Autor: Por
Leoniodas Montes
Columnas de Opinión: Coletazos del neowokismo
Columnas de Opinión: Coletazos del neowokismo COLUMNA DE OPINIÓNEn medio de la Guerra Fría, mientras unos pocos intelectuales defend í a n l o s f u n d a mentos del liberalismo, en Estados Unidos los socialistas y progresistas de izquierda se definieron como “liberals”. Hayek sequejó de esta apropiación lingüística. A los liberales solo les quedaba el epíteto de capitalistas. Por si fuera poco, la izquierda acuñó el concepto de “neoliberales”. Esta etiqueta era un ataque contra los defensores de la propiedad, del individuo y de la economía neoclásica o austríaca. En 1962 C.
B. Macpherson publicó un influyente libro titulado “Teoría política del individualismo posesi-vo”. Los fundamentos de la tradición liberal, desde Hobbes y Locke en el siglo XVII pasando por Hume y Smith en el siglo XVIII, se encontrarían en el individualismo posesivo. Ese afán materialista encerraba una crítica moral que alimentó una percepción negativa del liberalismo y del neoliberalismo. La única alternativa a esta sociedad posesiva de mercado era el modelo socialista. Después surgieron utopías como el “socialismo del siglo XXI” que Chávez prometió y Maduro implementó. Sebastián Edwards nos sorprendió con su gran libro “The Chile Project. The Story of the Chicago Boysand the Downfall of Neoliberalism” (Princeton University Press, 2023). El título en inglés habla de downfall, una caída precipitada. A fines del año siguiente apareció en español con el título “El Proyecto Chile. La Historia de los Chicago Boys y el futuro del neoliberalismo” (editorial UDP, 2024). El cambio en el subtítulo obedece a la fuerza de la realidad. En otra ironía de nuestra historia ese anticipado downfall del neoliberalismo fue reemplazado por su futuro. Solo basta recordar esa famosa frase de Boric: “si Chile fue la cuna del neoliberalismo, también será su tumba”. No fue así. Gracias al Frente Amplio y los excesos del wokismo, el neoliberalismoestá vivito y coleando. La izquierda chilena tradicional, que compartía ciertos principios básicos del liberalismo clásico, fue reemplazada por una nueva izquierda que descansa en la corriente woke. El término “Ñuñork” tiene un sentido intelectual. Y también una posible explicación. Chile vivió un enorme aumento del número de becas para estudiar en el extranjero. Miles de jóvenes, herederos del éxito de los vapuleados 30 años, tuvieron el privilegio de estudiar en las mejores universidades del mundo. Muchos de ellos se permearon de la cultura woke. Para este movimiento, las demandas identitarias eran el gran desafío. El dilema es simple: prefiero el neoliberalismo que respeta las reglas del juego a un gobierno que juega con las reglasDurante el estallido los estudiantes realizaron velatones en Chile y en el extranjero. Atacaron a Piñera como si fuera Pinochet, vieron la redención en los pueblos originarios, usaron un nuevo lenguaje y promovieron la violencia. Hoy Piñera es valorado y recordado, las causas indígenas se desvanecieron, la fiebre lingüística de todes y todas se olvidó y la seguridad es añorada.
Hace menos de cuatro años la hoy desaforada expresidenta de Revolución Democrática se preguntaba “¿ cómo quieren que no lo quememos todo?”. La reacción social ante el wokismo que inspiró a la nueva generación en el poder ha sido devastadora. Pero el Gobierno sigue sufriendo y luchando contra la resaca. Casos simbólicos como el destino de la estatua de Baquedano, la toma en San Antonio y el proyecto Dominga aparecen como losúltimos estertores. El depreciado Consejo de Monumentos Nacionales dice que Baquedano se va y al día siguiente se retracta. La Corte ordena el desalojo de cerro Centinela en San Antonio. Y el tribunal ambiental le dio una nueva oportunidad a ese proyecto que ya lleva doce años luchando contra la permisología y la oposición del gobierno. El dilema es simple: prefiero el neoliberalismo que respeta las reglas del juego a un gobierno que juega con las reglas. Pronto sabremos si triunfa la institucionalidad o el neowokismo. Si desea comentar esta columna, hágalo en el blog. COLUMNA DE OPINIÓN