Autor: PADRE RAÚL HASBUN
COLUMNAS DE OPINIÓN: Resucitar
COLUMNAS DE OPINIÓN: Resucitar OPINIÓN PADRE RAÚL HASBUN HASBUN Resucitar esucitar es volver a vivir, después de una muerte debidamente certificada. Jesús anunció repetidas veces a sus discípulos que Él debía morir en la Cruz. Sus discípulos no le creyeron.
Su incredulidad llegó al extremo de que, cuando mujeres muy confiables corrieron a anunciarles que habían visto a su Maestro vivo y Tadiante de Luz, las consideraron "locas" Cuesta mucho creer en la resurrección de un muerto. La eviano se mueve, es tan escalofriante como el congelamiento de toda señal de vida. Quienes se negaban a creer que Jesús había cumplido su promesa de resucitar después de sufrir y morir en la Cruz, procedían con lógica humana. El hecho de que la Resurrección de Jesús se incluya en el Credo, muestra que esa Resurrección, y mucho más la nuestra con Él y por Él, se debe a la Fe. Nunca a la experiencia humana, por científica que sea. Pero si experiencia, ciencia y fe resultan incapaces de probar que Jesús resucitó, y nosotros con Él ¿ qué sería de nuestra vida? Está llena de conflictos, inseguridades, enfermedades, temores insalvables. Vivir, y mantenernos vivos, sería una desdicha.
Pese al instinto de supervivencia que compartimos con todo ser viviente, "seguir existiendo equivaldría a seguir sufriendo". Lo reconoció San Pablo, el mejor Embajador de Cristo ante los paganos: "Si Cristo no ha resucitado, los cristianos seríamos los más desdichados de todos los seres humanos". Pero que Cristo en verdad resucitó es un hecho comprobado por numerosos testigos.
Y la credibilidad de esos testigos es más convincente que su incredulidad ante el anuncio de Jesús : "resucitaré al tercer día". Dios, nuestro Creador que todo lo hace bien, se vió en cierto modo "obligado" a permitir que suframos dolor. La pretensión de Eva y Adán: ser como Dios, conocedores del bien y del mal, trastornó todo el plan divino de que sus hijos disfrutaran del Paraíso terrenal. Pasaron muchos milenios antes que Jesús prometiera al ladrón arrepentido: "Hoy estarás conmigo en el Paraíso". Pero lo dijo desde su agonía en la Cruz. Desde entonces, padecer con Cristo la Cruz es nuestra única escalera para ascender al Cielo, el único modo de recuperar para siempre el Paraíso perdido. La Cruz en que Jesús murió, se convirtió en nuestro Árbol de la eterna Vida, Paz y Alegría. Lejos de temer la Cruz, agradezcamos sufrirla. Esa sangre que Cristo derramó por nosotros, es el precio de rescate de nuestra esclavitud al demonio, al pecado, a la muerte. Sin Cruz no hay Redención. El grano de trigo debe sepultarse y morir, para generar el pan que nos alimenta. Cuando comulgamos el pan eucarístico, recibimos una prenda divina de que resucitaremos con Cristo, para disfrutar su eterna vida y paz. Cristo, para disfrutar su eterna vida y paz..