Autor: Alicia Stipicic
Columnas de Opinión: El legado del Gobierno de Gabriel Boric en Magallanes y el sueño del hidrógeno verde
Columnas de Opinión: El legado del Gobierno de Gabriel Boric en Magallanes y el sueño del hidrógeno verde Amed ida q ue e l G obie r no de l Presidente Gabriel Boric se acerca a su final, la región de Magallanes se encuentra en una encrucijada que refleja la complejidad de la transición energética que se prometió desde un inicio.
A pesar de las esperanzas generadas por la ambición de convertir a Chile en un líder en la producción de hidrógeno verde, la realidad en Magallanes pinta un cuadro desalentador: el mandato del Presidente Boric concluirá sin que se haya logrado instalar ni una sola empresa dedicada a esta prometedora industria. La región, bendecida con condiciones naturales ideales para la producción de hidrógeno verde, se ha visto frenada por una excesiva lentitud en los mandos medios del Gobierno. La burocracia, un fenómeno que parece haberse afianzado en cada rincón de la administración pública, se ha convertido en un obstáculo insalvable para los emprendedores que buscan aprovechar las oportunidades que ofrece el hidrógeno verde. Los permisos ambientales, esenciales para el desarrollo de cualquier proyecto, se han vuelto un laberinto intrincado de trámites y demoras que han paralizado iniciativas clave. El tiempo ha pasado y las expectativas se han desvanecido. A medida que otros países avanzan en la carrera por la energía limpia, Magallanes se encuentra atrapada en un limbo administrativo que no solo ahoga la innovación, sino que también afecta la economía local.
Los emprendedores que soñaban con transformar la regiónen un polo de desarrollo sostenible han visto cómo sus proyectos languidecen en una espera interminable, mientras la falta de decisiones concretas deja a la comunidad con un sentimiento de frustración e impotencia. La falta de acción en la materia ambiental ha sido particularmente crítica.
La necesidad de un marco normativo claro y ágil es más urgente que nunca, y la inacción de los mandos medios refleja una desconexión preocupante entre las aspiraciones del Gobierno y la realidad en el terreno. La burocracia no solo frena el progreso, sino que también socava la confianza de los inversionistas, quienes, ante la incertidumbre, prefieren llevar sus capitales a otros horizontes más prometedores. Así, el legado del Gobierno de Boric en Magallanes podría quedar marcado por esta oportunidad perdida en la industria del hidrógeno verde. Mientras la región observa cómo el mundo avanza hacia un futuro más limpio y sostenible, las promesas de un cambio radical se desvanecen, dejando una estela de proyectos parados y de sueños frustrados.
En un momento en que la urgencia por adoptar energías renovables es más evidente que nunca, la falta de resultados tangibles se convierte en una pesada carga que el Gobierno deberá cargar en su balance final. La historia de Magallanes, al menos por ahora, es una lección sobre la importancia de la agilidad administrativa en la búsqueda de un futuro más verde y sostenible..