CARTAS: Fin al CAE
CARTAS: Fin al CAE Señor Director: El ministro de Educación y el subsecretario de Educación Superior afirman que el FES ha recibido el respaldo de los principales expertos a nivel mundial en financiamiento estudiantil, lo que es falso. Las afirmaciones de Lorraine Dearden en el estudio que realizó, pagado por el Ministerio de Educación, no permiten afirmar algo así. Más allá de los claros conflictos de intereses, en su estudio se observan ventajas del FES, así como también desventajas. Una de las principales ventajas del FES es su sistema de recaudación, que perfectamente se podría aplicar al CAE si se elimina a la banca de los préstamos. Las desventajas, sin embargo, son varias, la principal tiene relación con lo abusivo que puede llegar a ser el FES.
Tal como lo dicen las autoridades de gobierno, el FES no le cuesta dinero al Estado y la mayor parte de los estudiantes no logra devolver el costo de sus estudios. ¿Quién paga entonces? He aquí la trampa; el 25% de los beneficiarios deberá cubrir parte del costo de los estudios del 75% restante. Tal como dice Dearden en su estudio, algunos beneficiarios llegarán a pagar hasta 10 veces el costo de sus estudios.
El límite a la retribución que introdujo el Ejecutivo es un saludo a la bandera, toda vez que, en el mejor escenario posible, el FES es igual a un crédito en UF con tasa de interés real de casi 17% para una carrera de cuatro años, casi nueve veces más que la tasa actual del CAE. La sostenibilidad fiscal del FES depende del abuso con unos pocos. Si estos deciden optar por otras formas de financiamiento más justas, entonces el FES deja de ser sostenible.
Finalmente, si el FES es tan extraordinario, ¿por qué ningún país con educación superior de calidad lo ha implementado? Un sistema de crédito tiene más ventajas que uno de impuesto a los graduados, y la experiencia internacional lo refrenda. SYLVIA EYZAGUIRRE Investigadora del CEP.