El campo como proyecto de vida
El campo como proyecto de vida Opinión El campo como proyecto de vida Tatiana Aguirre Sanhueza Investigadora Rimisp Centro Latinoamérica para el Desarrollo Rural E n el marco del Día de las Campesinas y Campesinos creemos que es importante visibilizar que la ruralidad y la agricultura familiar campesina sigue siendo el proyecto de vida y los medios de subsistencia de muchas personas y familias: analizando datos de la CASEN 2022, más de cien mil hogares se dedican a ella; y continúan aportando a la producción agrícola y seguridad alimentaria. En el marco de los distintos proyectos que Rimisp Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural realiza en el país, queremos contarles historias de vida de personas que habitan la ruralidad. En la región de Ñuble conocimos a un viñatero del Valle del Itata, junto a su esposa y su hija. Hace unos pocos años decidieron dejar la ciudad e instalarse en el campo de la familia. Ahí se dedican a continuar con la tradición viñatera familiar, recuperando "las prácticas tradicionales de sus abuelos" e innovando en cómo hacer que su proyecto sea sostenible para su familia y para el medio ambiente.
Entre viñas agroecológicas, animales y huertos, impulsan un proyecto de turismo rural que les permita mostrar y valorar que no solo vale "lo que hacen" sino el "cómo lo hacen". También en la región del Ñuble conocimos a una agricultora, quien antes de tener sus seis invernaderos, trabajó como temporera durante años. Sin querer se insertó en los circuitos de apoyo a la agricultura familiar campesina; y lo que comenzó como una obligación que poco le atraía terminó siendo su proyecto de mayor desarrollo personal, nos dice. Hoy, junto a su marido, se dedica a tiempo completo a su producción de hortalizas en invernadero.
Así pudieron asegurar que sus hijas estudiaran, "todas profesionales", nos cuenta orgullosa, aunque confiesa que teme haberles inculcado la idea errada de que había que abandonar el campo porque "el lápiz pesa menos que la pala". Por el contrario, rescata que su campo le dio autonomía y el orgullo de generar algo propio.
En la región de O'Higgins conocimos a una mujer a la que se le puede calificar como "neorrural" (personas urbanas que migran hacia las zonas rurales con distintas intenciones), ella decidió que la capital no era un ambiente adecuado. Vendió todo y junto a los ahorros que tenía relocalizó a la familia en un terreno que pudo comprar en Pumanque.
Con su madre han aprovechado cada oportunidad que han encontrado, inscribiéndose a los programas públicos y proyectos locales, lo que les ha permitido construir infraestructura, pero también aprender a cultivar. "Aprender a ser rurales", nos dice mientras nos comparte de las frutillas que producen y nos cuenta cómo todos aportan con trabajo, dentro o fuera del terreno. ¿Quiénes son las campesinas y los campesinos hoy? No son solamente los "abuelos" o las generaciones pasadas que permanecen en sus territorios; aunque las zonas rurales enfrentan el envejecimiento de su población, no es un vaciamiento total. Campesinas y campesinos también son quienes hoy optan por la agricultura familiar campesina.
Aunque estas tres personas comentan que les da pudor llamarse a sí mismos "campesinos" porque sienten que deberían tener otras historias de vida, otros conocimientos, otra participación social para poder llamarse así; son ellas y ellos quienes también mantienen vigente la vida campesina.. - - -