COLUMNAS DE OPINIÓN: La importancia de la salud en la población
COLUMNAS DE OPINIÓN: La importancia de la salud en la población Gastón Gaete Coddou, Géografo Académico Universidad Playa Ancha La salud constituye uno de los pilares fundamentales para el desarrollo y bienestar de cualquier sociedad moderna.
Como señala la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2020), «la salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades». Esta definición integral permite comprender que la salud va más allá de la simple ausencia de enfermedad, abarcando aspectos fundamentales de la vida humana, que influyen directamente en la calidad de vida de las personas y el desarrollo de las comunidades. El impacto de la salud en el desarrollo socioeconómico de las naciones es innegable y está respaldado por numerosos estudios científicos.
Según investigaciones de González-Pier et al., (2021), «por cada año adicional de esperanza de vida, el PIB per cápita aumenta aproximadamente un 4%». Este dato revela la estrecha relación entre la salud poblacional y la prosperidad económica de las naciones.
Además, como señala el estudio de Thomson Reuters (2023), «las sociedades con mejor salud, muestran índices más altos de productividad laboral y menor ausentismo». Los determinantes sociales juegan un papel crucial en la salud de la población.
El reconocido investigador Michael Marmot (2022), enfatiza que «las condiciones sociales en las que las personas nacen, viven y trabajan son los determinantes más importantes de la buena salud o la mala salud». Esta realidad se hace más evidente al observar las disparidades en salud entre diferentes grupos socioeconómicos.
En este sentido, Anderson et al., (2023) establecieron que «las personas en situación de pobreza tienen hasta tres veces más probabilidades de desarrollar enfermedades crónicas que aquellas con mayores recursos». En tanto, la prevención y la promoción de la salud representan estrategias fundamentales para mantener una población saludable.
Estudios recientes realizados por el Instituto Nacional de Salud Pública (2023), demuestran que, «por cada dólar invertido en prevención, se ahorran entre 5 y 7 dólares en gastos médicos futuros». Esta inversión en prevención no solo tiene beneficios económicos, sino, a la vez, mejora significativamente la calidad de vida de las personas.
En tal sentido, como señala la Fundación Robert Wood Johnson (2024), «las comunidades que priorizan la prevención experimentan tasas más bajas de enfermedades crónicas y mayor esperanza de vida». Por otro lado, la educación en salud emerge como un componente crítico para el empoderamiento de la población.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, 2023), destaca que «la alfabetización en salud es un determinante crítico que permite a las personas tomar decisiones informadas sobre su bienestar». Este conocimiento, sin duda, resulta especialmente relevante en la era digital, donde la desinformación puede tener consecuencias graves para la salud pública, tal cual como indicaron Martínez & Lee (2023), investigadores que aseguraron que «las personas con mayor alfabetización en salud tienen un 42% más de probabilidades de mantener hábitos saludables y prevenir enfermedades». En la actualidad, queda en evidencia que los desafíos en materia de salud son múltiples y complejos. El envejecimiento poblacional, el aumento de enfermedades crónicas, las inequidades en el acceso a servicios de salud y el impacto del cambio climático en la salud pública requieren soluciones innovadoras y multisectoriales.
Un ejemplo de lo complejo de esta panorámica, es la visiónde la Coalición por el Clima y la Salud (2024), la cual, referencia que «el cambio climático podría causar hasta 250,000 muertes adicionales por año entre 2030 y 2050 debido a malnutrición, malaria, diarrea y estrés por calor». Finamente, hay que indicar que la inversión en salud poblacional representa no solo un imperativo moral, sino también una necesidad económica y social.
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (2024), acentúa que «una población saludable es el motor del desarrollo sostenible y la prosperidad económica». Esta visión integral del contexto sanitario requiere un compromiso sostenido de todos los sectores de la sociedad, desde los gobiernos hasta las comunidades locales.
Como concluye el estudio del Grupo de economía de la salud de Oxford (2024), aquellas «sociedades que priorizan la salud de su población no solo son más prósperas, sino también más resilientes frente a crisis futuras». Referente a este pensar, surge la pregunta ¿ Qué se está haciendo en Chile sobre el tema en cuestión?.