LA HISTORIA DE UN OPERADOR EN EL PODER JUDICIAL a quien apodan “El Pingüino”
LA HISTORIA DE UN OPERADOR EN EL PODER JUDICIAL a quien apodan “El Pingüino” El apodo de “Pingüino” dice que seCuando tenía cerca de20 años, conoció al entonces ministro de la Corte Suprema Rafael Retamal. honorem, dice. Siempre le ha gustado la política y tenía conocimiento de los protocolos. También, indica, el entonces senador Girardi lo llamó contándole que iría a su casa el por esa época candidato a la Fiscalía Nacional, Jorge Abbott; que lo acompañara. En esa reunión, que no fue comida, sino un té o café, asegura, estuvieron también el abogado Ciro Colombara y la hija de Abbott. Encuentro que, al hacerse público, provocó escándalo, porque Colombara era defensor de Herman Chadwick en el caso Caval y de Marco Enríquez-Ominami en el caso SQM.
Ante el cuestionamiento, Girardi contestó que también se había reunido con otros tres candidatos a la Fiscalía Nacional, mientras Abbott que conquistó el sitial en medio de polémicas dijo que igualmente se había reunido con el entonces senador Hernán Larraín en su oficina en el Congreso. EL APODO DE “EL PINGÜINO”González hizo un magíster de estudios internacionales. Ingresó a la Cancillería en 1985 y trabajó en el área de política especial, donde veía el tema de la Antártica y sus recursos minerales. El apodo de “Pingüino” dice que se lo puso el abogado y analista periodístico Tomás Mosciatti, a quien demandó por daño moral.
Pidió una indemnización de $870 millones, porque Mosciatti se refirió a él, entre otros dichos, indicando que estaba en medio de lo que son las miserias y el alcantarillado de la Corte Suprema, según se lee en la Causa rol C-22.270 -2019 del 26 Juzgado Civil de Santiago.
El juez dictó sentencia de primera instancia el 2 de octubre de 2023, donde indica que no todos los dichos que resulten deshonrosos para otra persona pueden generar un daño moral, y que no hubo prueba de que efectivamente lo sufrió como consecuencia de lo que dijo Mosciatti. González apeló y está a la espera de que la Corte de Apelaciones de San-tiago ponga su caso en tabla. EL AUDIO DONDE LO MENCIONANLo que más lo ha afectado, afirma, es algo que tocó a su pareja, que es notaria. Cuenta que estaban de vacaciones en Punta del Este cuando la llamaron para avisarle que había quedado en una terna a la que había postulado en el sector oriente de Santiago. Para ellos, una muy buena noticia, porque era notaria en San Miguel y en el trayecto le habían disparado cinco balazos a su auto, un BMW, para arrebatárselo. De modo que postuló a una plaza más cercana a su residencia. Dice que nunca en su vida llamó a ningún ministro para que la apoyaran; que lo promete por la vida de sus hijos.
Y que se enteró que el exministro Lamberto Cisternas intentó conseguirle un voto con “un señor Poblete que apareció en el lío de los audios (el exministro de Corte de Apelaciones Juan Poblete) y terminaron metiéndome a mí en el baile”. En efecto, en el celular que le incautó la PDI al exjuez Juan Poblete se detectó el siguiente chat que le envió Lamberto Cisternas el 5 de marzo de 2020: “Lo molesto por un voto en favor de una amiga que postula a notario de Barnechea; y si me puede conseguir algún voto adicional (). Poblete le consultó: “Disculpe. La señora de González, ¿no?”. Cisternas le respondió afirmativamente. Entonces, Poblete se comprometió, y ofreció más: “Ok, creo poder agregar otros 2, por lo menos”. Así fue como su apellido apareció mencionado en los chats investigados por tráfico de influencias. González cuenta que hace seis años que no pisa la Corte. “He mirado ahora todo este festival, esta carnicería que hay hoy, y la observo a distancia. Creo que es una suerte de una muerte anunciada. Ya se había agotado el sistema.
Con el tiempo, vamos a terminar agradeciendo lo que ahí sucedió, porque gracias a eso se va a poder hacer definitivamente una mayor institucionalidad seria y segura del régimen democrático”. CÓMO LO VEN HOYEl exministro de la Corte Suprema Patricio Valdés (2006-2018), que una vez reclamó por la presencia de González en el Palacio de Tribunales, hoy solo comenta: “Es tan suficientemente conocido, que ya no influye a nadie”. Distintas generaciones de abogados han escuchado sobre él. Mauricio Duce, profesor de la Escuela de Gobierno de la PUC: “Creo que él adquirió una cierta autonomía en términos de transformarse en un gestor, y aparecía como operador de varios candidatos transversales. Si hubiera sido operador de un solo senador, no le hubiera ido tan bien. La gracia de esta gente es que es capaz de articular varios mundos, porque en el Congreso necesitan reunir dos tercios.
El sistema se fue pervirtiendo”. Y Cristián Riego, académico de la UDP, dice: “Probablemente, su aparición da cuenta de que había un cierto nivel de sistematización de lo que antes era una cuestión accidental de hacer lobby, intercambiar favores y hacer campañas para la elección de funcionarios judiciales.
Y lo segundo es que también fue evidenciando con el tiempo el vínculo entre los intereses del mundo notarial, donde hay recursos mucho más importantes, y de llegar a penetrar el sistema al nivel de lo que se ha logrado penetrar en el último tiempo”. nADIDECGonzález ingresó a laCancillería en 1985 y trabajó en el área de política especial, donde veía el tema de la Antártica y sus recursos minerales.
“Esta historia es bastante larga y muy bonita”. Así parte sus recuerdos el cientista político Eugenio González Astudillo (71), que fue conocido en círculos judiciales y políticos como “El Pingüino”. En torno a él existen diversas historias que convergen en señalarle como el gran “operador” en el sistema judicial, a quien se habría recurrido durante varios años para ascender en la Corte. Cuestión sobre la que, hasta ahora, nunca se había referido en detalle. Dice que hoy es mucha la gente que pulula en ese quehacer, que está lleno de lobistas; y famosos, recalca. “Y Luis Hermosilla ha hecho lo que han hecho 20 gallos más.
Lo que pasa es que él tuvo la mala suerte de caer en manos de una persona como la señora Villalobos (la abogada que grabó y filtró el audio del corazón del escándalo), que dejó caer una Hiroshima y Nagasaki”. SUS CONTACTOS CERCANOSEste es el relato de un hombre que ha tenido un buen pasar.
Trabajó 13 años en la Cancillería, estuvo como agregado civil de comercio y cooperación en Jamaica entre 1995 y 1996, hizo buenas inversiones y hoy se dedica a hacer asesorías; entre otras cosas, está ocupado en el futuro del litio cuestiona que no se haya hecho una licitación pública, sobre lo cual, cuenta, le han pedido informes desde Argentina y Canadá. Menciona entre sus conocidos y/o amigos a la familia Girardi, al senador Pedro Araya (ind. -PPD), a Francisco Chahuán (RN), Iván Moreira (UDI), al fiscal José Morales y a varios más.
Cuenta que con la expresidenta Bachelet tuvo “una relación estupenda” y que “fui el primer chileno que la nombró como una posible candidata presidencial en el programa El Termómetro que conducía Iván Núñez”. Atrás quedaron los tiempos en que, entre otras actividades, ayudó en su campaña a concejal por Las Condes a Bachelet, que viajó en algunas giras del expresidente Ricardo Lagos “siempre pagué mi pasaje y el hotel” y que frecuentaba asiduamente el Palacio de Tribunales. CONOCIENDO A MINISTROS DE LA SUPREMAEstima que debe haber tenido unos 20 años cuando se topó con un hombre que describe como maravilloso: el entonces ministro de la Corte Suprema Rafael Retamal. Fue en tiempos de la UP, cuando él era un estudiante allendista de Ciencias Políticas en la Universidad Católica, de pelo largo, mochila y participante de la brigada muralista del PS, la Elmo Catalán. Relata que lo conoció en una tienda de esos años llamada Casimires Lavín, en Agustinas con Matías Cousiño, donde se toparon un par de veces. El muchacho, que siempre fue bueno para establecer conversaciones, entabló un diálogo con el juez, que terminó diciéndole que lo fuera a ver. Y González lo tomó al pie de la letra. Retamal era un ministro a la antigua, que no frecuentaba lugares públicos ni llevaba una vida social, salvo con su familia (su mujer, Estela, y sus tres hijos). La austeridad era su característica. Según González, estaba muy preocupado por las cosas que se vivían en el país en esos años. Le ofrecía un cafecito y le pedía que le contara lo que estaba pasando en la calle. Después de 1973 se cortó el vínculo. Sin saberlo, el hombre que se convirtió en uno de los más destacados presidentes de la Corte Suprema (1983-88) le abrió las puertas a los contactos de ese mundo. Comenzó luego a frecuentar a Domingo Kokisch, el ministro de la Corte Suprema que tenía malas pulgas con la prensa, con quien afirma que hizo gran amistad y también con su mujer, Malvina.
Cuando murió, en 2006, lo llamó la familia y ahí estuvo él, apoyando al ministro Haroldo Brito que era casi como hermano de Kokisch y que en 2018 asumiría la presidencia de la Suprema, que se encargó de hacer todos los trámites.
Esa noche de su muerte, recuerda, llegaron a la casa del difunto en La Reina todos los ministros de la Corte; entre ellos, Milton Juica (presidente de la Suprema entre 2010 y 2012). Y él estaba en medio, y se hizo conocido en el círculo. ADIDECEUGENIO GONZÁLEZ ASTUDILLO:Con el tiempo, fue cundiendo la idea de que González tenía un acceso privilegiado en la Corte. Y entonces, algunos aspirantes le preguntaban: “¿ Tú conoces al ministro tanto? Lo ubico perfectamente, pero no soy amigo de él.
Pucha, porque yo quiero postular y no me conoce nadie, y me gustaría si tú le pudieras decir que yo voy a postular y que me considerara”. Entonces, González le decía al ministro X que estaba postulando tal o cual persona. A muchos de ellos les iba bien y quedaban en la Suprema. Entonces, se fue corriendo la voz de que, para poder llegar, había que hablar con él. Asegura que nunca recibió pagos por estas gestiones, y que jamás se ha inmiscuido en alguna causa judicial. Eso le daba una condición especial, dice, que le permitía tener las puertas abiertas. ACTOS “CÍVICOS” CON AUTORIDADES POLÍTICASPasó el tiempo. Se hizo muy amigo de Guido Girardi y de sus padres. Conoció al exsenador por intermedio de una amiga que era la madrina de su hijo, que se lo presentó en tiempos en que hacía campaña para ser diputado. Dice que, con el más tarde senador, se les ocurrió que podrían hacer actos “cívicos” en casa de Girardi.
Re-cuerda que hicieron tres o cuatro comidas; entre ellas, recepción a Rubén Ballesteros en diciembre de 2012 por asumir la presidencia de la Corte Suprema; despedida al senador Mariano Ruiz-Esquide en enero de 2014, y el 7 de marzo de ese año, despedida a Ballesteros y recepción a su sucesor, el hoy conflictuado ex ministro supremo Sergio Muñoz. A esas comidas donde Girardi iban ministros, el contralor, el fiscal nacional, los presidentes del Senado y la Cámara de Diputados. El exmandatario Eduardo Frei Ruiz-Tagle y su señora, Martita Larraechea, asistieron a la cena en honor de Muñoz, recuerda. Fotos de la comida salieron en medios de prensa, causando controversia, porque fueron consideradas imprudentes. González relata que hizo de anfitrión, encargado de protocolo y de la prensa. Todo, adCon el tiempo, fue cundiendo la idea de que González tenía un acceso privilegiado en la Corte.
Y entonces, algunos aspirantes le preguntaban: ¿ Tú conoces al ministro tanto?”. lo puso Tomás Mosciatti.. En medio de la convulsión por el caso Audio, que ha expuesto el tráfico de influencias para lograr altos cargos en el sistema, surge con un velo de misterio la figura de González, de quien se dijo que tenía la llave para llegar a la Corte.
Por primera vez, él cuenta —en sus propias palabras— su historia de cómo llegó a tener la confianza de connotados supremos y políticos, y se refiere a la mención que se hizo de él en uno de los chats. | LILIAN OLIVARES EUGENIO GONZÁLEZ ASTUDILLO: A D I D E