Autor: AMALIA CROSS
Macarena Cuevas: anatomía de un accidente
Macarena Cuevas: anatomía de un accidente Imagínense que dos automóviles, a más de 100 kilómetros por hora, chocan de frente. La fuerza del impacto curva y pliega el metal, el plástico se quiebra, los vidrios estallan y la bolsa de aire nos golpea en la c a r a.
I m a g í n e n s e, ahora, que una artista recoge cada una de las partes desperdigadas sobre el asfalto y se lleva esas formas accidentales a su taller donde las transforma hasta volverlas irreconocibles. El resulta-do de esta operación son las 20 piezas escultóricas que conforman la muestra “Materia muerta, encontrada de luz” de Maca-MATERIA MUERTA, ENCONTRADA DE LUZMacarena CuevasCuraduría: DiegoMaureira Ma Do: 10 a 18 h. Hasta: 22diciembre 2024rena Cuevas (Melipilla, 1994) en MAVI UC. Todas ellas creadas el último año a partir de la obtención del Premio Arte Joven.
Obras que se despliegan en el espacio de exhibición como si se tratase de la disección anatómica de un automóvil, para reflexionar sobre lo que el accidente les hace a las formas en su dimensión física y material.
Hay cuatro parachoques de plástico y resina doblados y repetidos en serie que me recuerdan (por el color del muro) a las serigrafías de Warhol con accidentes deauto, en particular, a “5 muertes 11 veces en naranjo” (1963). Hay piezas de plumavit realizadas en aluminio fundido a partir dela técnica del molde perdido que provienen del yacimiento Esquirla, ubicado en algún punto del desierto en el norte de Chile, cerca de una ciudad ficticia llamada Basura. Hay dos sombras suspendidas en el aire. Estas formas leves o ligeras son, en realidad, grandes trozos de acero cubiertos por una pintura especial de color negro que absorbe la luz como si fuera terciopelo. Hay, finalmente, dos cubiertas de automóviles (capós) colgados del techo que Macarena Cuevas ha pulido para volverlas lisas y reflectantes. Sobre ellas cae un baño de luz cálida que aumenta su carga aurática. Aquí la superficie del metal adquiere la apariencia de láminas de oro, pero se sabe que no todo lo que brilla es oro y las ilusiones duran cada vez menos.
Conversando sobre la exposición, un amigo me preguntó: “Pero ¿ qué pasa cuando se apaga la luz? Porque es esa luz anaranjada la que construye la atmósfera de transformación que propicia la alquimia de los metales en claroscuro”. En ese momento no tenía una respuesta clara, tan solo me quedé pensando en la estrecha relación que existe entre la escultura y la luz, entre el volumen y sus sombras. Ahora creo que sin luz las formas vuelven a ser lo que eran: chatarra, piezas encontradas, restos de un accidente cuya fuerza e impacto ha transferido al material una condición magnetizada.
Aunque hay obras más débiles que otras, la exposición en su conjunto logra engañar los sentidos, llenar de ambigüedad el material, incubar un enigma en las formas, provocar “extrañamiento y seducción”. Logra que, en palabras de su curador, “algo inerte, aparentemente estático y sin vida, nos interpele como si se tratase de una enti-Macarena Cuevas, Incruenta 1 y 2, capot pulido metálico, 145 x 100 x 32 cm, 2024. RE Y AMTNARBEGROJAÍFARGOTOF. CUIVAMdad ajena a este mundo. A esto contribuye el carácter inmersivo de la exposición, que busca generar un grado de extrañamiento respecto al origen y naturaleza de las obras.
Nos ubican en un lugar donde no hay finales ni comienzos, solo una pequeña fracción de experiencia que interroga los sentidos”. Una experiencia que devela, en el imaginario que construye la artista, la influencia de la literatura de ciencia ficción de Ursula K. Le Guin y de la poesía de Louise Glück. De esta última toma el verso que da título a la exposición: “Estoy aquí contigo, en la ventana, observando tu reacción. Ayer la luna se alzó sobre la tierra mojada del jardín. Hoy la tierra brilla igual que la luna, como materia muerta, encontrada de luz”.. MAVI UC