EDUCAR e IKIGAI, desafíos y oportunidades
EDUCAR e IKIGAI, desafíos y oportunidades n el contexto actual, la educación técnica y profesional en Chile enfrenta importantes desafíos, pero también valiosas oportunidades.
La Ley 21.091 sobre Educación Superior (Ministerio de Educación, 2018), establece el marco de referencia para las funciones de los Centros de Formación Técnica e Institutos Profesionales, subrayando su rol crucial en la formación de técnicos y profesionales que respondan a las necesidades del mercado laboral y contribuyan al desarrollo sostenible del país. Ambos deben cumplir su misión a través de la realización de la docencia, innovación y vinculación con el medio, con un alto grado de pertinencia al territorio donde se emplazan.
Por su parte, el Objetivo de Desarrollo Sostenible ODS-4: Educación de calidad (ONU, 2015), enfatiza la necesidad de garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad, promoviendo oportunidades de aprendizaje a lo largo de la vida para todos y todas.
Sumado a lo anterior, con el acelerado avance tecnológico, las crecientes y variadas demandas del sector produetivo y de servicios y las brechas de aprendizaje post-pandemia (así como sus efectos en la salud mental y habilidades sociales de la población), se imprime al rol de las y los docentes formadores de futuros técnicos y profesionales un papel fundamental. Su desafío principal implica la gran responsabilidad de no solo desarrollar competencias técnicas propias de cada disciplina, en períodos cortos de formación, sino también cimentar habilidades blandas y valores en sus estudiantes.
La formación integral y ética es esencial para desarrollar profesionales capaces de contribuir a la productividad, pertinencia e impacto positivo en los territorios y a la movilidad social, fomentando con ello la construcción de una sociedad más justa y el desarrollo sostenible de sus comunidades y del país en general. ACTUALIZACIÓN El rápido avance de las nuevas tecnologías, tanto para la industria como para el uso común (como la Inteligencia Artificial) exige una constante actualización de los programas educativos y de las competencias docentes. Los educadores deben estar al tanto de las últimas innovaci nes y ser capaces de incorporarlas en sus métodos de en-“ENSEÑAR SIEMPRE: en el patio y en lacalle, como en la sala de clase. Enseñar conla actitud, el gesto yla palabra”. señanza. Esto no solo mejora la calidad de la educación, sino que también prepara a los estu cado laboral en constante evolución. La capacitación continua de los docentes es, por lo tanto, una prioridad para mantener la relevancia y efectividad de la educación técnica y profesional. El sector productivo y de servicios demanda profesionales íntegros, con dominio de su disciplina, competencias “blandas” y enfoque en la productividad/sostenibilidad. Los docentes entonces deben trabajar en estrecha colaboración con la industria, para asegurar que los procesos Tormativos respondan a estas necesidades.
Esto incluye por ejemplo la implementación de prácticas en terreno o pasantías, proyectos colaborativos e interdisciplinarios en vínculo con actores relevantes del entorno y la part pación de expertos de la disciplina, en actividades co-curriculares del proceso educativo. BRECHASLa pandemia ha exacerbado las brechas de aprendizaje al ingresar a la Educación Superior, afectando especialmentea los estudiantes más vulnerables. Según el Informe de ha provocado pérdidas de aprendizaje en los ODS 2023 cuatro de cada cinco países, de un total de 104 analizados. Las comunidades educativas tienen la tarea de identificar y abordar estas brechas, implementando estrategias pedagógicas que permitan a todos(as) sus estudiantes alcanzar su máximo potencial.
Esto incluye el diseño de experiencias de aprendizaje: activo, aplicado en entornos reales o cercanos al mundo laboral, con un enfoque inclusivo y para el desarrollo de habilidades socioemocionalescomo la empatía, la resiliencia y la gestión del cambio. DESAFÍOS Dicho todo esto, es posible apreciar que los desafíos de la labor docente en el sistema técnico profesional son cuantiosos; sin embargo, sus oportunidades también son nificativas.
Considerando que en su gran mayoría son Profesionales de su especialidad con vocación por la docencia, desde su propia experiencia y trayectoria laboral pueden desarrollar el sentido profundo y valioso de “Educar”, que se describe desde su etimología, del latín «educare: orientar, guiar, alimentar» y «educere: sacar de dentro, extraer a la luz». En este tenor, el trabajo docente se puede vincular con el Ikigai, que es un término asociado a la filosofía japonesa, cuyo origen estaría en el período Heian (794-1185). Su desarrollo más conceptual, desde la psicología, inicia en la década de los 60 y desde entonces se asocia “al propósito de la vida”. El significado etimológico de Ikigai se compone de: iki, que significa vida, y gai (derivado de kai) que se entiende como valor.
El Ikigai, símbolo del verdadero camino a seguir, implica que la respuesta al propósito que da sentido a la vida no está en el exterior, sino dentro de cada uno, para lo cual es necesario un proceso de reflexión para descubrirse como persona, en el cual el acompañamiento docente es primordia En Occidente el desarrollo del concepto se asocia con un diagrama de Venn de intersección, con cuatro dimensiones que se entrecruzan: lo que se ama, para lo que se es talentoso, lo que necesita el mundo y por lo que se puede obtener una remuneración.
Las investigaciones sugieren que encontrar el Ikigai, esa mezcla equilibrada de las cuatro dimensiones en la vida cotidiana (no necesariamente solo en el trabajo), suma pequeñas alegrías que resultan en una vida más plena, feliz y contribuye a la longevidad. ¿Qué oportunidad podría ser más hermosa que educar de manera integral, para que las y los estudiantes encuentren su IkigGabriela Mistral. KATTY DÍAZ BRAVO Directora Académica Inacap Sede Curicó