Autor: JEAN PALOU EGOAGUIRRE
Masivo paro de transportistas provoca escasez de alimentos y complica al gobierno de Petro
Protestas en Colombia:do se calculó una merma trimestral de US$ 2.392 millones que está poniendo en “jaque la viabilidad fiscal de la nación”. “El país no se dejará bloquear.
El alza del diésel es justa porque solo se está recuperando el dinero de un subsidio que nunca se debió haber dado”, ha dicho Petro, quien acusó a su antecesor, Iván Duque, de “irresponsable” por mantener artificialmente congelados los precios a pesar de que aseguró la deuda ha alcanzado más de US$ 19.000 millones y los pagos de deuda externa e interna llegan a más de US$ 26.000 millones, lo que podría afectar los desembolsos para los programas sociales. “Dar comida a la gente con hambre y educación a nuestra niñez y juventud nos obliga a equiparar los precios” de ese combustible con los del mercado internacional, dijo el mandatario. Pero los transportistas no dan su brazo a torcer.
“No nos levantamos hasta que se derogue el incremento”, aseguró Jorge García, presidente de la Confederación Colombiana de Transportadores, quien rechazó un plan del gobierno para modificar la resolución del alza al precio del combustible, con el fin de que el incremento sea progresivo, de a 200 pesos mensuales, hasta diciembre.
La situación se ha enredado con las insinuaciones de Petro, quien en sus redes sociales hizo eco de un mensaje en el que se señalaba que el paro es “parte de la trama para dar un golpe de Estado”. “El gobierno de Petro ha propuesto unas mesas de diálogo con quienes lideran la protesta de los camioneros y del transporte en general, pero esos canales no son muy claros ni muy fluidos porque hay mucha polarización entre quienes lideran el paro y el gobierno.
La lectura que está haciendo Petro es que en realidad se trata de una protesta que está siendo instrumentalizada con fines políticos”, explicó Pablo Cuartas, politólogo de la Universidad Nacional de Colombia, quien destaca que “no se ve muy claro cómo se pueda solucionar en el corto plazo esta movilización”. ESSERPECNARFEl gobierno de Gustavo Petro enfrenta una fuerte presión por el masivo paro de los transportistas de carga, al que se han ido sumando durante la semana conductores de autobuses, taxistas y motociclistas, que reclaman por el aumento en el precio del diésel en Colombia. Los bloqueos de rutas ya llevan cuatro días y se han expandido en las principales ciudades, provocando caos vial, la suspensión de clases en los colegios y el desabastecimiento de algunos alimentos y de combustible. La protesta comenzó este lunes y ha ido tomando fuerza día a día.
Según el último reporte de la policía colombiana, hasta ayer había 89 bloqueos permanentes y 38 intermitentes en vías de todo el país, lo que incluye los accesos a capitales departamentales como Bogotá, Bucaramanga, Cúcuta, Medellín y Villavicencio. En total se registraban 153 manifestaciones en 142 municipios.
En la capital, el alcalde Carlos Fernando Galán calculó que cuatro millones de personas no habían podido transportarse en Transmilenio, el sistema público de la ciudad, debido a que los carriles por donde circula han sido bloqueados en 17 puntos de protesta que reúnen a cerca de 640 vehículos de carga.
La movilización obligó a suspender las clases presenciales en Bogotá para cerca de un millón de estudiantes, mientras que empeoraba la situación sanitaria en las calles porque los bloqueos impedían el retiro de cerca de unas 270 toneladas de residuos.
“Es urgente que el gobierno tome una decisión clara: o aterriza el diálogo en una solución concreta para levantar los bloqueos en todo el país o da la instrucción nacional de intervenir con la fuerza pública para recuperar la movilidad”, dijo el edil. Las autoridades advertían, además, de un creciente problema en el abastecimiento de alimentos.
En Bogotá se registraba ayer una disminución de 55% en las toneladas de alimentos en la central deENERGÍAS LIMPIAS Petro tiene una agenda ambientalista que busca acelerar la transición de la economía a energías limpias. acopio, mientras Cúcuta y Bucaramanga reportaban una caída del 40%, por lo que se esperaba hubiese un impacto en los precios. Lo mismo ocurría con el suministro de combustible en al menos cuatro regiones Santander, Boyacá, Meta y Nariño donde los camiones cisterna estaban teniendo dificultades para llegar. Frente a este escenario, el gobier-no hizo un llamado “urgente” a los manifestantes para permitir “corredores de abastecimiento” de productos críticos.
El analista político Vicente Torrijos remarcó que “en solo unas horas el país ha sufrido el impacto de ver afectada la principal red de abastecimiento, que depende del transporte terrestre”, y es poco lo que el gobierno puede hacer ante un clima social muy tenso.
“El margen de maniobra política de Petro es muy precario, porque su propia coalición funciona defectuosamente; la oposición, por supuesto, capitaliza todo esto de manera muy fácil por la animadversión popular, y los sectores gremiales tienden a encontrar coincidencias”, señaló el experto, quien destacó que “hay un granvacío de gobernabilidad” y el Ejecutivo no tiene muchas herramientas.
“Ante una situación de semejante calibre, apelar, por ejemplo, a mecanismos de excepción o a un estado de conmoción interior tiene unos costos políticos, sociológicos y políticos enormes (). La misma población con esta energía contenida y su inconformismo podría verse polarizada mucho más, formando un cóctel explosivo”, alertó.
La pelea por el precio del diéselLos transportistas protestan contra la subida, anunciada por el gobierno a fines de agosto, del precio del galón de diésel (3,78 litros) en 6.000 pesos (unos US$1,44) entre este año y el próximo, que se hará en tres alzas semestrales de 2.000 pesos (US$ 0,48) cada una.
Con el incremento realizado el último fin de semana, el precio del galón del diésel quedó en 11.360 pesos colombianos (unos US$ 2,73), el tercero más barato de la región, por detrás de Ecuador y Bolivia.
El gobierno de Petro justifica el reajuste en que el precio del diésel estaba congelado desde 2020 y durante 56 meses no ha incorporado la inflación acumulada, con lo que su precio real debería ser de unos US$ 3,18.
Además, sostiene que el costoso subsidio del Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles, que depende del Ministerio de Hacienda, está provocando un déficit el año pasa-. Los camioneros están en contra del aumento del precio del diésel, que está fuertemente subsidiado y estaba congelado desde 2020. Protestas en Colombia: del aeropuerto de Cali debieron llegar caminando a la terminal aérea por los bloqueos de los camioneros.