Autor: Felipe Henríquez Raglianti
¡Afortunadamente el Delegado Regional Presidencial es médico!
¡ Afortunadamente el Delegado Regional Presidencial es médico! OpiniónEn la edición del martes 5 de noviembre de El Divisadero, el Colegio Médico de Aysén publicó un inserto que advierte sobre la crítica situaciónfinanciera de los recintos de salud en la región. En resumen, señala que la falta de recursos parafinalizar el año 2024 ha incrementado la deuday expone a la población a riesgos en la atención médica. Los llamados del Ministerio de Salud a la austeridad no pueden significar un sacrificiode las urgencias ni comprometer la seguridadde los pacientes.
Aunque en Aysén el déficitha sido menor que en otras regiones, se hace urgente una inyección de recursos para asegurar la atención digna y adecuada que la población merece, especialmente dada su dependencia de unúnico sistema de salud.
Lo que indica el insertodel Colegio Médico me recuerda el Merengue de Juan Luis Guerra, el Niagara en Bicicleta, “en este hospital no hay luz para un electrocardiograma”. Esta situación se agrava en un contexto económico sombrío: una economía deprimida, la ausencia de obras públicas, una ejecuciónregional paupérrima, el alzapresupuestaria dramática en el costo de la electricidad, y unaalarmante tasa de aprobación de proyectos que apenas alcanza el 18%, siendo la más baja en elámbito ambiental de Chile, según Ex-Ante en suson menosinvestigación publicada el pasado 13 de octubre. A esto se suma un Imacec estancado en cero, y ahora también la dura realidad expuesta por el Colegio Médico. Podríamos seguir enumerando, pero avancemos en la idea. La gestión actual ha dejado ver muchaslasdeficiencias, y cada vezoportunidades para desarrollar emprendimientos en nuestra región. Las pocas ventajas que tenemosse ven opacadas por crecientes dificultades.
Aunque el discurso oficial ha suavizado su tono, aún resuenan las promesas de cambio y dignidad, lo que se opaca con denuncias a autoridades de gobierno por acoso laboral, sexual, abuso de la autoridad y otras que a diario constatamos en medios.
Este es el momento para que el Delegado Presidencial Regional, quien además es médico y a quien estimo como persona, pero de cuyo trabajo como político soy crítico, demuestre capacidad degestión en su propio ámbito de profesión. Sí frentea esta crisis expuesta por el Colegio Médico no se logran soluciones claras desde la administración regional, quizá sea el momento adecuado para provocar un cambio en los equipos de gobierno a nivel regional. Y quizás también sea tiempo de revisar la nóminadel Servicio de Salud en la región, pues hace añosse habla de que allí abunda el clientelismo político. Tal vez, llegó el momento de ajustar esas prácticas para dar a nuestra región la atención en salud que realmente necesita, donde la dignidad no sea solouna palabra, sino el reflejo de acciones, atención ygestión. El Merengue de Juan Luis Guerra resuena en mi cabeza, “Tranquilo Bobby, tranquilo”..