Conectividad en riesgo
Conectividad en riesgo OPINIÓNLa conectividad es uno de los elementos clave para definirla capacidad de desarrollo y la competitividad de un territorio.
Cuanto más y mejores sean las conexiones físicas y de datos (redes digitales, telefonía, etcétera), mayores son las posibilidades de intercambios de bienes, servicios, personas y factores productivos de todo tipo Estos principios, tan elementales que no debería ser necesario estarlos mencionando, necesitan, sin embargo, ser recordados constantemente a los tomadores de decisiones.
De ahí que estemos dedicando nuestra columna de hoy a dos infraestructuras indispensables para la conectividad regional y que hoy reclaman atención de Coquimbo sufre un drama crónico por la insuficiencia El puerto de sus calles de acceso, llegando a un punto de crisis en cada verano, cuando incrementa la actividad portuaria debido a los embarques de frutas de estación y las recaladas de cruceros, sumándose al flujo habitual de cargas mineras, de vehículos y contenedores.
Este asunto es crucial en la operación de cualquier puerto en el mundo y ha sido conversado en mil y una mesas y comisiones, sin que se le haya dado un “palo al gato” proporcional al tamaño del felino (en este caso, del problema). Bastante se logró en su momento con el mejoramiento de la avenida Costanera, ejecutado en 2018-2019, pero todos entendíamos que ese era un mero avance; la solución de fondo tendría que llegar de la mano de una obra mucho mayor, cuestión que se hizo incluso más urgente cuando la concesionaria TPC anunció su proyecto de ampliación del puerto.
Ahora, cuando el nuevo sitio 3 lleva ya un año funcionando, sufrimos una redoblada congestión de camiones esperando entrar al recinto portuario, cuestión que no solo incomoda a residentes y turistas sino que entorpece los procesos de trabajo tanto del propio puerto como de los exportadores que lo utilizan.
Entre tanto, el aeropuerto La Florida, que recibió alegres noticias con la activación de un proyecto para la ampliación y modernización de su terminal, sufre ahora la amenaza de no poder crecer nunca a su máximo potencial debido a que el trazado del futuro bypass entre La Serena y Coquimbo, según trascendidos de prensa, abarcará terrenos indispensables para la extensión de la pista de aterrizaje, obra que de llegar a realizarse lo habilitaría para recibir aviones de cualquier tipo, convertirse definitivamente en un aeropuerto internacional y operar los más modermos instrumentos de aproximación y aterrizaje, resolviendo el problema de las cancelaciones de vuelos asociadas a eventos de nubosidad extrema Por otra parte, resulta deplorable la falta de vuelos directos que nos conecten con otras capitales regionales, algo que no solo nos afecta a nosotros, sino a todas las regiones del norte.
Vivimos el absurdo de que para volar a cualquier ciudad del norte un pasajero a Santiago y de ahí embarcarse a su destino. local tiene que ir Un gasto ineficiente de tiempo y dinero que incomoda, nos resta competitividad y obstaculiza los intercambios interregionales, en una zona con múltiples interdependencias sociales y económicas.
Si sumamos a esto nuestros conocidos déficit en infraestructura vial, tales como la ruta 5 en el tramo urbano entre La Serena y Coquimbo, la ruta 41 hacia el valle de Elqui, o el tantas veces postergado túnel de Agua Negra, entendemos que nos estamos quedando atrás, mientras otras regiones y países avanzan más rápido. Es hora de ponerle ojo a la conectividad. Mientras antes, mejor.. Ricardo Guerrero, gerente de la Corporación Industrial para el Desarrollo Regional de Coquimbo. OPINIÓN