Excepcionalidad chilena
Excepcionalidad chilena Por Max Colodro Filósofo y analista político lasesinato del exteniente venezolano Ronald Ojeda debiera tener para los chilenos reminiscencias históricas; un opositor a la dictadura de su país, que fue aquí acogido como refugiado político, termina siendo inmolado de manera brutal. Esta semana, el fiscal a cargode la investigación informó que las evidencias apuntan alo que todos sospechábamos: este fue un crimen político, ejecutado a distancia por el régimen de Maduro. Exactamente lo mismo que en su tiempo hizo la dictadura chilena con Orlando Letelier en Washington y con el exgeneral Carlos Prats en Buenos Aires. Estuvo también muy cerca de lograrlo en Roma con el exvicepresidente Bernardo Leighton. Esas son las reminiscencias.
Lo diferente, lo que marca en este caso una insólita excepcionalidad, es que el actual gobierno de Chile esté integrado por un partido que es un entusiasta defensor de la dictadura venezolana; que avaló el fraude electoral a través del cual esa dictadura se mantiene en el poder; y quese niega a aceptar lo que ahora la fiscalía chilena empieza a confirmar: los vínculos de ese régimen con un crimen político cometido en nuestro país, pagando asicarios que actuaron por encargo, violando nuestra soberanía y Estado de Derecho. Pero la excepcionalidad nose reduce atener en el gobierno un partido que defiende aesa dictadura y no reconoce, ni menos condena, su criminal intervención en Chile.
Lo verdaderamente insólito es que ello no sea un límite insalvable para las fuerzas políticas que comparten una alianza de gobierno con dicho partido; que ello ni siquiera alcance para un reproche genuino y, al contrario, no les impida seguir gobernando juntos y proyectarse en un nuevo pacto electoral.
Siestas circunstancias, si laincondicionalidad del PC chileno con la dictadura venezolana, aun ante las evidencias de su implicancia en un crimen político cometido en nuestro país, no impidea sus aliados seguirlo siendo, efectivamente somos una excepcionalidad a escala mundial.
Siel partido de Orlando Letelier no tiene problemas para seguir gobernando con el PC en estas condiciones; siel partido de Bernardo Leighton no tiene objeciones para llevar adelante un pacto electoral, hemos confirmado que lalógica fría del poder está hoy por encima de cualquier cosa; literalmente, de cualquier Cosa.
Parafraseando a Ascanio Cavallo, a estas alturas sólo cabe enviarles unas sinceras "felicitaciones". Han confirmado que son una excepción planetaria, que las fuerzas hoy gobernantes no reconocen límites éticos de ninguna naturaleza, ni siquiera aquellos que imponen los capítulos más dramáticos desu propia historia.
Así, cuando la justicia chilena termine de confirmar lo quesiempresupimos, podrán seguir gobernando tranquilos con los amigos de la dictadura venezolana, encontrando alguna razón para volver a pactar con ellos y para ser de nuevo todos juntos alternativa de gobierno. Dirán lo que cada día insisten en hacer más evidente: que siempre fueron excepcionales. siempre fueron excepcionales..