La inversión trabada
T E M A S E C O N Ó M I C O Spaís que no genera inversión está confinado al subdesarrollo. Chile ha presentado evidentesdificultades en este ámbito. La administración Boric no ha logrado revertir la situación. período de 2023. Mientras, sus ítems“Construcción y otras obras” y “Maqui-naria y equipo” indican caídas de -0,7%y -9,1% en el mismo período, respectiva-mente.
Con estas cifras, tanto la inver-sión como sus dos principales partidashan completado cuatro trimestres con-secutivos de variaciones reales negati-vas (en 12 meses). Esto será un pesadolastre para una economía que necesitacon urgencia nuevos motores de creci-miento. El último Informe de Política Moneta-ria (IPoM) del Banco Central pone enperspectiva una de las mayores trabasque enfrenta el país: la inversión.
En2023, la formación bruta de capital fija(FBCF) agregado macroeconómicoque mejor captura inversión experi-mentó una caída de -1,1%. Para este año, se estima una nueva caída, de -0,8%(una revisión a la baja desde el -0,3%previsto en junio pasado), mientras quesu recuperación para 2025 y 2026 tam-bién fue ajustada a la baja: 5,1% (desde5,4%) y 2,5% (2,8%), respectivamente. Por cierto, estas últimas cifras estaránsujetas a revisión en función de la evolu-ción del escenario económico. con debilidad de la inversión no minera.
De hecho, datos preliminares del BancoCentral indican que la inversión mineraalcanzó cerca del 6,5% del PIB en 2023, cifra puntual algo inferior a los récordshistóricos del 2012-13, pero superior alos niveles observados en la última déca-da.
Es de esperar que estos números semantengan durante los próximos años, si bien la alerta del Centro de Energía dela Universidad Católica respecto de unaeventual caída de la participación deChile en la producción de litio (resulta-do de la complejidad y lentitud de losprocesos de permisos sectoriales) y elerrático comportamiento de las empre-sas del Estado en este sector son fuentesde incertidumbre. La dinámica en la minería contrastacon la estable caída relativa de la inver-sión en el resto de la economía. Si en2008 la inversión no minera alcanzabael 21% del PIB, la cifra ha caído constan-temente, llegando a situarse en torno al17% del PIB en 2023. Por la importanciade detener esta tendencia, el Banco Cen-tral debería entregar en sus siguientespublicaciones más detalles respecto delas predicciones de su evolución. Sinellos no es posible evaluar la aseveraciónde que el crecimiento de la FBCF minera“compensaría en parte” la debilidad dela inversión no minera. Esto último lo ilustran los numerososcasos de proyectos detenidos por de-cisiones incomprensibles de algunaunidad del Estado. El retraso de lasobras de la Línea 7 en Providencia, causado por el Consejo de Monu-mentos Nacionales, es un ejemplo. Por lo mismo, es posible que inclu-so avances que puedan hacerse enmateria de “permisología” sean insu-ficientes. Esto, pues las raíces denuestras dificultades pueden no estaroriginadas solo en normativas, sinoen la expansión de una cultura orga-nizacional que mira con desdén la ur-gente necesidad de promover la for-mación de capital. El estudio de los niveles de inversión(más que su variación) también resultaelocuente.
Para el segundo trimestre de2024, el Banco Central informa que laFBCF alcanzó los 11.322 miles de millo-nes de pesos (volúmenes a precios enca-denados), la menor cifra desde el segun-do trimestre de 2021, cuando el país aúnsufría los impactos de la pandemia. Ilus-trativo es que en el segundo trimestre de2013 la inversión (real) alcanzó los 11.319 miles de millones de pesos, cifra casiidéntica a la actual. Así, si bien las difi-cultades para promover la inversión hansido una característica de la actual admi-nistración, no son exclusivas de ella. Otra dimensión a ser considerada es elsector donde la inversión se produce. Los números muestran que durante losúltimos años se ha generado un ciertodinamismo en la minería, que contrastaUna mirada a la serie sobre FBCF ofre-ce más evidencias del problema.
En efec-to, si bien el IPoM analiza la variacióntrimestral de las cifras desestacionaliza-das para concluir que “la FBCF se ha es-tabilizado tras su fuerte caída en la se-gunda mitad del año pasado”, las varia-ciones anuales (reales) de la serie origi-nal entregan un panorama algo distinto.
De acuerdo con el informe de CuentasNacionales del segundo trimestre (tam-bién publicado por el Banco Central), “lainversión... retrocedió 8,7%”, con graninfluencia de la FBCF, que tuvo una va-riación en el segundo trimestre del pre-sente año de -4,1% respecto del mismoExiste amplia evidencia y consensoen torno a que el menor dinamismoen la inversión está asociado con unaabrumadora burocracia estatal, parti-cularmente en materia de permisosmedioambientales. En un trabajoconjunto, Congreso y Ejecutivo hanrealizado esfuerzos para impulsaruna agenda de modificaciones legalesque eliminen algunas de esas barre-ras.
Lamentablemente, los avanceshan sido lentos, demostrando otra ca-ra del problema: una clase políticaque no ha internalizado el costo delargo plazo de nuestros retrasos. creto Ley 600 (Estatuto de la Inver-sión Extranjera), bajo el segundo go-bierno de la expresidenta Bachelet, fue un golpe duro en contra de la in-versión, seguido por cambios tributa-rios que aún generan incertidumbre.
Se ha sumado una batería de equivo-cadas intervenciones desde el Estadoen sectores clave lo ocurrido con lastarifas eléctricas es un ejemplo; unmercado de capitales más débil (tam-bién responsabilidad política); ungasto público al alza que resta espacioal privado, y lo que parece ser unaideología de desconfianza e inclusohostilidad respecto de la iniciativaprivada dentro del aparato público. No es posible olvidar tampoco quela decisión política de eliminar el De-Más que solo “permisología”, un problema cultural. La acumulación de capital es un motor del crecimiento de mediano y largo plazo. Por lo mismo, un