Desalinización para enfrentar la crisis hídrica
Desalinización para enfrentar la crisis hídrica Carlos Cruz Director ejecutivo Consejo de Políticas de Infraestructura (CPI) C hile enfrenta el desafío de retomar un crecimiento económico que permita generar empleo y recursos para satisfacer las demandas ciudadanas. Uno de los principales obstáculos es la crisis hídrica, agravada por el cambio climático, el crecimiento urbano y el aumento de cultivos intensivos. La menor disponibilidad de agua pone en riesgo múltiples actividades productivas. La desalinización de agua de mar ha surgido como una alternativa viable para sortear la crisis. Hasta ahora, la minería ha sido el principal promotor de esta tecnología, seguida por algunas ciudades afectadas por la escasez hídrica. Sin embargo, su uso en la agricultura aún sigue siendo limitado debido a los altos costos; aunque tiene un enorme potencial de crecimiento y generación de empleo. La agricultura es tal vez una de las actividades que mayor potencial tiene para aumentar en forma sostenida, sostenible y significativa su contribución al PIB. El efecto -de usar agua desaladasería muy beneficioso en tanto incorpore a la agricultura exportación como también a aquella orientada al mercado nacional. Con agua se podría cultivar territorios hoy malamente explotados. Si se contara con disponibilidad ilimitada de agua sería posible irrigar al menos el doble de la superficie actualmente cultivada con un gran beneficio social y económico. Si bien el costo de la desalinización es un obstáculo, es fundamental entender que su impacto económico y social justificaría la inversión: Chile ya ha desarrollado experiencia en la construcción y operación de plantas desalinizadoras. Se han aprendido lecciones sobre conducción de agua, mitigación de impactos ambientales y optimización de tecnologías. Sin embargo, es necesario avanzar más rápido, especialmente, en la creación de proyectos multipropósito que sirvan a diversos sectores, incluyendo minería, consumo humano y agricultura. El Estado tiene un rol clave en esta transición. En lugar de esperar propuestas desde el sector privado, debería liderar la planificación estratégica, identificando ubicaciones óptimas para estas iniciativas y promoviendo el modelo de infraestructura compartida. Actualmente, existen múltiples plantas que abastecen individualmente a clientes en la misma zona, lo que resulta ineficiente. Fomentar la cooperación y el desarrollo de redes de distribución permitiría optimizar los recursos. Un paso importante lo da Dirección General de Concesiones del Ministerio de Obras Públicas (MOP), a través de la concesión de una planta desalinizadora en la Región de Coquimbo. Y a medida que se definen programas de gobierno para las futuras elecciones, es fundamental que el acceso al agua se convierta en un eje prioritario.
Asegurar con un suministro de agua permanente a la agricultura, financiado en función del valor que este recurso aporta a la sociedad, tendría un impacto profundo en el crecimiento económico y el desarrollo social del país. Chile no puede permitirse seguir con un crecimiento mediocre. La desalinización, bien planificada e integrada, podría ser una solución clave para garantizar un futuro sustentable y próspero..