De barrio industrial a incipiente polo nocturno la nueva cara de Av. Rendic
Macarena Saavedra Ledezma alir después de las seis de S: tarde es dificil para los vecinos de Avenida Rendicen la Población Lautaro.
La instalación de distintas shoperías y cocinerías en el sector, han convertido al antiguo barrio industrial, en una zona comercial activa, pero también en nuevo foco de delincuencia, riñas y tráfico, poniendo en una situación difícil a los vecinos y residentes del barrio.
Para Rosa, residente y comerciante de la excalle Cautín, esdificil de entender el porqué y el cómo se otorgan los permisos para el funcionamiento de los bares, puesto que afirma han contribuido al desorden e inseguridad en el sector, principalmente, por el descontrol de los mismos clientes que llegan hasta las nuevas salas de cerveza que comienzan a copar las cuadras nalmente se observaban talleres mecánicos, ventas de repuestos o ferreterías minoris Tas, “La cuadraen donde están lasshoperías es muy complicado. Encuentro horrible que estén instaladas en este sector, más aún porque vivimos muchas personas mayores y senecesita tranquilidad, al menos, durante la noche. No sé qué control llevan de los locales, pero la puerta de nuestra casa alas nueve de la noche no se abre más”, dijo. Ella incluso ha observado peleas y mechoneos entre las mismas trabajadoras, además derecurrentes golpes parroquianos que asisten a los bares.
“Esenuno delos localesde las calles más abajo donde se arman unas trifulcas, vieran cómo peleaban esas mujeres, estaban agarradas del pelo y no las podían soltar, es terrible”, agregó la residente de avenida Rendic, “Esto ha sido una constante sobre la pelea, En nuestra población también existe mucha delincuencia”. Romelio Traslaviña Presidente Junta Vecinal “Encuentro horrible que estén instaladas en este sector, más aún porque vivimos muchas personas mayores y se necesita tranquilidad. Rosa Vecina del sector AGENCI LA TRANSFORMACIÓN DE LA AVENIDA RENDIC GENERA CRÍTICAS POR PARTE DE LOS VECINOS DEL SECTOR, CIUDAD.
La instalación de bares y botillerías afecta a los residentes, quienes manifiestan constantes peleas e inseguridad en el barrio. mAYOR INSEGURIDAD Local de venta de alcohol que también afecta a los residentes de calle El Loa, quienes además denuncian que hay tráfico de drogas relacionado a la actividad comercial nocturna, manifestó un vecino, quien por miedo a represalias prefirió dejar su nombre en anonimato, “Los que viven al lado del bar si que tienen problemas, cuñada, que es vecina y teme por sus hijos adolescentes, hay horas en que no se puede pasar tranquilamente porque está la gente borracha afuera y eso trae droga”, comentó el residente. Respectoala delincuencia, el vecino también señaló que asaltos y robos en la vía pública. El no poder salirde altera todas sus rutinas, “Hay horas en que nosotros podemos salir y cruzar la avenida.
Por ejemplo ahoraen la mañana, pero después a las siete o más tarde, aunque la shopería abre como a las cuatro de latarde, lo evitamos”. Para Roberto e Hilda, pareja de la tercera edad residente dela avenida, el cambio que ha tenido la cuadra en los últimos cinco años resulta impactante, puesto que, señalaron, falta mayor fiscalización y presencia policial, “Hace años atrás este barrio era muy tranquilo, siempre fue conocido por ser comercial, pero ahora está muy malo. Hay mucho drogadicto y con los bares que hace un tiernpo se han instalado, quizás dónde se irá a llegar”, indicó Roberto. PROBLEMA HISTÓRICO Si bien, los bares se encuenextensión dela actual Avenida Rendic, estos cruzan dos poblaciones tradicionales de Antofagasta: las poblaciones Lautaro y O'Higgins. Desdeesta última, su presidente, Romelio Traslaviña argumentó que las nuevas shoperías son un tema que les preocupa por la serie de incivilidades que se generan en los alrededores, dificultad al que se sumana varios otros. “Esto ha sido una constante sobre la pelea y todos los derivados de que se forman en esta población. Siempre ha pasadolo mismo, nosolamente eso de los nuevos baressino que en nuestra población también existe mucha delincuencia”, recalcó el representante de la Junta Vecinal. Por ello, para lograr combatir lasincivilidades, Traslaviña apuntó a la autogestión de alarmas vecinales, al igual que alumbrado público, como posibles soluciones.
“Nosotros mismos, como cuadra, juntamos plata que fueron cerca de $400 mil para poner una alarma comunitaria porque estamos expuestos desde quese fue la segunda comisaría y quedamos ala suerte del más fuerte”, manifestó el directivo.
“Hemos tratado de que nuestra población y nuestra plaza se mantenga, pero en este momento tenemos tres personas en situación de calle viviendo en el lugar, que llevan años y por eso no hemos podido recuperarla. Encontramos que, de parte de la autoridad, han sido negligentes”, concluy Óó. 3