Autor: Manfred Svensson
Bloqueadores en pausa
Bloqueadores en pausa Ooaceapenas medio año quela discusión sobre el abordaje dela identificación trans, en particularen la adolescencia, dio un giro significativo gracias a la publicación del Informe Cass. Estarevisión de la literatura científica acumulada sacabaseveras conclusiones acerca de la precariedaddelaevidenciasobrelaque se estaba actuando.
En Inglaterra, dondese publicó, esteinforme fue de la mano de un pronunciado giro en la política de salud, queincluyóelcierre dela iniciadollegó aun punto culminanteel miércoles de estasemana, cuando la autoridad de salud del gobierno laborista decidió suspender de manera indefinidaeluso de bloqueadores de pubertad en menores de18, dados losriesgos parasusalud. Setratade un hechosignifcativo, pues no es solo una herramienta puntual la así puesta en cuestión. Setrata, porel con: trario, deun eslabón dentro deuna cadena bien interconecta-da, que va desde la transición social alas más invasivas intervenciones quirúrgicas. Pero es un eslabón quese ha buscado presentar como inocuo: una mastectomía es irreversible, claro está, pero el bloqueador se presentaba como una inofensiva pausa. Una pausa que datiempo para lareflexión. Pero esto supone que toda una etapa del desarrollo humano puede congelarse si asílo queremos. Y lo que eso refleja es unarelación altamente experimental con el propio cuerpo.
Las “personas pueden transicionar y retransicionar, y eso no es problema”, decía hace poco Claudio Martínez, director del proyecto T. ¿Cómo se puede pensar así? Se puede si *universidad de los Andesuno cree queen alguna medida todos estos pasos en una transición son reversibles. Es esta mi-rada la que, tras un tiempo de auge, ahora hasido escrutada y puesta en cuarentena. Vale la pena, en cualquier caso, contrastarlo de Inglaterra con loocurrido en Chile.
Acá, después de todo, no solo haestadoenel corazón del gobierno impulsar esta mentalidad, sino que además se ha intentado aplicar también otro tipo de “bloqueadores”: se ha buscado bloquearla discusión, hacercaso omiso delo que ocurre en el resto del mundo, presentar la controversia como si solo hubiera un puñado de conservadores obstruyendo la marcha dela historia, y así. Publicadoel Informe Cass, elactivismointeresado enviaba cartas procurando desacreditarlo, y tam-biénelestablishment científico mostró una inusual docilidad.
La Sociedad Chilena de Pedia-tría, entre otras, emitió el 18 dejunio una declaración en quese refería ala amplia evidencia internacional que supuestamente avalaba los bloqueadores de y segupubertad “en eficiencia ridad”. El Colegio Médico los secundó, hablando de “guías dlínicas validadas”, cuando en realidad el Informe Cass a taba justamente a la validación circular de esas guías (que como autoridad última remiten unasaotras). Apenas seis meses mástarde, este tipo de declaraciones, ya entonces muy reveladoras, harecibido un nuevogolpe. La gran pregunta, desde luego, es siacaso elgolpe serásuficiente para remecer a alguien en el oficialismo, y para propiciar una discusión públicaen Chile que se ponga a la altura dela discusión global. Las“ “personas pueden transicionar yretransicionar, y eso noes problema”, decía hace poco Claudio Martínez, T. ¿Cómose director del proyecto puede pensar así? Sepuedesiuno cree queenalguna medida todos estos pasos en una transición son reversibles. Esesta miradala que, tras un escrutada y puesta tiempo deauge, ahorahasido encuarentena.. Columna