Venezuela y Maduro
Venezuela y Maduro DINOS QUEPIENSAS [EJ etstrelladearica E] La Estrella de Arica[ opinionGEestrellaarica. clan oencerrar adolescentes y tortu-rara prisioneros políticos en el Helicoide, el centro de detención político más grande de América Latina. Al parecer, poco le importa a Madurolo que piense el resto, o al menos losimula muy bien.
Las sanciones contra el Estado e individuos pertenecientes a la cúpula del chavismo, el aislacionis"mo en queestá y seguirá sufriendo Ve-nezuela y la creciente pauperización dela vida en dicho país, parecen no importar, al menos en el espectro público.
El discurso luego de la investidura, cargado de arengas contra Estados Unidos, Europa, el capitalismo internacional y cuanto enemigo figure dispuesto a hacer frente ala revolución bolivariana, demostró el delgado cristal sobre el cual está parado el régimen, evadiendo y construyendo la realidad.
La pregunta podría ser, ¿alguien cree, sinceramente, lo que Maduro dice? Al parecer, sí, aun tiene una base "más o menos leal o más o menos cooptada o, talvez, atemorizada y que no veotra opción más que seguir bailando al ritmo de la música de fondo. E ahílo trágico de todo esto: el destino de las personas. Varios índices internacionales, analistas globales y expertosseñalan que los sucesos actuales desembocarían en una nueva ola migratoria, cuyo impacto se dejará sentiren Estados Unidos y al sur, es decir, Chile, Argentina y Perú. Las complicacioneseconómicas, políticas y sociales, incluso emocionales y sensitivas no son y están en discusión. El muy claras paulatino virajea la derecha podría in-Maduro ha jurado como presidente por un nuevo período que, de no mediar ningún evento exterior que corte laracha, se extenderá hasta el 2031. La tensión es respirable ya no solo en el Palacio Miraflores, las poblaciones de Caracas o cualquier otro territorio del país, sino también a nivel internacional.
Aunque Nicolás Maduro haya jurado como presidente, el chavismo ha mostrado su lado más débil: el pánico al regreso de Edmundo González, la represión como respuesta frente a la pérdida dela adhesión popular y la posiblefragmentación de sus propias filas, además del indiscutible repudio internacional, incluso desde una parte dela izquierda latinoamericana que otrora le apoyó y compartió sus ideales. Maduro, para la izquierda, se ha transformado en el leproso del barrio. La decisión de cerrar el espacio aéreo por más de72 horas, bloquear a frontera con Colombia y mantener un férreo control frentea la supuesta llegada de González, solo demostró la paranoia dela cúpula del régimen.
SÍ, porque a pesar de utilizar los simbolismos, figuras y rituales propios dela democracia, estos, en Venezuela han devenido en simulación y teatro, en una caricaturaindefendible y desapegada de una rea-lidad incorregible: el gobierno de Ma-duro es una dictadura, un régimen defacto que utiliza todo el aparato estatal y sus herramientas, por cuestionables eilegales sean, contra su propia ciudadanía y para mantener el poder, sin temor a amedrentar a los familiares de opositores por octogenarios quese-dicar que habrá la intención de regular con mayor rigurosidad el problema migratorio, pero de tanta agua el cántaro puede romperse, dice el adagio.
Además, que noes una cuestión menor, el racismo y el clasismo han tenido un nuevo auge, de la mano de este virajeo a contramano, para ser más precisos, de unos años anteriores marcados por el intento de abrir la sociedad a una sensibilidad diferente en torno al problema delos exilios forzosos. Como fuere, da la sensación de queel desenlace puede ser como el final de una tragedia griega: desolador, inesperado y que deje una enseñanza al que, escandalizado, alguno se atreva a mirar.
Además de las sanciones, se ha puesto precio a la cabeza del régimen: 25 millones de dólares por Maduro y Cabello, respectivamente, y 15 millones en moneda americana por PadrinoLópez, a todos quienes den informa-ción para arrestarles. Los cargos son por conspiración para el tráfico decocaína, negocios ilegales asociados a la droga y otros. El acento que quiere marcar el Departamento de Estado norteamericano es el secreto a voces delos últimos años: es el narcotráfico quien sostiene al régimen de Maduro. Lo cierto es que la noticia aún parece estar en desarrollo. Fabián Andrés Pérez, académico del Departamento de Humanidades de la Universidad Andrés Bello.