Riesgos políticos para los inversionistas internacionales en Sudamérica
Riesgos políticos para los inversionistas internacionales en Sudamérica n 2025 se publicará la primera edición del Routledge Handbook of Political Risk, un referente en la investigación de punta en estas materias, en el que tuve la oportunidad de escribir, apoyado por el profesor Hannes Meissner. Desde Austria, él asesora a empresas en Rusia y los Balcanes para las que no evalúa riesgos financieros -como hacen muchos-, sino riesgos políticos y geopolíticos. Desde esa perspectiva, abordamos los riesgos para inversionistas europeos en Sudamérica -que, ciertamente, aplican a todo Occidente y delos cuales dos me parecen particularmente relevantes. Primero, la baja capacidad del Estado y la pobre gobernanza pública de la región. Según el Banco Mundial, Chile y Uruguay se parecen en esto más a Alemania que al resto de Sudamérica, pero son la excepción. En contraste, Bolivia se asemeja más a Argelia; y Paraguay, a Azerbaiyán. En general, los países de la zona preocupan por su bajo control de la corrupción y la debilidad del Estado de Derecho. Como resultado, la administración de justicia se ve gravemente afectada, CARLOS CRUZ INFANTE COUNTRY MANAGER. CEFEIDAS GROUP CHILE 2: PERÚ 2: PERÚ La baja capacidad del Estado y una gobernanza pobre, sumada a la Inestabilidad política y la polarización, son parte de los principales riesgos para los Inversionistas externos. TRIBUNA LIBRE con instituciones poco transparentes y una patente desigualdad ante la ley. La evidencia muestra que ambos factores preocupan a los inversionistas internacionales. Segundo, la inestabilidad política y la polarización. En este ámbito, el multipartidismo presidencialista de las democracias regionales juega en contra.
A diferencia de Estados Unidos, que cuenta con un presidencialismo bipartidista, o del parlamentarismo de la mayoría de Europa, los sistemas políticos de Sudamérica tienden al nepotismo, el amiguismo y el clientelismo, como consecuencia de incentivos que llevan a las administraciones de gobierno a buscar el favor del Congreso más que a promover políticas de Estado. ¿Y la polarización? Luego del boom de los commodities de la década de 2010, el optimismo pro mercado dio cabida a gobiernos de derecha. Luego, el crecimiento económico regional se ralentizó desde 2017. Ello exacerbó la excesiva desigualdad -de acuerdo con la FAO, la tenencia de tierras en Latinoamérica es más desigual que en Asia y África-, la baja movilidad social y la desconfianza institucional. Como consecuencia, en esta década los sudamericanos, decepcionados de la derecha, han votado predominantemente por Presidentes de izquierda (la llamada "segunda marea rosa"). Pasó en Argentina, Brasil, Chile, Colombia y Perú. Medidas proteccionistas en países históricamente pro mercado, como la Estrategia Nacional del Litio en Chile, o el revival de la Industrialización por Sustitución de Importaciones, en Colombia, reflejan esta contracultura. Los inversionistas y multinacionales evalúan, además de condiciones financieras favorables, el Estado de Derecho, la cohesión social y la capacidad de resolución institucional. Dejando de lado riesgos estructurales, como la falta de infraestructura y capital humano, estos factores serán claves para Sudamérica este año. Chile podría estar mejor, pero mirado en perspectiva aún está significativamente por sobre que varios de sus vecinos. Se trata de una excepcionalidad que debe tenerse en cuenta, pues perseverar en las quejas puede llevar a profecías autocumplidas, más en año de elecciones..