Si gana Jara
Si gana Jara E ste domingo la izquierda definirá su candidato presidencial. Aunque el panorama aún no está claro, Jeannette Jara parece ser la favorita. Su ascenso no se sustenta en propuestas o equipos, sino en su capacidad para construir liderazgo mediante el carisma y la conexión. Sin embargo, que ella se presente como una ciudadana de a pie no puede hacer olvidar que es la representante de las ideas del Partido Comunista, incluso si renunciara a su militancia. Por lo tanto, si este escenario se materializa, su victoria no solo representaría un logro político, sino una reconfiguración en su sector que modificará, sustancialmente, las dinámicas del poder. Subestimar las consecuencias del triunfo de un proyecto comunista es jugar con fuego. Ya vivimos su forma de proceder en el primer proceso constituyente. Fuimos también testigos de cómo el FA y el PC, lejos de respaldar el pragmatismo de Boric, quedaron al margen. Hemos visto cómo la campaña de las primarias ha reactivado el debate sobre los treinta años y las distintas interpretaciones sobre el estallido social. Por otra parte, las propuestas económicas de Jara se basan en modelos obsoletos que han fracasado en el mundo. El aumento del intervencionismo estatal y la centralización de la economía han demostrado ser ineficaces, como lo evidencian los casos de países como Venezuela o Cuba. Por si fuera poco, el Partido Comunista defiende la lógica de un pie en la institucionalidad y otro en la calle.
Fomenta la lucha y la odiosidad entre las clases sociales, y la misma Jara permanece imperturbable frente a una Cuba que lleva años bajo el control absoluto de un partido único, donde no hay alternancia en el poder, las libertades políticas son limitadas y las elecciones no son realmente libres. Algunos podrían argumentar que no habría gran diferencia si triunfara Tohá, ya que ambos sectores de la izquierda gobernarían juntos. Sin embargo, esto ignora una diferencia clave: la correlación de fuerzas. Si Jara gana, la influencia del Partido Comunista se incrementará considerablemente, desplazando el poder hacia una visión aún más radical. No se trata de anticomunismo, sino de una respuesta basada en la experiencia histórica. Si Jara se impone será fundamental pensar sobre la mejor opción frente a su candidatura, evitando caer en reacciones impulsivas que solo contribuyan a polarizar, aún más, la política chilena. El dogmatismo y autoritarismo comunista no se enfrentan con rigidez, ni con declaraciones propias de un poema épico. Por el contrario, se requiere estrategia, experiencia, propuestas claras y un equipo capaz de ejecutarlas. La clave será no ceder a la tentación cortoplacista de situarse en la otra esquina del ring, profundizando la división, el conflicto y sus nefastas consecuencias. Si gana Jara María José Naudon Decana Escuela de Gobierno UAI "El dogmatismo y autoritarismo comunista no se enfrentan con rigidez, ni con declaraciones propias de un poema épico"..