"ESTO EQUIVALE A UN HIROSHIMA a la libertad de discusión y de pensamiento"
"ESTO EQUIVALE A UN HIROSHIMA a la libertad de discusión y de pensamiento" lo son más, y estas disciplinas en Chile han tenido un triste decaimiento. --¿ Cuánto considera usted que estos fenómenos han permeado en la sociedad chilena? ¿ Resultan ser todavía una cuestión de grupos pequeños e ilustrados ? --Es muy grave que penetren grupos ilustrados, porque es muy posible que de ahí se difuminen en forma extensiva.
Mi sensación es que paradojalmente el ambiente en las universidades norteamericanas es mucho más asfixiante aún. --Sin embargo, varias universidades nacionales parecen haber tomado la delantera en la materia. ¿Hay algo generacional en el asunto que seduce y atrae a los jóvenes? --Chesterton decía que cuando ya no se cree en Dios no es que las personas no crean en nada, es que están dispuestas a creer cualquier cosa. Por eso yo comparo el movimiento woke a una nueva religión.
Las juventudes requieren de propósitos que, al menos, aparezcan como trascendentes y necesitan tal vez sentirse los portadores de la verdad y de la virtud, y, en consecuencia, poseedores de una superioridad moral. --¿ Qué responsabilidad ve en la clase política? ¿ Influye la posición del Gobierno? --La clase política, en general, está al margen de estas discusiones que deberían ser centrales, porque tienen consecuencias en todos los ámbitos.
Pero claro, la izquierda y el Gobierno han hecho suyos estos postulados, en el caso del feminismo, ahora con la causa palestina y otros, y ciertamente los promueLucía Santa Cruz, historiadora. "Las humanidades son indispensables, y en Chile han tenido un triste decaimiento". "No cabe duda de que son las izquierdas las que han tomado estas banderas. Y ello es muy comprensible". ven ante lo que parece una total indiferencia de las derechas.
El problema es que en la búsqueda de la diversidad se termina con la diversidad intelectual, persiguiendo la inclusión se excluye a un director de orquesta argentino simplemente por su origen judío, se imponen visiones monolíticas en vez de fomentar la búsqueda, la crítica, las diferentes perspectivas.
Peor aún, se fomenta el victimismo y la renuncia a la responsabilidad personal. --¿ Por qué se señala que el "victimismo" imperante en las relaciones sociales es la contracara de las políticas de la identidad? --La base de la política identitaria es el convencimiento de que hay sectores, minorías que han sido deliberadamente oprimidas, las mujeres, ciertas razas, personas de distintas sensibilidades sexuales, y que, por lo tanto, son víctimas.
Esto supuestamente las transforma en acreedoras de una serie de privilegios y tratos especiales. --¿ Cómo se puede ir al origen de esto y resolver el problema? --Tengo el convencimiento de que la influencia del posmodernismo, de Foucault y otros, ha sido nefasta para el estudio de las humanidades.
Su negación de la posibilidad de que existen verdades objetivas a las cuales nos podemos acercar a través del estudio, la investigación y el avance del conocimiento lleva a un relativismo que ya no se refiere solo a la moralidad, sino que cuestiona la existencia misma de los hechos, un relativismo fáctico que impide la discusión racional. "NO SE DA CABIDA AL PLURALISMO" --¿ Recuerda usted dónde y cuándo surgieron las primeras manifestaciones de esas corrientes? --No es algo que yo haya estudiado. Sí recuerdo que hace muchos años yo entrevisté para "El Mercurio" al director del New York Review of Books y esa fue la primera vez que oí algo que me pareció de una gravedad asustadora.
Contó ahí un incidente recién ocurrido en una universidad norteamericana cuando un profesor de Shakespeare, en su pasión y entusiasmo por su tema, había usado una metáfora que tres alumnas habían considerado de connotación sexual y ofensiva para sus sensibilidades. El profesor fue sometido a un verdadero juicio por sus pares de la facultad y condenado a un año de rehabilitación psicológica o pérdida de su tenure. Él optó, con razón, por perder su posición.
De ahí comenzaron a surgir estas iniciativas que presumen que los estudiantes son copitos de nieve que se pueden derretir al menor asomo de una incomodidad. --Usted, que estudió e hizo carrera en Reino Unido, ¿cómo observa ese proceso? --En mis tiempos en las universidades de Londres y Oxford, la herencia principal que recibí fue el respeto por la total libertad para debatir e interpretar, con la sola condición de que ello se basara en conocimientos objetivos, respeto por las metodologías universalmente aceptadas en la disciplina y argumentos racionales.
Hoy, por lo que oigo, el clima es otro y hay universidades que están vetando temas, personajes históricos o textos si ellos son considerados "inconvenientes". Esto equivale a un Hiroshima a la libre discusión y a la libertad de pensamiento. --¿ En qué medida, a su juicio, las izquierdas han tomado para sí estas banderas? --No cabe duda de que son las izquierdas las que han tomado estas banderas. Y ello es muy comprensible.
Las nuevas formas de producción modernas han erosionado las premisas de Marx respecto de la lucha de clases como motor de la historia, la sociedades se han desproletarizado, con la movilidad social las pertenencias de clase se desdibujan y, entonces, se han encontrado nuevas formas de lucha para fomentar la acción revolucionaria que enfrentan a hombres con mujeres, al planeta con los seres humanos, a las etnias entre sí, a unas identidades contra otras. --¿ Representa el avance de la derecha en Europa un retroceso de estas ideas? --El surgimiento de movimientos de derechas populistas iliberales es la reacción a estos excesos, y, curiosamente, el apoyo a estas nuevas corrientes proviene de los sectores antiguamente asociados a la clase trabajadora que se sienten víctimas de la globalización, de los "expertos", y sienten que sus sentimientos, sus símbolos, como la patria, la nación, etc., han sido avasallados. --¿ Observa riesgos para la cultura democrática? --Esta nueva forma de dogmatismo, a mi juicio irracional, no da cabida al pluralismo y a la tolerancia sin las cuales las democracias, por perfectas que fueren sus instituciones, no funcionan, porque exigen una cultura de verdadero respeto al otro. n El debate acerca de la situación por la que atraviesan las universidades hoy en el mundo y en Chile está en alza.
Los sucesos que han afectado a la rectora de la U. de Chile, Rosa Devés, han concitado un rechazo generalizado y hay pocas voces más autorizadas que la de Lucía Santa Cruz para analizar este complejo fenómeno.
Es historiadora de la U. de Londres y máster en Filosofía por la U. de Oxford, miembro de número de la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales de Chile, consejera de varias instituciones, directora de empresas y por largos años docente e investigadora en las universidades Católica y Adolfo Ibáñez.
Para ella, lo ocurrido en la Casa de Bello "es parte de un fenómeno mundial, pero obviamente las formas en que se expresa tiene peculiaridades que nos son más propias". --Los ambientes académicos e intelectuales y especialmente muchas universidades en el mundo se encuentran atravesadas por el identitarismo y la cultura de la cancelación. ¿Qué caracteriza a esos fenómenos? --La política identitaria es una nueva ideología que subyace al movimiento woke. Es una concepción muy divisiva, porque prioriza los grupos de interés singulares por sobre los valores y políticas universales.
Su objetivo es movilizar en contra de lo que se estiman las desigualdades e injusticias que sufren las minorías, como sería el "racismo sistémico", el sexismo, la homofobia y la transfobia, entre otros. --¿ Por qué ello lleva a la política de la cancelación? --Es un movimiento que fomenta la polarización y la división social.
Además, sus adherentes tienen la convicción de poseer una superioridad moral incontrovertible, y ello es lo que ha llevado a promover una cultura de la cancelación respecto de quienes expresan opiniones divergentes consideradas inaceptables, peligrosas u ofensivas. Y es así que ello ha llevado a censurar libros clásicos y a restringir el uso de ciertos conceptos o palabras. Esto es censura y amenaza la libertad intelectual, la deliberación racional, el intercambio de ideas y el debate democrático. MOVIMIENTO WOKE: "UNA NUEVA RELIGIÓN" --¿ Qué es lo más grave de lo que pasa en HÉCTOR FLORES S.
Para la historiadora, "en una universidad no debería haber temas vedados". Agrega que hechos como los que están ocurriendo en la U. de Chile y otros planteles en torno al conflicto en Medio Oriente son "censura". Además, consultada sobre la actuación de la rectora Rosa Devés, cree que "Andrés Bello estaría orgulloso de ella". CRISTIÁN PIZARRO ALLARD "ESTO EQUIVALE A UN HIROSHIMA a la libertad de discusión y de pensamiento" LUCÍA SANTA CRUZ SOBRE LA TENSIÓN EN LAS CASAS DE ESTUDIO: la U. de Chile? --En una universidad no debería haber temas vedados. La búsqueda desinteresada de la verdad exige que todas las ideas, así ellas sean contenciosas, puedan y deban ser analizadas por medio de argumentos racionales por estudiantes que se supone son adultos e inteligentes.
Hay estudiantes que se han arrogado el derecho a "marcar" a los profesores que pueden ingresar, y eso es exactamente lo mismo que la desoladora experiencia que vivieron muchos en octubre del 2019 cuando se impuso "el que no baila, no pasa", algo brutalmente reminiscente de esas prácticas nazis. --Como académica y mujer, ¿cómo le afecta el lienzo que se colgó con la imagen de la rectora Devés? --Yo opino que este atentado contra la esencia de la universidad sería igualmente grave si el rector fuese un hombre.
Pero ciertamente adquiere una dimensión más agraviante aún por el hecho de ser la rectora Devés una mujer sometida a insultos vulgares y denigrantes. --¿ Y cómo evalúa las actuaciones de la misma rectora? ¿ Le ha faltado fuerza? ¿ Más muñeca quizás? --Me temo que frente al uso de métodos violentos es muy poco lo que las "muñecas" pueden lograr, precisamente porque al usar la violencia se sustrae el problema de la posibilidad de una discusión o argumentación racional.
Creo que ella ha exhibido gran coraje y reciedumbre, ha defendido fielmente los principios fundantes de la U. de Chile y Andrés Bello estaría orgulloso de ella. --En general, ¿cuánta responsabilidad le asigna a la propagación de lo anterior en los centros académicos chilenos, a las propias autoridades de estos? --Tengo la impresión de que el sistema educacional chileno, con poco énfasis en desarrollar el espíritu crítico, tiende a formar personas de disposición dogmática más que críticas o cuestionadoras. En mi experiencia, a las universidades llegan con una serie de prejuicios consolidados que deben ser desafiados. Las universidades no tienen como misión inducirlos a qué es lo que deben pensar sobre distintos temas, sino más bien entregarles los instrumentos para que desarrollen la capacidad para pensar libremente, pero con argumentos racionales. Para eso, las humanidades son indispensables, cada vez.