Espacio Público ha tenido su creación. El centro de un sello marcado desde pensamiento de centroizquierda ha sido uno de los actores que han concentrado sus esfuerzos en las discusiones de políticas públicas. Sin embargo, desde este año decidieron dar un giro, o ampliar ese foco: entrar de lleno en
Espacio Público ha tenido su creación. El centro de un sello marcado desde pensamiento de centroizquierda ha sido uno de los actores que han concentrado sus esfuerzos en las discusiones de políticas públicas. Sin embargo, desde este año decidieron dar un giro, o ampliar ese foco: entrar de lleno en el candente debate del crecimiento económico. “Si estábamos tratando de cubrirlo, pero quizá no lo estábamos nombrando de esta manera. Ahora, hay una mirada más directa”, resume el presidente ejecutivo, Patricio Domínguez. El ingeniero civil de la UC y ex director nacional de Techo-Chile asumió el cargo en enero, dentro de su agenda estuvo justamente este tópico.
“El crecimiento económico es un tema central, y la discusión es cómo Espacio Público aporta al modelo de desarrollo de Chile”. “Aquí tenemos que dar opinión y ayudar a marcar la agenda”, subraya, sobre todo, de cara a las elecciones presidenciales, donde espera que todos los candidatos tengan este tema como base en sus programas. Para ello buscan, primero, tener un buen diagnóstico de por qué Chile dejó de crecer a las tasas que lo hacía en los 90 y los 2000. “Y entender bien de qué manera esto ha ayudado al malestar que existe en la sociedad”, reflexiona.
Hoy están trabajando con dos grupos de reputados economistas: en el de crecimiento macro están, por ejemplo, Eduardo Bitran, Annie Dufey, y la ingeniera civil Marcela Angulo; y el de crecimiento micro, donde participan, entre otros, Andrea Repetto, Valentina Paredes, Eduardo Engel y José De Gregorio. Están armando grupos temáticos para elaborar boletines que irán sacando cada uno o dos meses. “La idea es generar un panorama global del crecimiento y el modelo de desarrollo en Chile”, destaca Domínguez. El primero de estos reportes se denomina “¿ Qué ha pasado con las exportaciones?”. Boletín de ocho páginas elaborado por Domínguez, además de Eduardo Bitran, Eduardo Engel, Martín Latorre, Ana Romero y Nicolás Valle. “No se ha dimensionado la gravedad del problema porque tuvimos un ciclo de precios de exportaciones particularmente altos”, subraya el reporte. “Cuando las exportaciones empezaron a decrecer o a estancarse, esos fueron los primeros signos de lo que se ha llamado el agotamiento del modelo chileno”, apunta Domínguez. El giro de Espacio Público, think tank de centroizquierda entra al debate del crecimiento con serie de estudios sobre coyunturasario gastar más recursos para extraer la misma cantidad de cobre. Algo similar ocurre con las demás exportaciones de recursos naturales como la madera, salmones, vinos y frutas. “Cuando estas industrias comenzaban, las inversiones requerían trabajadores relativamente poco especializados, el impacto ambiental era menor y los retornos eran mayores. Este espacio de crecimiento parece haberse agotado y hoy las inversiones son menos rentables”, destacan. Otra explicación es la capacidad de innovar.
El gasto en I+D es de aproximadamente 0,35% del PIB, muchísimo menos que el promedio de la OCDE (2,7%) y menos que América Latina (0,6%). En el Índice de Diversificación de las Exportaciones del FMI, Chile alcanza su mejor puntaje en 1994. Por su parte, según el Índice de Complejidad Económica, la complejidad de las exportaciones chilenas cayó 12 puestos en el ranking mundial desde el 2000, pasando del lugar 66 al 78 de 133 países. Un tercer aspecto a considerar es la dificultad de gestionar nuevos proyectos, por no poder negociar eficientemente las externalidades asociadas a los desarrollos. Una característica del sector exportador chileno es que se concentra en la extracción de recursos naturales y genera externalidades territoriales que deben ser negociadas. “El problema es que este proceso suele ser largo y es dejado en manos de los privados, que no necesariamente son los actores con mayores ventajas comparativas para efectuarlo. Ello puede provocar la postergación de inversiones y la fuga de capitales a otros países”, indican.
Otros factores incluyen la alta volatilidad cambiaria, la percepción negativa hacia las industrias extractivas de recursos naturales, que puede obstac u l i z a r e l d e s a r r o l l o d e proyectos; un entorno macroeconómico más inestable; y las dificultades de financiamiento que pueden enfrentar los nuevos proyectos. “Es claro que el problema es complejo y sus causas, diversas”, afirman. Pensando en la agenda futura de políticas públicas para retomar tasas altas de crecimiento de las exportaciones, hay dos factores que, aseguran, hay que evaluar. Primero, las fuertes exigencias a nivel global para desplazarse hacia la emisión de menos contaminantes, donde una economía verde ofrece oportunidades importantes para Chile.
Segundo, “es fundamental tener en cuenta el entorno geopolítico mundial, ya que las posibles políticas proteccionistas de economías como EE.UU. y China pueden generar trabas al comercio global e inestabilidad en una economía abierta y pequeña como la nuestra”, indican. El boletín será distribuido al público en general. Tras este, vendría uno enfocado en el crecimiento de los salarios.
La fuerte caídaDesde 1990 a 2007 las exportaciones reales crecieron a una tasa anual promedio de 8%, pero entre 2009 a 2023, este avance se desplomó a 0,3% anual que ha durado más de 15 años. “En comparativos esto se ve bastante malo”, dice el in-forme. Este desempeño posiciona a Chile como el país con menor crecimiento de las exportaciones reales de la OCDE desde 2009, y como el segundo más bajo de América Latina, superando solo a Argentina. De hecho, no solo cayó su tasa de crecimiento, sino que en 2013 las exportaciones reales fueron un 2% mayor que en 2023.
“Este estancamiento es alarmante porque el sector es fundamental para el crecimiento de una economía emergente, pequeña y abierta al mundo como la chilena”. En efecto, cuando las exportaciones crecían a altas tasas, también lo hacía el PIB. “Si durante los 90 el sector exportador pudo tirar del carro del crecimiento, hoy ya no lo hace”, añade el reporte. Pese a este débil comportamiento, los ingresos en dólares por productos exportados vienen creciendo a una tasa promedio anual de 2,3% desde 2009. Si se compara este crecimiento con el de los países OCDE, ya no se está en el último lugar, sino que cerca del promedio. Sin embargo, esto se explica porque el estancamiento de las cantidades físicas coincidió con el boom de precios de las materias primas, entre 2000 y 2014. Dado que las exportaciones chilenas son mayoritariamente materias primas, este boom de precios incrementó los ingresos sin aumentar las cantidades. Esto generó un impacto en el gasto público y en la inversión, ambos aumentaron un 5% real anual en el período, lo que permitió mantener un crecimiento del PIB real superior al 4% anual.
“Esta bonanza pasajera pudo esconder el estancamiento del volumen exportado y la caída de la productividad total de factores, dos elementos que impactaron el crecimiento del PIB una vez concluido el superciclo de las materias primas”, subrayan. ciones de cobre se alcanzó el 2016, con 5,9 millones de toneladas, cayendo a 5,3 el 2023. “Más sorprendente aún es que, en 2004, las exportaciones reales mineras fueron mayores que en 2023”, destacan. Pese a ello, los ingresos que recibe el país por sus exportaciones mineras han ganado importancia desde los 2000. A comienzos del milenio, las exportaciones mineras representaron un tercio de los ingresos por productos exportados, mientras que en 2023 aumentaron a poco más de la mitad del valor total exportado. Este fenómeno se explica porque desde la primera década del siglo XXI se estancó la producción física de cobre, a la vez que subió su precio muy notablemente. De 2001 a 2011 el precio en dólares reales se multiplicó por 5,6. De esta manera, los ingresos del cobre siguieron aumentando aun cuando la producción paró de crecer. Nuevos productos no logran revertir la tendencia“El estancamiento del sector no minero se explica por el pobre desempeño de algunas industrias que durante los 90 crecieron muy rápidamente”, se lee.
Por ejemplo, el tonelaje de madera exportado cayó en un 45% des-de 2018, mientras que el de uva bajó en un 35%. Y aun cuando se aumentó la producción de otros productos, como las cerezas, estos siguen siendo excepciones y no permiten, todavía, incrementar significativamente las exportaciones reales totales. “Un sector que generó expectativas de rápido crecimiento de exportaciones es el de servicios. Sin embargo, no han logrado crecimientos relevantes”, subrayan. No solo no ha subido, sino que hay una caída de exportaciones reales por trabajador de casi 20% en 20 años. Hace dos décadas Chile estaba cerca de US$ 870 mensuales por trabajador, mientras que ahora vamos en alrededor de US$ 680. “Esto puede parecer sorprendente, porque en el mismo período hemos vivido un boom del cobre. Pero son dos décadas de un boom de precios, casi manteniendo la misma cantidad y perdiendo cuota del mercado mundial de ese metal”. En Espacio Público explican que tras este comportamiento puede haber varios factores. Una primera posibilidad es el agotamiento de recursos de simple explotación. En el caso del cobre, la ley del mineral cayó de 1,2% a 0,7% desde principios de los 90 hasta finales del 2022. Esto implica que es nece-“El crecimiento económico es un tema central, y la discusión es cómo Espacio Público aporta al modelo de desarrollo de Chile. Aquí tenemos que dar opinión y ayudar a marcar la agenda”. PATRICIO DOMÍNGUEZ, PRESIDENTE EJECUTIVO ESPACIO PÚBLICO. La minería en esto ha tenido un rol esencial. La evolución de las exportaciones mineras por trabajador muestra un estancamiento desde comienzos de los 2000. En 2004, el indicador llegó a su nivel más alto: se exportaron US$ 491 mensuales por trabajador. En 2023, la cifra cayó casi un 40%: hasta los US$ 309. El máximo nivel de exporta-. Patricio Domínguez, presidente ejecutivo Espacio Público.