Autor: POR LENKA CARVALLO GIADROSIC
Luis Fernando Moro DETRÁS DE LA FACHADA
Luis Fernando Moro DETRÁS DE LA FACHADA dijo hace un tiempo una clienta. “¡Sipo, ¡si soy como Mick Jagger! ”, cuenta Moro. OLLAVRACNÁITSIRC“Nunca me puse límites. Me iba a China en primera clase, me alojaba en el mejor hotel y gastaba la plata que hoy no podría.
No ahorré, no invertí, y entre medio te vas separando, quemando etapas”. OROMODNANREFSIULAZELITNEGAlto, buena pinta, Luis Fernando Moro abre la puerta de su departamento y lo primero que se ve al entrar es el verdor insoportable de una de las canchas del club de polo de Vitacura, y el cerro Manquehue de fondo en formato full size. “Mira qué salvaje”, dice el decorador mientras recorre con la vista su paisaje habitual desde la ventana. “¿Quieres algo?”, dice luego y al instante regresa con una botella de Coca Cola individual que a medida que transcurre la entrevista va repartiendo en dos vasos con harto hielo.
Cuando al cabo de casi dos horas la conversación se termina, dice con una sonrisa: “Perdona, pero era la única que tenía”. En la fachada, Luis Fernando Moro sigue siendo el mismo personaje que solía aparecer en las páginas de las revistas de decoración y en las de vida social, invitado infaltable a todos los estrenos, inauguraciones o lanzamientos, famoso desde los años 90 por estar tras el estilo de los primeros edificios corporativos del país, como la torre de la CTC y el Citibank, en los tiempos pujantes de la economía chilena tras el regreso de la democracia. Pero ha pasado el tiempo y Moro acaba de cumplir 80 años.
“No podría sentarme a leer y mirar por la ventana”, dice este hombre luego de cuatro matrimonios y padre de nueve hijos, que van desde los 53 años a dos mellizos que hoy están en segundo medio. “Debo ser lejos el papá más viejo del colegio”, confiesa con humor. ¿Ningún rollo con la edad?Nada, cero. Es que una cosa son los años y otra, como te sientes. Y yo conservo la misma energía y creatividad de antes o tal vez más que cuando tenía 40 o 50 años. Todas mis parejas y señoras han sido muchísimo menores que yo, unos 26 o 27 años más jóvenes. Entonces, no tengo esa cosa de asumir un papel como de hombre mayor. En el fondo, mi espíritu es así.
En su Instagram lo siguen 17 mil personas, es prácticamente un influencer. ¿Y viste uno de las últimas cosas que subí? afirma con orgullo sobre el reel en que publicita un centro de pilates y en el que contó que acababa de cumplir 80 años (y en completa forma, como lo evidenció su muy enfundado traje deportivo). Le dije a la Chichi Molina: mira, ando medio pobretón, ¿hagamos un canje? Ya, feliz, me contestó. Entonces le pedí a mi hijo Francisco que me hiciera una gauchada y me grabara un reel. Lo hicimos súper rápido, lo subimos y ya tiene 12 mil visualizaciones, ¿lo puedes creer? La gente me escribió cosas súper lindas, las mujeres me tiraban piropos Para que veas tú.
Es verdad que me cuido cero: como lo que quiero, tomo lo que quiero, me alimento pésimo y a cualquier hora; a veces, cuando tengo mucha hambre, paso por una bomba de bencina y me compro un hotdog.
Se ha casado cuatro veces, ¿a qué se debe tanto entusiasmo?Me ha tocado nomás, pero todos mis matrimonios han sido tiradas largas; con el primero fueron 20 años y tuve cuatro hijos; el segundo duró 15 años con tres hijos; luego, con mi tercera relación nacieron los mellizos y en el último estuvimos juntos una década. ¿Por qué habla del cuarto en pasado, acaso se separó?Mira, sí Pero prefiero no hablar de eso Tenemos una buena relación y todavía hay mucho cariño. Me divorcié hace un año, en octubre o noviembre, no recuerdo bien¿ Cómo ha convivido con la soledad en todo este tiempo?Me es dura. Nunca había estado tanto tiempo en esta situación. Mi vida entera he estado emparejado, viviendo lo emotivo, el amor, el contacto, el compartir la vida. Solo no meen esta situación. Mi vida entera he estado emparejado, viviendo lo emotivo, el amor, el contacto, el compartir la vida. Solo no me resulta tanto, entonces no es fácil, pero tampoco me puedo pegar un tiro”, dice.
En la foto, con su hijo Sebastián. resulta tanto, entonces no es fácil, pero tampoco me puedo pegar un tiroEn ese sentido, debe haber sido duro llegar a los 80 añosPara qué te voy a mentir Además, porque profesionalmente, a pesar de que siempre fui muy exitoso, ahora las generaciones jóvenes no me conocen Piensa que en los 90 fui uno de los fundadores de la Asociación de Decoradores de Chile y solo éramos nueve personas.
Hoy existen más de 200 decoradores, con un promedio de edad de 40 años Como me dijo un amigo mío cuando me convidó a conocer su casa en Zapallar y descubrí que la decoración se la había hecho otro: Oye, huevón, me pusiste el gorro, le dije. Y él me contestó: es que cómo te iba a llamar a ti, que eres una leyenda, para una casita chica.
Eso es lo que me pasa, está la percepción de que cómo me van a llamar para ese tipo de cosas. ¿Y usted qué cree?Capaz que tengan un poco de razón También me pongo en su lugar: si mi doctor hoy tuviera 80 años y hay otro más joven que va a congresos y está más actualizado, tal vez elegiría a ese.
Luego sonríe: Un día, en una feria de decoración, yo estaba sentado y entró un grupo de señoras; “ah, esto es de Moro”, dijo una; entonces me acerqué a atenderlas y les pregunté: ¿ cómo cacharon que eso es mío? “Ah, porque tú eres el rockstar de los decoradores”, me contestó. ¡Sipo, si soy como Mick Jagger! Hace 10 años cerró su tienda y ahora trabaja independiente desde su casa. No tiene que haber sido fácil económicamente tomando en cuenta todo lo que ahora está contando. ¡No poh! En la vida he pasado por momentos altos y bajos. En los 90 me iba el descueve; estaba dedicado a lo corporativo y habíamos hecho proyectos súper grandes, como el edificio de la Telefónica y del City.
En mi oficina trabajaban 60 personas, pero empezó la crisis económica, todos se fueron achicando, pero yo no tuve la viveza y las ventas bajaron tanto que me vi pillado en un problema bastaba serio; les debía a los bancos y a un montón de gente Por suerte tenía esa oficina que era grande y la dejé en leasing. Así fui pagando hasta que salí. Después volví a hacer casas, puse una tienda de decoración en Nueva Costanera y me fue el descueve, hasta que el negocio se fue apretando, me achiqué y finalmente lo cerré. Desde entonces trabajo en mi casa. Pero antes ganó mucha plata. En una entrevista contó que en un solo año llegó a facturar 8 millones de dólares. Sí, pero he sido un poco desordenado... Mi viejo me decía“Luis Fernando, ahorre”, y yo le contestaba que para qué, si estaba lleno de pega. Claro, juraba que el trabajo a ese nivel me iba a durar toda la vida, pero eso no es así... Si hubiera ahorrado el 10% de todo lo que ganaba, hoy sería millonario. A un cliente mío, muy simpático, judío, súper exitoso en los negocios, le dije: si hubiese sido socio tuyo, hoy sería rico.
Y me contestó: “no pues, porque yo no te habría dejado hacer todas las cosas que has hecho”. ¿Qué cosas, por ejemplo?Tuve una casa en Panguipulli que era un sueño y ahí viví 20 años a todo trapo. Nunca me puse límites. Me iba a China en primera clase, me alojaba en el mejor hotel y gastaba la plata que hoy no podría. No ahorré, no invertí, y entre medio te vas separando, quemando etapasPor lo menos habrá cotizado en la AFP¡ No, nada, nada! Si estoy pa la cagá (ríe). Mi estándar de vida lo mantengo ajustado. No gasto como loco, pero estoy más pobretón nomás. Todo esto me ha impulsado a hacer cosas nuevas. Estoy muy entretenido. En 2023, Moro inauguró su primer emprendimiento fuera de su rubro: con un socio creó una empresa de tomates. “Pero no cualquier tomate aclara. Los míos son de verdad, con sabor. Le pusimos “Tom Moro, un tomate con nombre y apellido”. Los empezamos a vender en el Jumbo de Vitacura, en Lo Castillo, y nos fue el descueve.
Una señora se me acercó y me dijo: “Oiga don Tom, exquisitos sus tomates”. ¿Cómo surgió la idea?Con mi exseñora fuimos a Ibiza y un amigo mío de toda la vida, desde el colegio, nos convidó a un restorán; lo primero que pidió fueron tomates. “¿Qué onda?”, le pregunté. “Pruébalos”, me contestó. Los trajeron cortados en un plato con aceite de oliva y eran exquisitos, con sabor, como los de antes. Ahí dije: tengo que sacarle partido a esta cuestión, así que me subí al carro. Nos demoramos dos años en encontrar la semilla adecuada, el lugar dónde cultivarlos, todo. El año pasado llevamos los tomates al Jumbo de Lo Castillo y tuvo una tremenda aceptación. Ahora estaremos en todos los Jumbo del sector oriente y también en los de Maitencillo y Concón. Estoy contento aunque tengo súper claro que no me voy a hacer millonario, pero lo mío es aportar goce, cosas que conecten con el placer. Finalmente la felicidad es eso: un rebase del goce y del placer. También estoy con un proyecto del que no puedo contar mucho, no tan relacionado con lo mío, pero en el mismo rubro, y una línea de artículos en madera y otra más que es propia. Estoy contento, súper optimista. Entremedio publica cartas en el diario.
Una decía: “Todo cambia: las dictaduras ya no son dictaduras, las fundaciones tampoco son fundaciones y las listas de espera menos”. ¿A qué se refería exactamente?Porque en este nuevo gobierno, que hablaba tanto de transparencia y equidad, finalmente se ha demostrado que no hay ni tanta transparencia ni tanta equidad. Todo fue una fachada y los enredos de platas hoy son iguales o peores que antes.
Desde las fundaciones han desaparecido miles de millones, cuando se suponía que ellos iban a cuidar cada peso Y dijeron que pondrían fin al compadrazgo cuando la verdad es que hay una cantidad de empleados fiscales nuevos salvaje¿ Qué opina del estallido? Esta semana se cumplieron cinco años.
Que no aportó nada positivo y que no era la forma Toda esta porquería que quedó en torno a la Plaza Italia, donde destruyeron montones de locales y se quemaron tiendas, iglesias, no trajo ningún beneficio, no hizo un mejor país ni cumplió con la equidad prometida, excepto que nos polarizamos más.
Se queda un momento en silencio y agrega: ¿ Y qué te parece lo de Hermosilla? Un rasca nomás, en el sentido que se saltó todos los niveles de la ética y ahora está la cagada.. Quien fuera uno de los decoradores más famosos de los ‘90, detrás de importantes edificios corporativos y el más solicitado para ambientar primeras, segundas y hasta terceras casas, acaba de cumplir 80 años. Aquí, repasa su historia, sus cuatro matrimonios y nueve hijos, los altos y bajos económicos.
Cuenta que se separó, que lleva un año solo y, si bien admite que anda “pobretón” porque las nuevas generaciones no lo conocen y jamás ahorró un peso, está lleno de entusiasmo y se lanzó con una empresa de tomates que lleva su nombre: “Tom Moro”. “Me es dura (la soledad). Nunca había estado tanto tiempo “Tú eres el rockstar de los decoradores