Autor: ANDRÉS FOSK BELAN Gerente general Landes
Nueva Ley de Pesca
Señor Director: En su edición de ayer, "El Mercurio” recoge con claridad la opinión experta sobre la tramitación de una nueva Ley de Pesca del subsecretario Julio Salas, máxima autoridad para el manejo pesquero en Chile. La franqueza de sus declaraciones revela una alarmante falta de comprensión y un deseo explícito de refundar una industria centenaria, que sostiene a más de 36 mil trabajadores en nuestro país. Pescar fuera de la zona económica exclusiva —como propone— lo que hoy se captura al interior de ella, es tan factible como instalar una central hidroeléctrica en Calama.
A lo mejor el cambio climático lo permite a futuro, pero sabemos que hoy es imposible. igualmente, en una carta al Director como esta, el mismo subsecretario Salas expone un conjunto de acusaciones contra la pesca industrial que resultan, a lo menos, reñidas con la verdad.
En primer lugar, afirma que la actual ley es un traje a la medida para las empresas, ignorando que dicha legislación ha generado más de US$ 600 millones en impuestos específicos en la última década, un tributo inexistente antes de su implementación. Ello, además de una redistribución de las capturas en favor de la pesca artesanal y la licitación de una fracción de la cuota industrial. Otra afirmación cuestionable es que no estaríamos en presencia de un proyecto refundacional, dado que conservaría el 70% de la redacción de la actual ley. Sin embargo, lo que Salas omite mencionar es que las modificaciones propuestas implican cambios de proporciones. El proyecto en discusión es una apuesta por expropiar recursos y debilitar opiniones científicas, procurando el regreso de cuotas asignadas a dedo por la autoridad de turno. Por último, cuesta entender que siga empecinado en crear una guerra ficticia entre artesanales e industriales, publicitando medidas tan inviables como polémicas. Para información del subsecretario Julio Salas, la historia es otra. Ambos mundos se han desarrollado de manera complementaria en el 90% de las pesquerías, llevando dignidad a los territorios donde se insertan y alimentos de calidad a la mesa de millones de chilenos.