CARTAS: Reforma sobre un diagnóstico errado
Reforma sobre un diagnóstico errado Señor Director: La discusión sobre la reforma previsional ha estado salpicada de comentarios e iniciativas que, lejos de contribuir a la solución del problema, lo han agravado.
Para evitar que las soluciones propuestas sigan alejándose del diagnóstico del problema, es recomendable recurrir a aquel que hizo la comisión de reforma que presidió el actual ministro de Hacienda, Mario Marcel, y cuyas principales conclusiones son: 1 El sistema no está en crisis. Las AFP cumplen con sus obligaciones legales.
Los afiliados tienen seguros sus fondos; solo en dos años las inversiones han producido rentabilidades negativas, y en todos los años del sistema no se han producido fraudes. 2. "No han fracasado". Para trabajadores con empleos estables, que cotizan con regularidad a lo largo de toda su vida laboral, los fondos acumulados permiten financiar pensiones cercanas a sus ingresos en actividad. 3. - Pero, "parte importante de los trabajadores... no ha logrado cotizar con la constancia requerida”, con lo cual "una fracción mayoritaria de trabajadores obtendrá pensiones significativamente más bajas que sus remuneraciones”. Entre las razones que explican este fenómeno, la comisión menciona: a) "El importante aumento de las expectativas de vida y la postergación de la entrada al mercado del trabajo.. ”, todo lo cual "ha reducido la extensión del período de acumulación de los ahorros... ”. b) El incremento de la participación de las mujeres en el mercado del trabajo, pero con "una inserción laboral más inestable... ”. c) "La mayor rotación laboral ha disminuido la importancia de los contratos indefinidos”... que, unida a la creciente reticencia de los independientes a cotizar, se ha traducido en densidades de cotización menores a las que se preveían. 4.
Ha tenido efectos positivos sobre el crecimiento y desarrollo del mercado de capitales "que no se reflejan solo en indicadores macroeconómicos, sino en realidades mucho más cercanas a las personas, como el costo de los créditos hipotecarios”, etcétera. De haber continuado por ese camino, el país se habría evitado comentarios e iniciativas que han enturbiado la discusión y probablemente ya contaríamos con una reforma previsional. GUILLERMO ARTHUR ERRÁZURIZ