Autor: Por René Martínez Rojas
Héctor Figueroa convirtió su vida y lucha contra el mal de Parkinson en un libro
Héctor Figueroa convirtió su vida y lucha contra el mal de Parkinson en un libro Héctor Figueroa (70) escribe más o menos de los 12 años, siempre cuentos, poemas e historias de la vida diaria. Y a partir del año 2008 se reveló que lo hacía de manera anónima.
Sus textos los escondia por miedo, por vergüenza, y fueron sus hijos quienes un dia descubrieron sus escritos ocultos en el entretecho de la casa y mandaron a hacer un libro que le obsequiaron en el día de su cumpleaños. «Fue el primer libro, de los 14 que ya llevo. De ahí en adelante me mostré en la calle y en todas partes como escritor.
Entré a participar en Pertenezco al Libro Libre, que es de la Municipalidad de Coquimbo, y ahora en La Serena formo parte de un grupo de escritores callejeros que no tiene donde vender lo que hacen», cuenta.
Todos sus ejemplares los comercializa de manera independiente, con el seudónimo de Máximo Chambonez. ¿ Por qué ese apodo? « Máximo Chambonez era una persona de los años 60, que como personaje hacia puras tonteras, y como en ese tiempo yo era menor de edad, mi madre me decía: ya está el Máximo haciendo tonteras. .. », recuerda. SU HIJO SON En este su último, Trilogía del Parkinson (ediciones Wayruro), dejó fluir todo, sin oponer resistencia.
Explica que su objetivo fue contar su experiencia, y que cada lector evalue si le sirve. « Tengo ocho años con Parkinson y me di cuenta que la sociedad no te toma en cuenta, así que uno de los objetivos de este ejemplar es visibilizar y tener conciencia de lo que es el Parkinson», Ya no se aferra tanto al pasado ni a expectativas sobre el futuro.
Para él, esta no es una enfermedad común que con un remedio se pasa, «pues tiene una evolución constante. ¿ Cómo se aprende a convivir? ¿ cómo te tratan en la calle? Esa es la idea principal de lo que escribí y que demoré mucho tiempo». Para hacerlo realizó un experimento de tres meses, de seis de la mañana a las 20 horas, en que recorrió las calles de La Serena, universidades, centros comerciales, hospitales y donde conversó con mucha gente.
En ese tiempo se dio cuenta de la realidad y de cómo es vivir con este mal, "porque si bien hay muchas personas que son empáticas, que te ayudan, también existe una minoria que no lo hace y no te trata bien». Recuerda que un día partió saludando a personas en la plaza desde muy temprano «y de cien que saludé, ochenta me ignoraron. Y eso es parte del experimento.
Fui a la universidad donde me sacaba la mochila y la dejaba en un lugar, después trataba de ponermela y no podia y veía cuántos jóvenes me ayudaban y todo eso está escrito en este ejemplar». Su bien reconoce que su vida cotidiana es dificil, «no pierdo las ganas de ser feliz, las ganas de enamorarme como todo el mundo, pues intelectualmente estoy súper bien.
Es una cosa de apreciación, ya que los movimientos son involuntarios, pero no significa que esta enfermedad me invalide». Cuando se le declaro el Parkinson te el Parkinson, incluso llego a tenerle se le vino la noche. Pero de esa oscuricariño porque me ha hecho vivir, me dad han surgidos cinco libros.
El sexto ha hecho pensar en el amor y que las estará seguramente a fin de año y tampersonas son seres humanos a las cuabien está relacionado con el Parkinson, les hay que tenerles cierto aprecio.
Es «pero es un poquito más entretenido, un hijo imaginario que se llama Son, porque yo cree un hijo que es justamenque me hace feliz, me hace vivir. .. ".. Desde que se le declaró la enfermedad ha escruto cinco ejemplares y en el último da cuenta del trastorno que padece y de cómo esta condición afecta su vida cotidiana. Máximo Chambonez Trilogia del Porkinson