Columnas de Opinión: La desalación en Chile, una tecnología que llegó para quedarse
Columnas de Opinión: La desalación en Chile, una tecnología que llegó para quedarse La desalación de agua se ha instalado en nuestro país, particularmente en los sectores productivos de la minería y el consumo humano, concentrándose en un 99% en las regiones del norte. Esta macrozona reúne condiciones ideales para el desarrollo de esta tecnología, tal como sucede en países como Arabia Saudita, Kuwait, Qatar, Israel, ciertas zonas de España y de Estados Unidos.
Entre las características de estos territorios destacan la escasez sistémica de agua dulce, el clima desértico o de secano, el acceso a energías renovables no convencionales (ERNC), la concentración poblacional en comunas costeras y un desarrollo económico local suficiente para solventar los costos de inversión y operación de las plantas desaladoras. En Chile, la primera planta desaladora fue construida en 1993 por la empresa de Servicios Sanitarios de Antofagasta, entonces propiedad de CORFO. Este hito coincidió con el inicio de los grandes proyectos de desalación mediante ósmosis inversa en Israel, Australia, España y Estados Unidos.
El objetivo de esa compañía era anticiparse al crecimiento de la minería del cobre y al aumento de la población local, que pasaría de 228 mil habitantes a 444 mil en dos décadas, impulsado por el desarrollo minero y la inmigración. Como resultado, en 2025, Antofagasta se ha convertido en la primera ciudad de América Latina abastecida en un 100% con agua desalinizada para consumo humano. El desarrollo económico de la Región de Antofagasta no habría sido posible sin la incorporación de la desalación en los procesos productivos de la minería y en el abastecimiento hídrico. A partir de 2010, la minería ha incrementado masivamente el uso de estos sistemas, contando actualmente con 24 plantas en operación. Las ciudades de Antofagasta, Chañaral, Taltal, Mejillones, Copiapó y Caldera, ya se abastecen de agua potable desalinizada.
Se espera que en 2029 se sumen las ciudades de La Serena, Coquimbo y Ovalle, todas ubicadas en el norte del país, fortaleciendo así su seguridad hídrica.. Gabriel Caldés Consejero del Consejo de Políticas de Infraestructura (CPI).