Cambio de gabinete: no aprender nada
Pablo Paniagua director del magíster en economía, Política y FilosoFía Udd Cambio de gabinete: no aprender nada E l tercer cambio de gabinete del Presidente Gabriel Boric no llegó como una gran sorpresa, dados unos últimos meses de pesadilla para el Gobierno, debido a los casos de corrupción, malversación de fondos y mal uso de los recursos públicos, y a la frágil posición del exministro Giorgio Jackson.
De esta forma, el cambio de gabinete es positivo, ya que viene a descomprimir el ambiente político, que había estado tan descompuesto debido a los casos de corrupción liderados por políticos cercanos al Frente Amplio y a la altanería del exministro Jackson. El Presidente Boric realizó cambios en Educación, Desarrollo Social, Minería, Culturas y Bienes Nacionales.
En concreto, los cambios fueron los siguientes: salió el ministro de Educación, Marco Antonio Ávila (RD) y en su reemplazo asumió Nicolás Cataldo (PC), quien era subsecretario de Desarrollo Regional; Javiera Toro (Comunes) ocupa el puesto que dejó el exministro Giorgio Jackson; asimismo, Marcela Hernando dejó el Ministerio de Minería y asumió Aurora Williams (PR); mientras que Jaime de Aguirre fue reemplazado en el Ministerio de las Culturas por Carolina Arredondo (IND). Finalmente, Marcela Sandoval (RD) asumió el liderazgo de Bienes Nacionales. El gran perdedor de este tercer cambio de gabinete es sin duda el partido No hubo un viraje en el rumbo del Gobierno, porque es más de lo mismo.
El Presidente Boric volvió a hacerle un guiño a la extrema izquierda, dándole cada vez más poder al PC de cara a los 50 años del golpe de Estado y dejando de lado, así, a aquel Gabriel moderado y ponderado que espera la ciudadanía para poder avanzar en los problemas realmente importantes, como una economía estancada y una delincuencia desbordada. Revolución Democrática (RD), que pierde peso político dentro del Gobierno de Gabriel Boric.
Esto era esperable, puesto que RD era el partido caído en desgracia en las últimas semanas: fundado por el renunciado y polémico exministro Jackson, RD es además el partido símbolo de los casos de corrupción que investiga la Fiscalía a lo largo de todo Chile. No obstante, el reciente cambio de gabinete deja mucho que desear y, lamentablemente, no servirá para calmar las aguas políticas por tres grandes motivos. Primero, el cambio no trajo consigo la salida del actual ministro de Vivienda, Carlos Montes. Recordemos que Montes ha estado en el ojo del huracán debido al caso Convenios.
Esto, debido a que fue en el propio Ministerio de Vivienda en donde se originó la crisis de corrupción y del lío de platas: su ministerio fue el que firmó los cuestionados convenios con la fundación Democracia Viva, lo que destapó otros casos similares a lo largo del país, entre fundaciones y reparticiones del Estado. Posteriormente, la gestión de la crisis del caso Convenios ha dejado mucho que desear por parte del ministro, desatando polémicas y contradicciones. Segundo, este cambio de gabinete es un espaldarazo político de Gabriel Boric al Partido Comunista.
Desde que el Gobierno de Boric ha llegado al poder, las partes más moderadas de la centroizquierda y todo el espectro de la derecha han criticado al Mandatario de manera majadera por sus innumerables coqueteos políticos y guiños al PC.
De esta forma, el nombramiento más controvertido que Boric podría haber hecho era poner a un comunista en un ministerio tan sensible como el de Educación, y eso fue exactamente lo que hizo el Presidente al nombrar a Nicolás Cataldo, del PC, en dicho ministerio. Y finalmente, este tercer cambio de gabinete demuestra que el Presidente Boric ha aprendido poco o nada durante estos 18 meses en el poder. Este cambio fue solo un "maquillaje" y no hay un cambio real en la hoja de ruta.
Esto señala que Boric ha decidido no cambiar la riesgosa estrategia política de, por un lado, tener un discurso moderado y de gradualismo, mientras que, por el otro, le hace guiños a la extrema izquierda y se rodea de personajes de las facciones más destempladas de su colación.
No hubo viraje en el rumbo del Gobierno, porque es más de lo mismo y el Presidente entonces ha aprendido poco o nada del fracaso de su estrategia política, que no le ha permitido al país resolver los problemas más acuciantes, como una economía estancada y una delincuencia desbordada. En definitiva, como dice la célebre frase: "La definición de locura es hacer lo mismo una y otra vez y esperar un resultado diferente". Cambio de gabinete: no aprender nada.