Autor: de quienes componen estos sectores.
Alternativas educativas
Alternativas educativas En los próximos días se iniciará la rendición de exá-Familias insatisfechas con los resultados delsistema de admisión escolar centralizadopodrían estar recurriendo a algunaalternativa informal. menes libres para cuarto medio y para niños meno-res con necesidades educativas especiales, corres-pondiente al segundo período del año. Es intere-sante constatar que si en 2013 solo siete mil 590 niños yjóvenes los rindieron, en 2018 el número ascendió a pocomás de 23 mil 300. Durante la pandemia la cifra se redujo, pero luego se recuperó con vigor. Así, el año pasado 33 mil330 menores de 18 años dieron estos exámenes. Esta posibi-lidad existe desde antaño en nuestro país y fue permitidainicialmente como una alternativa a proyectos educativosque se estimaban valiosos, pero que por sus características(se apartaban del currículum nacional) no eran objeto dereconocimiento especial. Enla actualidad, sin embargo, son también una opción parainmigrantes y chilenos querealizaron estudios en paísessin convalidación, que haninterrumpido sus estudiosregulares o que provienen deeducación especial, entreotros factores. El segundo de estos grupos parece haber cre-cido en importancia a propósito de las deserciones que sehan constatado. Sin embargo, también parece haber otras explicaciones, a juzgar por lo que se observa en otras latitudes. En EstadosUnidos, por ejemplo, se estima que casi 700 mil niños yjóvenes cursan sus estudios de manera online, aproximada-mente el 1,24 por ciento de la población escolar. Otro 2,45por ciento estudiaría exclusivamente en su casa guiado porfamiliares o personas cercanas. Dentro del primer grupohabría alrededor de un tercio que también pertenecería enrigor a este último grupo, pero que decide apoyarse en pro-veedores de educación virtual. El fenómeno también ocurreen Asia con especial fuerza y es algo más acotado en Europay Oceanía. En África comienza a tomar potencia.
En mu-chas de las familias que optan por este camino hay insatis-facción con los sistemas educacionales (en Estados Unidosse agrega, además, una dimensión religiosa que no se repiteen otros lugares). Son, en general, grupos de ingresos me-dios con escolaridades de los padres por sobre el promedioEn Chile, los números representan menos del 1 porciento de la población escolar y aún son imprecisos los diag-nósticos detrás de esta expansión. Con todo, el fenómeno dela educación online, aprovechando los aprendizajes de lapandemia, comienza a aparecer. En otros casos, hay insatis-facción con la oferta escolar disponible. Cabe notar al res-pecto que en la educación subvencionada por el Estado, quereúne al 91por ciento de la matrícula del país, seis de cada 10estudiantes asisten a un establecimiento particular. Sin em-bargo, al momento de postular a través del sistema de admi-sión centralizado, siete de cada 10 intentan ingresar a uno deestos establecimientos. Algunas de estas familias optan porla alternativa estatal, perootras deciden no resignarse. Buscan otros caminos y even-tualmente podrían elegir al-guna solución informal. América Latina tiene una am-plia gama de estas alternati-vas. No es extraño, entonces, que puedan repetirse ennuestro país soluciones de esta naturaleza. Una pregunta obvia es por qué no se crean nuevosplanteles escolares formales para dar cuenta de esta reali-dad. Después de todo, esa brecha de 10 puntos porcentualesrepresenta, en el mediano plazo, del orden de 300 mil ni-ños. Por un lado, hay indudablemente un riesgo asociado ala caída que se está observando en la tasa de natalidad, quelleva a preguntarse si en algunos años más se mantendráese exceso de demanda. Por otro, es más complejo abrir enla actualidad un nuevo colegio. La así llamada Ley de Inclu-sión dificultó esa posibilidad al condicionarla a contar conun proyecto educativo claramente distinto de los existenteso a la falta de cobertura total. Si bien en la etapa de apelacio-nes el Consejo Nacional de Educación ha estado abierto aconceder las autorizaciones necesarias, pasar por todo esteproceso es complejo, lo que puede desalentar buenos pro-yectos. En estas circunstancias, y atendidos los nuevos de-sarrollos tecnológicos y las inseguridades presentes, nopuede descartarse que estas experiencias incipientes conti-núen evolucionando en Chile..