Temporada de ofertones, también en salud
Así como en septiembre se inaugura la temporada de circos, cada cuatro años comienza una nueva temporada de ofertones de todo tipo, incluidos aquellos en el ámbito de la salud. En cada elección, muy especialmente en las presidenciales la ciudadanía recibe muchas promesas de mejoras, que después casi nunca secumplen. Basta recordar el término de las listas de espera, o el fin delos bingos, entre tantas Otras. Uno de los grupos mayoritarios en nuestro país, con muchos millones de adherentes somos quienes atravesamos problemas de salud, ya sea de manera crónica o eventual. Este “partido anónimo de los enfermos” ha sido extremadamente maltratado.
Es muy largo de enumerar las graves fallas de nuestro sistema sanitario, con millones de enfermos esperando por exámenes, diagnósticos, esperas interminables por años para una operación o colocación de prótesis y un a veces precario acceso a los medicamentos (que son un problema en sí mismo, debido a sus elevadisimos precios). Pese alo que se ha hecho, los problemas solo crecen, así como el gasto en salud.
Es de esperar que este año la ciudadanía, al votar por quién d mo Presidente a nuestra Nación, votemos ojalá por quien presente a la brevedad un programa de gobierno aterrizado, con presupuestos claros, sin ofertones que después jamás cumplirán, o solo tratarán de poner en práctica al final de su mandato, dejando en buen chileno el “cachito” para los que vienen. Los enfermos, con seguridad el “partido” con la mayor cantidad de adherentes. Debemos pensar muy bien hacia quién irán nuestras preferencias y exigir desde un comienzo que el candidato que gane, ponga desde el inicio de su mandato lo prometido sobre la mesa. La fiscalización ciudadana, tanto en el momento de la presentación de propuestas, asi como una vez electo, es fundamental pues de esta forma tal vez logremos se cumplan las promesas de compaña. Confío en que la comparación inicial con los circos, solo se quede en las fechas y no termine esta elección siendo otro mal chiste para nuestra población que ya no aguanta más improvisaciones. Daniel Zapata Zapata