Evitar el abandono en la vejez: el desafío pendiente de una sociedad que envejece
Evitar el abandono en la vejez: el desafío pendiente de una sociedad que envejece IMaría IMaría José Villagrán prensa@latribuna.cl En En la actualidad, son miles las personas mayores que viven aisladas o se sienten solas en Chile, convirtiéndose en un fcnómeno invisible.
En entrevista entrevista con Diario La Tribuna, Ana Paula Vieira, psicóloga, gerontóloga gerontóloga y directora de la Fundación Míranos, recalcó que gestos simples, como preguntar sinceramente sinceramente cómo está una persona persona mayor, compartir un café o simplemente escuchar sinjuicio, pueden ser decisivos en su bienestar. bienestar. “A veces, esos pequeños actos sostienen a alguien que está atravesando un momento muy difícil”, explicó. Vieira subrayó la necesidad de reconstruir el tejido social, derribar estereotipos ligados al envejecimiento y generar espacios espacios donde las personas mayores recuperen vínculos, autonomía y sentido. “Envejecer no puede significar significar aislamiento niabandono. Debemos garantizaraños de vida con dignidad, compañíaypropósito, compañíaypropósito, y evitar que la desconexión emocional los lleve a una crisis vital profunda”, advirtió. Enestecontexto, “elaislamiento “elaislamiento social es objetivo y medible. Se refiere a la ausencia o escasez de interacción con otras personas y la baja o nula participación en actividades comunitarias. Hay escalas para medirlo, como la de Lubben, que evalúa cuántos contactos contactos sociales tiene una persona mayor”, explicó la psicóloga. En cambio, la soledad es subjetiva subjetiva y emocional: “es una experiencia experiencia interna, desagradable, involuntaria. La persona puede estarrodeadade familiaresyaun así sentirse sola, porque percibe que esas relaciones no son suficientes suficientes ni en cantidad ni en calidad”, calidad”, detalló Vieira.
La soledad puede medirse con instrumentos como la escala UCLA, creada por la Universidad de California, en Estados Unidos, queha permitido dimensionarsu impacto en todo el mundo. ¿Por qué importa esta diferencia? diferencia? Porque ambos fenómenos, fenómenos, aunque distintos, afectan la salud de las personas, especialmente especialmente mayores, de forma dramática. dramática. Según la especialista, el aislamiento social y la soledad no deseada impactan tanto la salud mental como la física. “Una persona mayor aislada o que se siente sola tiene mayor riesgo de desarrollar depresión, ansiedad y deterioro cognitivo. De hecho, la Organización Mundial Mundial delaSalud (OMS) estima que estos factores incrementan hasta en un 50% el riesgo de demencia”, explicó Vieira. El impacto no termina ahí. “También se asocian a un aumento de enfermedades cardiovasculares, cardiovasculares, hipertensión e infartos, Incluso hábitos deriesgo deriesgo como el consumo excesivo de alcohol y tabaco.
Hay estudios que muestran que una persona mayor aislada tiende a moverse menos, pierde masa muscular y funcionalidad, y abandona más fácilmente sus tratamientos tratamientos médicos porque no tiene redes de apoyo que la motiven a seguir”, añade. Las cifras son elocuentes: vivir aislado o sentirse solo puede aumentar en un 26% a 32% el riesgo de muerte prematura en este grupo eta rio de la población chilena. Es decir, una persona mayor que se desconecta de su entorno no solo pierde calidad de vida, sino que también años de vida. A MAYOR AISLAMIENTO Y SOLEDAD, MAYOR RIESGO DE COND(JCTAS EXTREMAS Sin embargo, la consecuencia más dramática al enfrentar este tipo de escenarios es el riesgo de conductas autodestructivas. En Chile, el daño emocional severo en personas mayores es un tema poco visible, pero real. “El aislamiento y la soledad son factores de riesgo significativos significativos tanto para la ideación como para la conducta autodcstructiva. autodcstructiva. La ideación es cuando la persona empieza a pensar en la muerte, incluso en hacerse daño. La conducta incluye la planificación, planificación, el intento y los desenlaces fatales”, detalló la especialista.
En este contexto, Vieira rclató que existen estudios internacionales internacionales que respaldan esta relación y agregó que un trabajo realizado en Suecia evidenció que la soledad soledad se asocia a un riesgo hasta tres veces mayor de ideación e intento de conductas autolcsivas en personas mayores. La psicóloga explicó que la soledad prolongada puede derivar derivar en sentimientos de desesperanza, desesperanza, vacío existencial, angustia y desesperación. “Esto se intensifica intensifica si la persona arrastra duelos duelos no resueltos o pierde vínculos significativos. Además, estar aislado aislado limita que el entorno detecte detecte señales de alcrta a tiempo. Si nadie está cerca, nadie escucha los silencios peligrosos”, advirtió. Vieira también puso sobre la mesa una realidad de género. género. Los hombres mayores son quienes tienen la tasa más alta de desenlaces fatales por causas emocionales. Esto, porque “fueron “fueron educados en una época en que mostrar emociones estaba mal visto; no aprendieron a pedir ayuda ni a hablar de lo que sienten. sienten. Además, su identidad social muchas veces estaba ligada a su rol de proveedores. Cuando se jubilan, pierden parte de esa identidad y su círculo social se reduce drásticamente, porque muchos vínculos estaban ligados ligados al trabajo. Si además enviudan, enviudan, quedan aún más expuestos”, explicó la directora de la Fundación Fundación Míranos. Las estadísticas muestran que los hombres mayores usan métodos métodos más letales, lo que hace que los intentos sean más efectivos que en mujeres. En contraste, las mujeres mayores reportan más soledad y más intentos, pero menos muertes consumadas. Respecto a qué puede hacerla sociedad frente a este escenario, Vieira plantea que la responsabilidad responsabilidad es colectiva. “Hay políticas públicas que ayudan, como los centros diurnos para personas mayores ye1 programa Vínculos de SENAMA. que busca fortalecer fortalecer la participación social. Pero asistir a un club de adultos mayores mayores no es suficiente si no se crean vínculos reales, espacios de confianza, confianza, contención y sentido de pertenencia”, enfatizó. Para ella, es urgente reconstruir reconstruir lo que llama “el tejido social”: redes interpersonales, espacios comunitarios, relaciones relaciones significativas que sostengan a las personas mayores.
Esto, además, requiere derribar derribar mitos y estereotipos que alimentan lo que define como viejismo o edadismo: “esa visión negativa y estereotipada según la cual la persona mayor es lenta, inútil o carga para la familia. Peor aún, muchas veces la propia propia persona interioriza ese estereotipo estereotipo y actúa de acuerdo con él, perdiendo motivación para conectarse con otros”, alertó la psicóloga. Vieira fue enfática al recalcar que la responsabilidad de prevenir prevenir el aislamiento y la soledad no es solo del Estado. “Cada uno puede hacer algo. Lo primero es escuchar activamente, conversar sinjuicioyvalidar las emociones de la persona mayor: no minimizar minimizar lo que siente. Ofrecer compañía compañía sin invadir; ayudarla a fijarse pequeñas metas diarias que refuercen su autonomía. Valorar su experiencia y legado. Evitar la sobreprotección que, aunque parece bienintencionada, refuerza refuerza la idea de que ya no sirven para nada”, explicó. Su llamado fue claro: “Envejecer “Envejecer no debería ser sinónimo de soledad ni abandono. Vivimos más años, pero tenemos que garantizar que esos años sean dignos, significativos y acompañados. acompañados. Las personas mayores no deben ser invisibles. NecesitaAna Paula Vieira, psicóloga, gerontóloga y directora de la Fundación Míranos. mos reconstruir el tejido social y devolverles un rol activo, protagónico. protagónico.
Si como sociedad no somos capaces de escuchar a nuestros mayores, difícilmente podremos escucharnos entre nosotros”. Asimismo, detalló que la fundación fundación que dirige trabaja, precisamente, precisamente, en visibilizar la salud mental de las personas mayores y prevenir el daño emocional severo. Ana Paula sabe que queda mucho por hacer; sin embargo, embargo, cree que el cambio empieza en cada casa, cada barrio, cada comunidad. “Mirar a los ojos, preguntar cómo están de verdad, invitar a conversar, compartir un café, ofrecer ayuda para ir al consultorio o simplemente escuchar sin prisa. A veces, esos gestos salvan vidas”, concluyó. Evitar el abandono en la vejez: el desafío pendiente de una sociedad que envejece mayores..