Autor: Diego Bravo
Estudio revela alcances de mujeres cuidadoras de personas con discapacidad severa
Estudio revela alcances de mujeres cuidadoras de personas con discapacidad severa Las consultadas en esta muestra han dedicado más de una década a esta laborsemana por la seremi de la cartera. La seremi Alejandra Ruiz Ovando en la presentación del estudio.
“Como Gobierno, consideramos fundamental apoyar a las personas que cumplen el rol de cuidar, quienes dedican gran parte de su tiempo y pro-yectos de vida para asegurar el bienestar de sus seres queridos en situación de dependencia. Queremos que los cuidados no se vivan en soledad, sino comouna responsabilidad compartida, permitiendo que quienes cumplen esta labor puedan desarrollarse plenamente”, señaló la seremi Ruiz Ovando.
El ministerio de la Mujer y la Equidad de Género desarrolló un estudio relativo al trabajo de cuidados no remunerados a personas con discapacidad o dependencia severa, llamado “Experiencias de Vida de las Cuidadoras: Autonomía Económica y Expectativas”, en el marco de la implementación del Plan Nacional de Cuidados “Chile Cuida”, cuyo foco local apunta a construir un Plan Regional de Cuidados, con la participación de la secretaría regional ministerial (seremi) de la cartera, Alejandra Ruiz Ovando, y el Gobierno Regional de Magallanes y la Antártica Chilena. De acuerdo con los resultados de este estudio, la experiencia de cuidar es una experiencia de vida.
En promedio, las mujeres que participaron del estudio han cuidado de personas con discapacidad severa (PcDDS) por 10,2 años y hay un número significativo de mujeres que comenzaron a cuidar desde la infancia (a partir de los 10 años, aproximadamente), a sus hermanos, a sus padres o abuelos. En algunos casos, ellas se han hecho cargo, de manera sucesiva o combinada, del cuidado de hermanas, hijos, nietos y esposos, desarrollando una trayectoria de vida totalmente abocada al cuidado de otras personas. Así, su vida completa ha estado supeditada al trabajo de cuidados no remunerados y la vida personal no logra hacerse un lugar diferenciado y diferenciable. Estos roles inciden en la continuidad de estudios técnico-superiores y, con ello, la empleabilidad futura. Asimismo, largos períodosfuera del mundo laboral implican pérdida de competencias y de trayectorias demostrables para reinsertarse. Las conclusiones de esta investigación también subrayan cómo el rol del cuidado afecta las rutinas diarias y la distribución del tiempo entre las mujeres que lo desempeñan. Así, las entrevistadas declaran que dedican 11.3 horas diarias a estas labores, contrastando con las 1.8 horas que sus familiares destinan a este trabajo en la semana. En tanto, el fin de semana, ese número asciende apenas a las 2.5 horas; evidenciando la falta de relevo y la ausencia de corresponsabilidad en los cuidados.
A eso, se suma el aislamiento social provocado por el escaso y esporádico contacto que tienen con sus vecinas y vecinos, lo que agudiza la falta de redes de apoyo para los cuidados. a d i d e c. La información fue recopilada por el ministerio de la Mujer y la Equidad de Género, y presentada a nivel regional esta Las consultadas en esta muestra han dedicado más de una década a esta labor