La guerrera de mecha corta que contrató Monsalve
María Inés Horvitz es su defensora La guerrera de mecha corta que contrató Monsalve René González R. O hay ni habrá una segunda edición del libro de casi 1.300 pági nas y escrito en dos tomos, “Derecho Procesal Penal”, publicado en 2002 y 2004 porlos penalistas y académicos de la U. De Chile Julián López y María Inés Horvi Fue un parto escribirlo, sobre todo el segundo tomo, y no tanto por las complejas materias que trataban ambos autores, sino por sus desavenencias.
El escrito es considerado una suerte de Biblia de la Reforma Procesal Penal y, de hecho, ambos formaron parte del comité técnico que modeló ese cambio entre fines de los 90 y principios de los 2000. Pero López y Horvitz —que se saludan, sí— ya no se hablan. No es solo que en el prólogo se haya omitido al profesor López. Esa fue la gota que rebalsó el vaso.
Lo cierto es que López es una de entre varias personas con quien ella, actual cabeza de serie en la defensa del exsubsecretario Manuel Monsalve, cortó o tensó relaciones a lo largo de su brillante carrera profesional.
Roce con Martorell No militó ni ha militado en el PC o en el PS, como muchos abogados creían en los 90s y 2000, cuando ella las hacía de abogada litigante del Consejo de Defensa del Estado (CDE). Tres de ocho profesionales consultados para ese artículo llegaron a pensar eso.
Y es que, acabado el gobierno militar, representó causas de familiares de víctimas de la dictadura con tal pasión, que se llegó a correr el rumor de que su padre, quien la adoptó de pequeña, fue en realidad la primera persona que puso una querella en contra de Pinochet, cuando este aún ocupaba el poder. Asumió casos como el homicidio de Tucapel Jiménez, la Operación Albania, el asesinato del coronel Gerardo Huber, además del caso Riggs.
Todo después de una estricta preparación: tras regresar de Uruguay, donde pasó gran parte de su infancia y egresar del The Grange, estudió derecho en la Universidad de Chile donde se tituló en 1984 sin “echarse” un ramo, partiendo luego a la Universidad Autónoma de Barcelona, donde su influyente mentor, Juan Bustos, le dio guía para sacar su doctorado. Se “enlistó” en el CDE en 1990, donde una década después se la vio en diversas causas de alta connotación en compañía de Luppy Aguirre, actual jefa de la División Jurídica de Interior. Y fue Aguirre quien reemplazó a Julián López en el Centro de Estudios de la Justicia de la U. De Chile, donde se desempeñaba Horvitz. En el CDE se hizo conocida por su carácter fuerte. Como dice un veterano abogado de “la plaza”, “está muy bien formada y brillaba mucho, un poquito demasiado apasionada en sus causas, con una tendencia a personalir.
Puede parecer desconfiada, pero no es eso, sino que es muy cuidadosa de sus criterios y códigos profesionales y tiene claro su lugar: no vino a esta profesión a hacer amistades, es 100% abogado”. No extrañó en 2006 cuando ascendió a consejera del CDE, donde integró el Comité Penal. Pero después de unos años comenzó a chocar fuerte con Daniel Martorell. Pasó lo mismo que con López: fueron los pequeños detalles del día a día los que minaron la relación profesional. En el organismo recuerdan que se hizo costumbre que el tercer integrante del Comité Penal fuera el presidente del CDE, quien fungía como una suerte de mediador entre Horvitz y Martorell. Hasta he no se tragan.
Su pelea con Letelier Horvitz es descrita como una mujer “progresista”, “moderada”, “políticamente ecuánime”. Pero en el CDE fue a chocar con alLa doctora es de armas tomar: se ha peleado fuera de estrados con abogados como López, Martorell, Letelier, Zaliasnik y Donoso, entre otros.
Guien más “progre”. El presidente del organismo, Raúl Letelier, quien apoyó la candidatura de Fernando Atria a la Convención Constitucional de 2022 y quien donó $150 mil a la candidatura de Jaime Bassa (FA) para la misma instancia. Ra mediados de 2023 cuando ella no lograba imponer su visión en el incipiente caso Convenios. Volvía a mostrar esa veta 100% abogada y los dientes: quería ir por todo, presentar acciones judiciales contra un gran paquete de fundaciones, aunque demorara un poco más en interponer la acción judicial. Pero la visión de Letelier ganó y el CDE se querelló, en ese momento, solo contra Democracia Viva. Él quería partir rápido. Más que técnica, dicen, Horvitz leyó una decisión política.
Renunció al Consejo y no se quedaría callada: En una entrevista en Ciper, publicada el 19 de diciembre de 2023, acusó que el CDE no aguantó las presiones y añadió que “es cada vez más visible la cooptación del Estado por poderes fácticos vinculados por cuna, política y dinero”. Sus peleas con Donoso, Zaliaznik y Guerra Antes de retirarse del CDE, Horvitz dio otras peleas, que también terminaron afectando sus relaciones personales.
El exfiscal Manuel Guerra —quien luego se comprobaría que tenía una relación demasiado estrecha con el abogado Luis Hermosilla y que terminaría imputado en ta del caso Audios— decidió realiLA ES zar una maniobra que acotó el alcance del caso Penta y que le valió la salida de la causa al CDE y a los querellantes.
El caso terminó con un juicio abreviado, clases de ética para los dueños de Penta, el senador Iván Moreira pagó una multa y otros empresarios que utilizaron mecanismos ilegales para donar plata a la política se libraron.
Según un cercano a Guerra, sus decisiones se enmarcaban en las leyes hasta entonces existentes (que luego se perfeccionaron) y que sospecha que Horvitz “puso el grito en el cielo”, porque entre los abogados de Penta estaba Julián López, a quien, afirma la misma fuente, le tendría “inquina”. Enojo del que también fueron objetos otros dos abogados que se vincularon con el expresidente Sebastián Piñera: Samuel Donoso y Gabriel Zaliasnik. Zaliasnik sintió que personalizó las causas en que se cruzaron y que se puso moralmente encima de él. Ese tipo de conflictos otros se lo toman menos en serio. Cuando la escuchan decir “no se confunda con su cliente, abogado”, ríen.
Samuel Donoso tuvo un cruce con ella, hace unos dos años, a propósito de una audiencia del caso SQM, en el Centro de Justicia Más allá de los apasionados ataques en estrados, Donoso nunca había sido increpado con tal vehemencia “a la salida”. La apuesta entre las fuentes consultadas es que Horvitz hoy tomó un caso que no le acomodará. La obligará a exponerse y la sacará de su rol de querellante para pasar a ser defensora. Piensan que le cree a Monsalve, cuando dice que no hubo violación y que, de otra manera, no habría tomado la causa. “Pobre de él (el exsubsecretario) que le mienta”, comenta uno.