¿Chile al BRICS?
¿ Chile al BRICS? E l exsubsecretario de Relaciones Económicas Internacionales, José Miguel Ahumada, junto a otro académico, publicó recientemente una columna en el diario La Tercera, en la que aboga por la incorporación de Chile al conjunto de países denominados BRICS.
Originalmente integrado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, se han agregado posteriormente Irán, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita y Etiopía, y busca seguir expandiéndose, aunque Argentina, que se había sumado bajo la Presidencia de Alberto Fernández, se retiró con la llegada al poder de Javier Milei.
No deja de ser curioso --y revelador-que Ahumada, quien por largo tiempo cuestionó que Chile se incorporara al TPP11 y luego minimizó sus ventajas, y que buscó afanosamente la revisión del resto de nuestros tratados comerciales, impulse ahora unirse a un grupo tan heterogéneo de naciones, cuyo único aglutinante parece ser el de intentar --bajo un liderazgo primordialmente chino-perfilarse como alternativa a las grandes democracias.
Ahumada afirma que, con el emergente poderío económico de China e India, Chile ingresaría a un bloque comercial en ascenso, frente al relativo declive de los más desarrollados, y que de esa manera el país podría ser protagonista de los cambios al sistema internacional que los BRICS proponen, diversificando así nuestras alianzas geopolíticas. Todo esto, sostiene, nos permitiría optar por fuentes de financiamiento alternativas a las tradicionales. Pero aunque los BRICS aglutinan al 45% de la población mundial y a un 36% de su PIB, ello no parece razón suficiente para unirse. Su actividad es limitada, más allá de vagos y simbólicos planteamientos políticos en foros internacionales, y no tienen un pacto comercial en su interior. Su apuesta es más bien a erigirse como alternativa geopolítica --de dudosa solidez-frente al liderazgo de los países desarrollados.
Pero, ¿le conviene a Chile aliarse geopolíticamente con Rusia, una autocracia que invadió militarmente a su vecino, o con Irán, una teocracia cuyas prácticas culturales resultan muchas veces aberrantes para nuestros cánones, y que interviene abiertamente en Estados vecinos? ¿ Cuál es la coherencia del grupo, si Arabia Saudita e Irán, archienemigos en el Medio Oriente, comparten membresía? Por lo mismo, no parece haber otra motivación tras la propuesta que una ideológica: cuestionar las alianzas tradicionales de Chile con las potencias democráticas libres que se desarrollan bajo modernas economías de mercado, que respetan los derechos de las personas y que marcan un camino de progreso tecnológico para la humanidad. En las actuales circunstancias, unirse a los BRICS resulta claramente inconveniente para Chile. El afán tras la propuesta no parece otro que cuestionar las alianzas tradicionales de Chile con las potencias democráticas desarrolladas..