mesa temas como los DD.HH., el cambio climático, la migración o la política de género. Y es un protagonismo que ha sido bien visto en el progresismo internacional. De ahí que, según dicen los entendidos, es difícil esperar que el mandatario tome un rol de mero observador en la cumbre de Brasil.
La del Brics no es la única reunión que poEl Presidente asistirá, en pocas semanas, a la reunión del grupo que busca disputar la hegemonía de Estados Unidos en el mundo, y que incluye entre sus miembros a China, Rusia e Irán. Para algunos es un riesgo, en un momento en que la Casa Blanca estaría evaluando medidas punitivas por los gestos de Chile contra Tel Aviv. MATÍAS BAKIT R. “Chile sí corre un riesgo significativo de perder su membresía en el Visa Waiver Program debido a su posición hacia Israel y a su desempeño deficiente”. Gil Guerra, analista estadounidense.
“Lo que a nosotros nos interesa es mantener nuestra política de apertura y diálogo con diferentes grupos y países”, explica el canciller Alberto van Klaveren. ¿EL MOMENTO MÁS DELICADO? RIESGOS Y VENTAJAS DEL BRICS ASISTIRÁ A CUMBRE EN JULIO:. Donald Trump DOMINGO 8 DE JUNIO DE 2025 Benjamin Netanyahu