Adiós al incansable y multifacético Claudio Di Girolamo
Adiós al incansable y multifacético Claudio Di Girolamo "R ezo todos los días la oración de San Juan XXIII y digo: `Señor, si me quieres llevar, estoy listo'. Pero si no me quieres llevar tan pronto, feliz, porque esto está muy entretenido. ¡Me encanta la vida! Pese a todo, vale la pena vivir". Así señalaba a "El Mercurio", en 2022, el propio Claudio Di Girolamo Carlini, un creador con "alma renacentista", que parecía imperecedero e incansable, y quien falleció ayer a los 95 años. Sorprende la cantidad de oficios que este artista italiano de nacimiento y chileno de corazón, de fe profunda y casi siempre vistiendo su chaqueta de mezclilla, desempeñó a lo largo de su exitosa carrera. Nacido en Roma en 1929, fue jefe de la División de Cultura del Ministerio de Educación (1997-2003) y director ejecutivo de Canal 13 en 1970.
Reconocido muralista, Di Girolamo también fue galardonado con la Orden al Mérito Docente y Cultural Gabriela Mistral, descolló como cineasta, diseñador teatral, creador de la gaviota del Festival de Viña y director de la compañía de teatro Ictus. Además, numerosos templos (como la parroquia Santa Elena de Las Condes) y espacios públicos del país cuentan con sus elogiadas creaciones.
Estudió Arquitectura y Escenografía en la Academia di Belle Arti de la Universidad de Roma y, como es sabido, llegó a Chile a los 19 años junto a su padre, el pintor Giulio di Girolamo, y su familia, escapando de los horrores de la guerra en Europa. "En una entrevista que dio para la Revista Apuntes de la UC, que yo dirigía, dijo que vino a nuestro país en búsqueda de pan y paz, en la posguerra", señala María de la Luz Hurtado, profesora titular honoraria de la U.
Católica, y lo describe como uno de los artistas "más prodigiosos en su capacidad de enlazar vida y obra". Como también lo hiciera su progenitor, durante muchos años Claudio Di Girolamo realizó ilustraciones para importantes publicaciones, como las revistas Zig-Zag y Ercilla, y una serie de grabados para la edición de "La Araucana", de Alonso de Ercilla, pieza de colección bibliográfica, encargada por la Casa de Moneda de Chile.
Casado con Carmen Quesney, quien tuvo un papel clave en la Vicaría de la Solidaridad y con quien formó un matrimonio ejemplar con cinco hijos, en pandemia donó a la UC más de 700 bocetos, dibujos y pinturas de arte sacro. Junto con ello entregó más de 3 mil documentos, dibujos, cartas y afiches al Archivo de la Escena Teatral de la Escuela de Teatro UC y, en 2022, publicó el libro "CDG70.
Claudio Di Girolamo. 70 años de arte religioso" (Ediciones UC). Ignacio Sánchez, exrector de la Universidad Católica, comenta desde Edimburgo (Escocia), que le tomó por sorpresa su muerte, y valora en especial la amistad que mantuvo con él durante más de diez años. "Una persona íntegra y profunda. Su parte humana fue notable en cuanto a sus gestos, lenguaje y acciones", señala.
Y lo define como "el principal creador de arte religioso en las últimas décadas, en nuestro país". Junto con ello destaca que el sagrario que confeccionó para la Vicaría de la Solidaridad, en 1976, hoy se ubica en el templo de Casa Central de la UC, además de su aporte al diseño, junto a otros artistas, de la Plaza de la Paz en el Campus San Joaquín. Y en 2024, inauguró la obra en relieve "La Virgen del Lago", en el Campus Villarrica.
Juan Carlos de la Llera, actual rector de la Universidad Católica, dice que estamos ante "un creador de puentes: entre generaciones, entre disciplinas, entre la sensibilidad estética y la conciencia social". Agrega que en sus murales e ideas "habitaba siempre una mirada ética y profundamente humana". Hasta el domingo, el Museo Taller del Barrio Yungay exhibió su obra "De lo humano a lo divino". En 2024 expuso, en el Centro de Extensión UC, "Fragmentario: trayectos de obra", y entre otros hitos de su carrera, en 2005 presentó en la Sala Matta del Museo Nacional de Bellas Artes "Escala 1:1.
Proyecto montaje de una capilla en el Museo de Bellas Artes", una réplica a tamaño real de la capilla oratorio "María, Madre de La Paz". Milan Ivelic, exdirector del Museo Nacional de Bellas Artes, pone en relieve su relación entre arte y religión, "recuperando una antigua unidad temática, debilitada por el predominio de una cultura laica. Fue muy extraño para el público observar en el Museo de Bellas Artes su exposición de pinturas basadas en el relato bíblico", rememora.
Por su parte, Verónica Griffin Barros, recuerda que conoció a Claudio Di Girolamo con motivo de la investigación para su monumental libro "Pedro Subercaseaux" (2024). Dice que junto a don Giulio, su padre, y sus hermanos Vittorio y Paolo, recién llegados de Italia en 1948, ayudó a Pedro Subercaseaux a concluir su trabajo pictórico en la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús de Providencia, en avenida El Bosque, "después de que el monje artista, que se encontraba en la etapa final de retoques, sufriera un infarto que le impidió, en adelante, subir y bajar andamios para pintar las figuras del ábside y las hornacinas", dice Griffin.
Carlos Maillet, director de Licenciatura en Arte y Conservación del Patrimonio de la Universidad San Sebastián, sostiene que "su obra y gestión han estado marcadas por un diálogo constante con destacados exponentes de las artes nacionales, como el pintor Claudio Bravo Camus, con quien compartió afinidades estéticas y espirituales, y Miguel Venegas, cuyas inquietudes sociales se cruzaron con la dimensión ética del arte que promovía Di Girolamo". En cuanto a su legado sobre las tablas, la actriz María Elena Duvauchelle afirma que "se nos fue un grande, uno de los fundadores del Teatro Ictus. Compañero inolvidable de tantos años.
Me quedo con su enorme entrega". Hoy se despedirá a Claudio Di Girolamo con una misa, a las 11:00 horas, en la Parroquia Santa Elena (Polonia 456, Las Condes). Adiós al incansable y multifacético Claudio Di Girolamo A sus 95 años falleció el recordado artista visual, muralista, dramaturgo, director teatral y animador de la cultura. MAUREEN LENNON ZANINOVIC Para Claudio Di Girolamo "la religión es alegría.
En mi obra, la Virgen no usa un manto de oro, porque es sencilla, y Cristo es un artesano, un carpintero". HÉCTOR ARAVENA Una de las obras que mostró el año pasado en el Centro de Extensión UC. FELIPE BAEZ.