COLUMNAS DE OPINIÓN: Una completa homologación
COLUMNAS DE OPINIÓN: Una completa homologación Opinión Una completa homologación Recientemente, el gobierno ha enviado un proyecto de ley que pretende modificar la llamada "Ley Zamudio", esto es, la que castiga la discriminación, siguiendoel derrotero que este concepto ha idoadqui: riendo a nivel internacional. Como se sabe, de manera tradicional, "discriminar" era entendido simplemente como "distinguir" entre personas o situaciones, sin ca. lificar dicha distinción. Ello, pues permanentemente estamos distin: guiendo o separando por el simple hecho de decidir entre dos o más posibilidades. Es por eso que cuandose quería denotar una distinción injusta, se hablaba de discriminación "arbitraria", es decir, sin que la justificara un fundamento racional. Sin embargo, hoy el concepto ha cambiado, al punto que lasola palabra "discriminación" denota de suyo una situación injusta, de modo que siem: pre sería arbitraria.
Se busca que el resultado final al cual lleguen los sujetos sea prácticamente igual entre unos y otros, de modo que ninguno rasólo parte de la igualdad que busca alcanzar, pues ella únicamente apunta a una igualdad inicial, como punto de partida para el accionar delas personas. Poreso hay que decirlo muy claro: lo quese pretende actualmente con la*no discriminación", es que exista estaigualdad entre las perso. nas nosolo al inicio de cualquier proceso, sino sobre todo al término del mismo. Es decir, se busca que el resultado final al cual lleguen los sujetossea prácticamente igual entre unos y otros, de modo que ninguno destaque o se encuentre demasiado por debajo de los demás.
Dicho de otra manera: lo que se busca lograr no es solo una igual: dad formal (la clásica igualdad ante la ley, propia de las sociedades liberales), sinounaigualdad material o de resulta do, estoes, quelosfrutos alcanzados por la actividad de unos y otros sean lo más homogéneos posible.
Ahora bien, este concepto hatenido A En consecuencia, casi cualquier diunnotable desarrollo, tanto anivel na destaque o se encuentre demasiado por torencia en el resultado final de la ac cionalcomosobre todointernacional, debajo de los demás. tividad realizada por las personas consagrándose como el centro de ta blero de los actuales derechos huma. nos, al menos dentro del Sistema Interamericano, elevándose a unsu pranivel desde el cual pretende influir en todos los demás derechos consagrados. Poreso se señala reiteradamente que estos derechos deben ser res: petadosencondiciones de igualdad para todas las personas, sin discrminación alguna.
A primera vista, uno no podría estar más de acuerdo con este pos tulado, que viene a coincidir con la ya clásica "igualdad ante la ley", que busca que todos los habitantes de un país sean tratados de la mis maforma, sin privilegios o desventajas infundadas. Sin embargo, la evolución que ha tenido el concepto de "discriminación" se encuentra muy lejos de esta tradicional igualdad ante la ley. Ello, pues si bien la defiende pues también le es útil, la conside constituiría una discriminación, y por tanto, una injusticia respecto de quienes no hayan alcanzado esa cota. Y obviamente, debe ser el Estado el que en nombre de los nuevos "derechos humanos", corrija tama ña injusticia, igualándolos a todos, usando para ello la totalidad de Sus recursos y su poder. Una visión que pretende homologar com: pletamente a las personas, que curiosamente, huele demasiado a marxismo. Doctor en Derecho, profesor de Filosofía del Derecho Doctor en Derecho, profesor de Filosofía del Derecho Universidad San Sebastián.