COLUMNAS DE OPINIÓN: Escribir
COLUMNAS DE OPINIÓN: Escribir U n o s a m i gos me pidieron que hiciera un curso de escritur a p a r a e s t u diantes de una disciplina universitaria. Enseñar a escribir a universitarios, a estas alturas, no está resultando poco frecuente ni innecesario. La enseñanza de la escritura en las escuelas es deficitaria. Los alumnos llegan mal preparados, se dice. Los profesores se quejan de ininteligibilidad cada vez que piden a sus estudiantes elaborar un texto, texto que, en ocasiones, a ellos mismos les resultaría difícil elaborar. Pero no debiese sorprender el panorama, pues la calidad de la escrit u r a d e p e n d e esencialmente de la calidad de la lectura. A tal lectura, cual escritura.
La tarea de descifrar los signos alfabéticos para dotar a un texto de sentido --leer-es hermana de la tarea de ordenar las palabras en oraciones dotadas de sentido --escribir--. No solo el léxico, sino también las estructuras de un texto se aprenden leyendo. El deterioro de la escritura se venía venir. Y no es necesario recordar los paupérrimos resultados de los escolares en las mediciones de sus habilidades lectoras para calibrar la dimensión del problema.
Nadie pareciera desde el Gobierno, no obstante, genuina y activamente, abordar este verdadero jaque mate a la cultura. ¿Acaso se piensa, con error, que, como sociedad, podremos esquivar milagrosamente las consecuencias negativas de un diagnóstico desastroso que se repite año a año durante años? Les pedí a mis alumnos un texto en el cual describieran su casa, un asunto que todos tienen a la mano. Debían decir algo único, que la diferenciara de otras casas. El encargo era engañosamente fácil.
Disponían de 440 palabras para cumplirlo, que es la extensión de esta columna (debo confesar que rebajé después el largo máximo del texto a 220 palabras y todas las redacciones mejoraron sustantivamente). El escribir bien supone el cumplimiento de un nivel mínimo de escritura: el que le confiere eficacia al discurso, es decir, su idoneidad para expresar con claridad un pensamiento.
A veces he creído e n t e n d e r, s i n embargo, que el escribir bien consistiría en un suplemento ornam e n t a l q u e s e añade a ese mínimo, un agregado estilístico, una manera de decir "bien" entre las centenas de maneras de decir solo "correctamente". Tiendo a pensar que aquel mínimo es el máximo y, por ende, que el escribir bien está asociado por definición con el arte de escribir con claridad. Es su virtud. Pienso que esta claridad no es resultado de un proceso solo declarativo, sino que hondamente creativo. La búsqueda de la claridad produce un despliegue dinámico del pensamiento y posee también su propia estética, una estética austera, irradiante y soleada. C O L U M N A D E O P I N I Ó N Escribir La calidad de la escritura depende esencialmente de la calidad de la lectura. A tal lectura, cual escritura. Si desea comentar esta columna, hágalo en el blog Por Pedro Gandolfo.